Colombia. Los Sikuani o los indígenas de las llanuras orientales

9 de abril de 20200 COMENTARIOS AQUÍ

Para Orlando Almanza, que me enseñó a leer.
Por: Edgar Alzate Díaz
La región de la Orinoquía colombiana, comúnmente conocida como los Llanos Orientales, es una inmensa región que abarca los departamentos del Meta, Vichada, Arauca, Casanare, con una extensión aproximada de 300.000 Kilómetros cuadrados.
Ubicación de Puerto Gaitán






El pueblo indígena Sikuani que se localiza en el municipio de Puerto Gaitán, departamento del Meta, habita en nueve (9) resguardos. Un Resguardo Indígena es una Institución legal y sociopolítica de carácter especial, conformada por una comunidad o parcialidad indígena, que, con un título de propiedad comunitaria, posee su territorio y se rige para el manejo de éste y de su vida interna, por una organización ajustada al fuero indígena o a sus pautas y tradiciones culturales. El total de la población Sikuani en Puerto Gaitán es de 16.000 personas. 
Hasta hace unos 60 años atrás, los Sikuani eran un pueblo nómada que se desplazaba por las sabanas de la Orinoquía en grupos familiares liderados por un abuelo y su grupo de hijos, hijas y yernos. El Suegro o ”Aju” era el responsable del grupo. Una vez se terminaban los recursos alimenticios al cabo de tres o cuatro años, se dirigían hacia otro lugar.

Los Sikuani se identifican como gente de la sabana en contraposición a la gente de la selva, la mayor parte de su sustento proviene del río y de la selva de galería. Los Sikuani tumban y queman pequeñas áreas en los bosques cerca de sus caseríos. Las chagras indígenas consisten en tumbados en la selva de en promedio algo más de media hectárea. Siembran generalmente en forma circular desde el perímetro hacia el centro para facilitar la recuperación del bosque. Se siembran decenas de variedades de yuca amarga, yuca dulce, piñas, batatas, caña, ají, frutales como chontaduros, merey. Después de un uso intensivo luego de dos o tres períodos de cosecha al cabo de 4 a 5 años el conuco se visita para cosechar frutales y como lugar de cacería de roedores y otros animales que frecuentan los rastrojos. La chagra indígena es un motor de biodiversidad al exponer el suelo a la actividad humana y a la dispersión de semillas por parte de aves, murciélagos, mamíferos, etc. La roza, tumba, quema, siembra y cosecha de las chagras se rige estrictamente por los calendarios ecológicos y astronómicos.   Los árboles de mango son indicadores de un caserío Sikuani, pues donde hay más de tres árboles de mango, hay o hubo familias indígenas Sikuani asentadas allí. La cacería y la pesca son igualmente fuente esencial de su dieta. Las mujeres siembran y cosechan los productos de la chagra, y recogen insectos y pepas de monte. La mujer es la encargada de elaborar el mañoco y el casabe, derivados de la yuca amarga, fuente esencial de la alimentación Sikuani. (Foto: Mujeres preparando la torta de casabe, principal alimento del pueblo Sikuani).
Cuando se recorren las sabanas de la Orinoquia del municipio de Puerto Gaitán, comienzas a ver una enorme manta verde de pastos naturales en los que se alternan pequeños cerros y ondulaciones atravesadas por bosques delgados y extensos que se conforman como latigazos naturales en este espacio y que técnicamente son denominados como bosques de galería. También los ojos capturan en este paisaje, unas aglomeraciones de palmeras que son los morichales, es decir, palmeras de moriche, sitios sagrados para los indígenas, donde se encuentran nacimientos de aguas cristalinas, muy usadas por los animales de la sabana y del bosque para tomar agua, bañarse y alimentarse pues estas palmeras arrojan frutos que alimentan a todas las especies, incluido el ser humano.

Para los Sikuani todo es sagrado, desde el espacio atmosférico donde residen sus espíritus buenos, creadores del mundo y protectores de los humanos. El espacio del medio o el suelo, donde se encuentran los bosques, las aguas, lagunas, ríos, montes y selvas, piedras, animales y peces. Y el mundo del subsuelo, donde habitan los seres dañinos y la gran culebra sagrada.

El mundo Sikuani se constituye desde lo sagrado soportado en los espíritus denominados como Ainawi, seres que nos protegen y castigan y con los que hay que tener reconocimientos y rezos para lograr nuestra protección dirigidos estos rezos por los médicos tradicionales. Hay cuatro espacios donde habitan los Ainawi: El agua, el aire, la flora y la fauna. Estos seres invisibles, representan para los miembros de las comunidades Sikuani, seres a los cuales hay que respetar, pedir permiso para realizar ciertas actividades y cuidar, dado que ellos son los dueños de los animales y ejercen control sobre los animales para cacería, pesca y plantas utilizadas para consumo y/o fabricación de remedios, entre otros.
En su sistema de salud, la curación la realizan los Dopatuwinü o el hombre que inhala yopo y el Penajorobinü o rezandero, son los médicos tradicionales. Ellos emplean el polvo de Dopa o yopo (Anadenanthera Peregrina SP), un árbol leguminoso, cuyas vainas tienen las semillas de la Dopa que son maceradas y convertidas en polvo por los médicos tradicionales. El Yopo o Dopa, es un polvo alucinógeno muy utilizado en los diferentes espacios públicos del mundo Sikuani. Se utiliza en todas las reuniones y en los diferentes eventos festivos de la comunidad. Los médicos tradicionales lo utilizan junto con la corteza del bejuco Capi (Banisteriopsis capi) para incrementar y combinar su efecto alucinatorio.  También se encuentran los rezanderos o Pematawajibunü quien reza el pescado para los niños y niñas. Los Médicos rezan el pescado, los dolores de estómago, dolores de hueso, picada de culebra, los huesos rotos, el dolor de cabeza, y a los niños y niñas cuando nacen o cuando están en su pubertad para alejar los ainawi y los yagés.

Cuando ingresé por primera vez al territorio de los Jiwi Sikuani (gente Sikuani), aproximadamente en el año1.996, las FARC con sus Frentes de guerra 16 y 39, era la organización armada que dominaba la región.  Cierto día salí de Puerto Gaitán en el campero que teníamos para transportarnos por las comunidades. Aquel día iba solo, pues casi siempre viajaba acompañado de varios maestros indígenas conocedores de la zona. A unos treinta minutos de recorrido cuatro guerrilleros de las FARC me hacen señal de pare. “Compañero, me dicen, para donde va. Voy para el resguardo El Tigre, (ubicado a seis horas de recorrido). Necesitamos que nos lleve, me ordenan. Como no compañeros, les contesto”. Se suben los guerrilleros, todos muy jóvenes, bien armados con sus fúsiles y sus morrales de guerra. Yo pensaba, y ahora de que les hablo. Ah, pensé, les voy a conversar mal del gobierno. Y así fue, nos fuimos conversando, mientras mi nerviosismo se centraba en el hecho de que, por aquella época, comenzaron a llegar los helicópteros del ejército que descendían en cualquier parte para requisar los camiones y vehículos que pasaban por la región. Menos mal no pasó esto. Al cabo de varias horas de recorrido y ya llegando a mi destino, los guerrilleros me ordenan parar para descender. Los jóvenes entran en un monte donde seguramente tenían su campamento. Esa madrugada, a las cinco de la mañana, fueron bombardeados y murieron casi todos los guerrilleros que estaban en ese campamente. Cuando me enteré, pensé inmediatamente: “ahora me van a culpar de sapo”. Salí de la zona, pero afortunadamente no me ocurrió nada. Así es el trabajo en las regiones donde existe la guerra en Colombia.

Los Sikuani conservan un modelo de organización territorial y familiar por clanes y grupos totémicos y de acuerdo con esta pertenencia conservan algunas características que constituyen el carácter del grupo clànico de que se trate. Se encuentran los del clan Maja o Guacamaya, caracterizados por ser de buena conversación, alegres y bulliciosos. Hay otras clasificaciones clanicas como los Tigre o Neutomomowi o clan del Tigre, Makibü momowi o clan del caimán, también hay los Sardinita, los Murciélago, Dantas, micos, Kawiri (caníbales) etc. Cada grupo tiene un nombre, un territorio y algunas particularidades lingüísticas, y es independiente respecto a los demás. En esta estructura observamos la estrecha relación cultural que existe entre la sociedad Sikuani y la naturaleza.

No podemos dejar de mencionar en este artículo uno de los principales rituales de la vida Sikuani, como es el “El rezo del pescado”, un ritual generalizado en los grupos indígenas llaneros el cual se desarrolla con ocasión del comienzo del destete de los bebés antes de su primer año y con ocasión de la primera menstruación femenina. Con este ritual, la joven mujer, aprende los valores femeninos, los que le son transmitidos por la abuela (akue) para su desempeño en la nueva vida como mujer adulta. Pero lo más interesante del rezo del pescado es que es Bakatsolowa, el espíritu de la mujer pez, quien puede ocasionarle daño a la mujer púber que inicia su vida social activa. Este espíritu del agua, es el más poderoso del agua y de los peces. Para ella es que se realiza este rezo y nuevamente aparece la articulación del mundo Sikuani con el mundo de la naturaleza y de los seres sobrenaturales y la intermediación del Chaman para evitar las sanciones que pueden venir si no se cumplen los ritos de pasaje que van a controlar y a calmar a los Espíritus ancestrales.
Joven mujer preparándose para el rezo del pescado
Como toda Colombia, en la región de la Orinoquía los paisajes que se encuentran en la naturaleza, con las extensas sabanas, sus ríos agrestes y profundos, ricos en alimentos, las playas veraneras, los morichales que con su impresionante garbo le dan al ser humano alimento, hojas para los techos de las viviendas, corteza para paredes, frutos para las bebidas, agua para la sed. Sus atardeceres multicolores y las noches repletas de estrellas, cóncava su atmosfera donde la vía láctea serpentea en una bruma de estrellas, los montes y su vegetación, así como las grandes lagunas que traen los peces y los espíritus que cuidan la naturaleza y se transforman a través del yopo alucinatorio en tigres y dantas y feroces animales que el chamán maneja desde la estela invisible de la vía láctea. Hermosas culturas que van desapareciendo por la actividad de las empresas petroleras, de la violencia de este país, del hambre y la miseria.

En alguna ocasión llegó a Puerto Gaitán, un antropólogo amigo mío, a dar unas charlas para la organización indígena, enviado por la Organización Nacional Indígena de Colombia. Mi amigo, había trabajado con los indios Emberá del departamento de Córdoba, cuando construyeron la hidroeléctrica de Urra, famosa porque para su construcción inundaron miles de hectáreas del territorio Emberá. El antropólogo en mención, intervino fuertemente a favor de los Emberá, pero allí el grupo paramilitar de Carlos Castaño, defendía a la hidroeléctrica. El antropólogo fue amenazado y declarado objetivo militar por Carlos Castaño, teniendo que huir de esa región. Un día, yo salía hacia Villavicencio, cuando el amigo antropólogo me solicitó el favor de llevarlo. Con gusto lo recogí y saliendo del pueblo, vi cómo dos carros utilizados por las Autodefensas en Puerto Gaitán, venían en el horizonte de la carretera. Uno de los carros se detuvo a más o menos 200 metros y salió un hombre extendiendo su fusil hacia nosotros, el otro carro, se dirigió directamente a nosotros y uno de los paramilitares, pues eran paramilitares, se colocó detrás del auto con su fusil, otro descendió y se dirigió a nosotros. Yo, me puse blanco como pared y el tipo me dijo: “Tranquilo, somos autodefensas”, yo pensaba, “pues por eso estoy asustado”. Adentro del carro se quedaron otros paramilitares y uno de ellos se reía a carcajadas, jajaja, como se ríen los malos de las películas, al verme tan asustado. Yo seguía pensando, “ya nos van a bajar y acá traigo a Efraím y si nos piden la cédula, somos cadáveres”. Pues ellos cargaban listas de las personas que declaraban como objetivos militares. El autodefensa nos miró, miró el carro, y nos dijo: Pueden seguir. Efraím, el antropólogo se río de mi susto, y yo le dije, pues claro, si usted viene acá conmigo y es objetivo militar de Carlos Castaño.

Escribir acerca del pueblo Sikuani sería muy extenso, y no hay espacio suficiente. Presento brevemente algunas de sus características culturales, con el deseo de que no hayan sido muy técnicas para lograr la adecuada comprensión de los lectores no expertos; así como algunas anécdotas en estos trabajos, para mostrar un país desconocido para la mayoría de colombianos, con el ánimo de que respetemos y fomentemos las diferencias étnicas y culturales que se encuentran en Colombia, de las cuales podemos aprender mucho en este mundo de guerras y epidemias.
Hombre joven Sikuani, mostrando la guapa para guardar las tortas de casabe. Los hombres elaboran los objetos necesarios para la familia.
Comparta esta nota :
Todos los derechos reservados
Alirio Acevedo Sánchez
 
Con el apoyo de : Alirio Acevedo Sánchez | Amparo López Otálvaro | Juan David Acevedo Jímenez
Copyright © 2015. Sevilla Valle del Cauca - | Webmaster Alirio Acevedo Sánchez | Todos los Derechos Reservados.
Creado por Creating Website Publicado por Mas Template
Con la tecnología Blogger