Texto de German Peña Córdoba
Mi biotipo no corresponde al
sevillano raizal, pero hace 45 años tengo un vínculo directo con
Sevilla Valle: soy casado con sevillana de raca mandaca y visitó continuamente
a Sevilla desde 1979. Mi esposa Martha Lucia Rodríguez Jiménez, es hermana de
Amparo Rodríguez Jiménez recientemente fallecida, esposa de Omar Restrepo
Castaño o sea mi concuñado. Omar es el sempiterno propietario de la Droguería
Popular que estuvo localizada hasta hace poco en una de las esquinas del parque
de La Concordia por más de 60 años.
Llego la "Pandemia" y con ella
la fractura de muchos vínculos afectivos. En el 2020 el virus del Covid-19
provoco una disrupción en cuanto a mis visitas a esta bella ciudad. Hubo un
brusco interregno que duró desde la "Pandemia" hasta principios del
año 2023; año el cual regresé a Sevilla, en diferentes oportunidades: en Semana
Santa, Festival Bandola, que desde su creación no me había perdido evento
alguno, también volví en todos los puentes festivos.
Estuve el pasado puente de reyes en
Sevilla; encuentro hoy una ciudad pujante, con cambios estructurales que
ameritan destacar. Es innegable que se ha contado con tres administraciones
seguidas que han realizado obras importantes desde el punto de vista urbano,
destacó la administración de Fredy Omar Osorio un alcalde carismático, cercano
a su pueblo y una administración de puertas abiertas y, lo más importante,
posee la escasa virtud en un mandatario: ¡sabe escuchar!
Dentro de las obras que como itinerante
destaco, está la semaforización del Centro de Sevilla. Era una necesidad
sentida, que nació como solución al caos imperante, debido a la proliferación
de motos y vehículos. Los reiterados accidentes del pasado hoy son
neutralizados en su gran mayoría, por el orden que impone la semaforización.
Algo muy importante se ha tomado las
administraciones de Sevilla: es la conciencia de que, se encuentra inmerso en
el Paisaje Cultural Cafetero. Lo anterior obliga al respeto por la Arquitectura
que domina el paisaje. En ese orden, se han restaurado edificaciones insignes
que son patrimonio de la cultura cafetera. Ser consecuente con este legado, es
un imperativo: las esquinas que enmarcan el parque de La Concordia, sus
edificaciones han sido restauradas y hago especial énfasis en la casona donde
se ubicaba la Droguería Popular y en su segundo piso el club o restaurante
"Los Alpes".
La restauración de esta casona, creo, es
la más representativa que observo, por lo que significa, por su historia, su
antigüedad, sus colores vivos propios de la Arquitectura Cafetera, los
corredores perimetrales en el segundo piso y sus barandas pintadas de verde, la
centenaria carpintería de madera, la teja de barro en su cubierta, el alero en
el que subyace un decorado. Las otras esquinas: el Café Palestina, Café Ginebra
y los Balcones de la Concordia, ubicado al frente de Bancolombia, igualmente se
encuentran bien restauradas, pero fueron pintadas de manera uniforme con
colores de la gama de los azules, con esto, no poseen la vivacidad de los
colores de la casona de los Alpes y la Droguería Popular. La uniformidad del
color que presentan también se trasmite a las columnas del parque y, le da un
aspecto de unicoloridad al entorno, que monotoniza irremediablente el ambiente.
Esto como critica sana.
Acabar "el Café Vesubio" en el
ambiente del parque fue algo desacertado; se debió proteger como patrimonio
cultural, igual se debe proteger el café bar "Casablanca".
Desaparecer El café Vesubio, fue borrar de un tajo parte de la memoria
histórica de Sevilla, fue privarnos de la amena tertulia que en aquel café y
billares se desarrollaba, fue desaparecer la presencia fantasmal de
"Margarito" aquel personaje con el cual, allí, tomaba un buen Café y
de contera escuchaba atentamente, sus obsesionadas y a la vez razonables peroratas,
en defensa del caudillo Liberal Jorge Eliecer Gaitán.
Pero sigamos con el desarrollo urbano.
Hace algunos años en mi columna de opinión escrita para el semanario Sevillano La Verdad y posteriormente en el medio virtual El Ciudadano en la Red del amigo Alirio Acevedo, como Arquitecto, hice varios planteamientos urbanos tales como la necesidad de peatonalización de "la Calle Real" y la conexión del parque Uribe y el parque de La Concordia a través de un paseo peatonal y su debido amueblamiento urbano. Lo anterior contemplaba su prolongación más allá del parque de La Concordia y al final rematar con un mirador que dominará el paisaje del Valle del Cauca. Igualmente planteé la explotación visual del Alto de La Cruz. Adicionalmente sugerí el corredor turístico hacia Tres Esquinas, ampliando la vía en un tramo específico y terminando en una rotonda. Las dos primeras propuestas se llevaron a cabo en la administración que hoy termina con un indiscutible éxito.
Otra de mis propuestas es ampliar las
visuales en la avenida hacia el barrio Puyana. La idea básica trata de extender
el paisaje del estadio Pedro Emilio Gil. El muro de aproximadamente 50 metros
de longitud, por 2.50 metros de alto, se puede tratar arquitectónicamente y
desaparecer la barrera visual que hoy ostenta e impide el disfrute de un
paisaje más amplio que integre las visuales hacia el Polideportivo y el
Estadio. Existen, otras muchas ideas por
desarrollar.
Hoy llega a la alcaldía un hombre joven:
Manuel Felipe Quintero hermano del exalcalde Rafael Andrés Quintero, ambos
hijos del prohombre sevillano Dr. Rafael Quintero García, con quien sostuve una
larga amistad y amigo de muchas tertulias en el Café Palestina. Le deseo al
joven alcalde, una exitosa gestión y que él, continúe por la senda del
desarrollo armónico de nuestra amada Sevilla Valle.
Germán Peña Córdoba
Arquitecto- UNIVALLE