“No es país para viejos”

30 de mayo de 20230 COMENTARIOS AQUÍ

Texto Lisandro Duque Naranjo

Cuando a personas con el mismo número de años que yo —es el caso de Mick Jagger, Paul McCartney, Bob Dylan, Martin Scorsese y Robert De Niro— nos dicen que nuestra edad no nos hace aptos para determinados trabajos —atléticos o de gran esfuerzo físico (tipo estibador), se supone, la gran respuesta que se nos ocurre es: “Bueno, pero Mick Jagger nació el mismo año que yo y ahí lo ves, dándole la vuelta al mundo en conciertos, saltando y corriendo con mucha energía. Además, cada vez es más inteligente”. No sé qué haría yo en esos momentos, de no existir el cantautor de “Angie” y “(I Can’t Get No) Satisfaction”. No invoco a McCartney ni a Dylan, porque ambos en sus conciertos no hacen el despliegue corporal del vocalista de los Rolling Stones. Podría incluso citar el caso de George Soros (92 años), Edgar Morin (101), Noam Chomsky (94) y Clint Eastwood (92), verdaderos animales del quehacer intelectual y artístico que siguen muy activos no obstante llevarme todos ellos más de 10 años de ventaja y algunos hasta más de 20. Prescindo, por supuesto, y quizá sea necesario advertirlo, de cualquier pretensión de compararme con semejantes celebridades, para que nadie piense de mí que soy un igualado, que conste. Pero escribir un cuento o un artículo, o dirigir una película, así sea modesta, es lo mismo de arduo aquí que en la Cochinchina. Decía Scorsese, citando a Kurosawa, que solo a los 80 años había aprendido a distinguir qué película quería hacer, por la densidad de su contenido, pero que paradójicamente después de terminarla necesitaba como mínimo ocho meses de descanso, mientras se le ocurría la próxima. De momento, acaba de dejar abrumado, mucho más que con cualquier otra película suya anterior, al público de Cannes que concurrió al estreno de Killers of the Flower Moon. Su sapiencia narrativa, aparte de los 10 minutos de aplausos, dejó extasiado al público que salió de la sala mirando al suelo, silencioso, durante cuadras.

Debo concluir esta columna con cierto apremio, no sea que antes de publicarse el lunes ya se haya muerto alguna de las eminencias aquí citadas. Me pasó con Tina Turner —venerable adulta no mayor todavía, carismática deidad de estadios llenos hasta las banderas por muchedumbres hipnotizadas—, a quien tenía en esta lista y debí excluirla a causa de su deceso. Se murió empezando apenas sus tempranos 83. Y está Pepe Mujica, a dos años de ser nonagenario, sin su edad encima como un fardo, casi pateándola como un balón haciendo una veintiuna. Odio la palabra longevidad, con su carga de condescendencia sospechosa.

Aquí, en este huerto hidropónico, porque ni para platanal aguanta, Álvaro Leyva Durán les da sopa y seco al resto de ministros. Entra y sale del país muy sobrado, caza debates temerarios por donde va y se para en la raya donde lo pongan. Y eso que solo tiene 80. Es un sardino precoz, una voz para aprenderle, pues cuando habla apertrecha de sabiduría e historia a los oyentes. Qué solos quedarán en Palacio cuando lo saquen, qué vacías esas deliberaciones sin interlocutores de tercera edad. Petro dejó a Leyva sin contemporáneos en el gabinete, no solo, como decía Oscar Wilde, “por desperdiciar la juventud en tanto joven”, sino por defenestrar a Cecilia López (80) y Patricia Ariza (77), verdaderas maestras. Si Edgar Morin hubiera sido colombiano, se habría muerto hace años.

Comparta esta nota :
Todos los derechos reservados
Alirio Acevedo Sánchez
 
Con el apoyo de : Alirio Acevedo Sánchez | Amparo López Otálvaro | Juan David Acevedo Jímenez
Copyright © 2015. Sevilla Valle del Cauca - | Webmaster Alirio Acevedo Sánchez | Todos los Derechos Reservados.
Creado por Creating Website Publicado por Mas Template
Con la tecnología Blogger