Texto de Guillermo Salazar Jiménez
Transeúntes
admiraban su figura en la ventana del hospital siquiátrico todos los días con
la paleta y los pinceles. Notaban el vendaje que cubría una de sus orejas; a
veces un sombrero de paja lo protegía del sol o del viento. Además, Juanita
Lectora, lo consideró un pintor popular dedicado a crear arte, sin apego al
dinero. Genio y trabajador de la cultura, cuentan los historiadores que Vicent
Van Gogh pintó más de 900 cuadros, es decir casi una obra de arte cada 36
horas. Escribió miles de cartas, muchas acompañadas de dibujos, especialmente a
su querido hermano y protector Theo.
Sus pinturas
de colores vivos sinceros y pinceladas vibrantes, donde el amarillo de los
girasoles florece, porque “comunicaban gratitud”, muestran las pobres
condiciones de trabajo y vida de los campesinos, comentó Juanita Lectora,
incluso sobre varias obras terminadas o a media vida, pintó otras por no poder
comprar lienzos nuevos. No pagó modelos, se prefirió para pintar varios
autorretratos.
Rusbel
Caminante recordó el 30 de marzo como la fecha en la cual se festejaron 171
años de su natalicio. Prolífica producción artística para una vida corta, murió
por sus propias manos a los 37 años. Los campesinos, mendigos y obreros mineros
de la época se sintieron representados en su colorida pintura, con sus atuendos
y espacios naturales. Fijó para la historia la desolación de los pobres, pero
también su alegría de vivir.
Van Gogh
se interesó por abrir el escenario artístico a la discusión como opción de
encontrar espacio a los nuevos destellos de la pintura; por ello, dijo Rusbel
Caminante, intentó crear con Paul Gauguin y Emile Bernard una comunidad de
artistas en el sur de Francia. Desempeñó varios oficios, entre ellos el de
maestro, adicionó Rusbel; pero no le fue posible vivir de manera decente con su
alta producción artística. En varias exposiciones no vendió sus obras y afirman
muchos que pagaba con ellas las comidas y bebidas en restaurantes y bares con
amigos. En vida solo vendió una, Viñedo Rojo, por 25 florines, a cambio de hoy
unos $52.646.
No era buena y muchas son un fracaso, había calificado Van Gogh a La noche estrellada, su pintura más famosa, consultó Juanita Lectora, tal vez por esa manera de sentir su vida triste y melancólica. En 1888, después de una acalorada discusión con Paul Gauguin se cortó una oreja y al año siguiente ingresó al hospital siquiátrico. En 1990, 100 años después de su suicidio, el empresario japonés Ryoci Saito pagó 82,5 millones de dólares por su obra Gachet. El 29 de julio de 1890 se disparó un tiro en el pecho; poco antes había escrito a su hermano, “La tristeza durará para siempre”.