Texto de Germán Peña Córdoba
Pensar que una condena va unir al pueblo
colombiano en torno a la ultraderecha es un anhelo de difícil cumplimiento, es
una falacia. Es casi imposible que una condena por delitos comunes le sirva a
una causa política, y a un eventual resultado electoral. No hay nadie que se
sienta más solo que un arquero frente a un penalti: la soledad es inmensa a
pesar de estar rodeado de multitudes. Al líder de la ultraderecha colombiana
Álvaro Uribe Vélez, no lo rodean las otrora multitudes, pero es innegable que
aún tiene musculo electoral, y un nicho de radicales simpatizantes; a pesar de
lo anterior, hoy Uribe es una persona sumida en soledad, como lo es, casi todo
gobernante al final de su mandato. A esto le llaman "la soledad del
poder".
Personalmente no me alegro, ni festejo su dramática
situación personal, y menos lo hago, por consideración a su edad. Hoy me aflora
una solidaridad generacional, pues a estas alturas del paseo y al stress que
debe estar sometido este septuagenario, aparecen múltiples problemas de salud y
agréguele a esto, problemas jurídicos insalvables como los qué lo agobian y lo
acechan de manera implacable, como un León acecha a su presa. No retirarse a
tiempo después de una fatigante carrera política es el origen de todo, es su
gran error; una actividad política demasiada extendida, es la causa de sus
múltiples problemas. En esta condición gradúa muchos enemigos políticos, que
con el tiempo le ejercen y todo termina mal, muy mal. ¡Es la ley natural!
La errada teoría que están ventilando de manera
desesperada, a raíz del profundo fracaso de su defensa jurídica en el procedo,
y dice, que la decisión de la juez Heredia, "unirá al pueblo colombiano
en torno a la ultraderecha", tal consideración es una delirante
falacia, traída de los cabellos, que no pasa de ser declaraciones para la
galería. Son parte de la sempiterna manipulación al pueblo colombiano
¡Una condena no le sirve a nadie! Y menos por delitos comunes.
Y ya tocado quien se consideraba intocable, él
insoslayable efecto domino aparecerá y temas de paramilitarismo, como la
creación del Bloque Metro. El Aro y Las Granjas, que fueron los temas que
dieron la génesis al proceso que hoy le cae, como pesada roca sobre su frágil
humanidad y que se le devolvió a Uribe como un bumerang, cuando fue el quien
denuncio a Iván Cepeda, darán pie para considerar que esto apenas comienza.
La actuación de la juez Sandra Liliana Heredia, fue
impecable. La juez Heredia nos devuelve la confianza a los colombianos en la justicia;
confianza que muchos habíamos perdido, y ella sólita, como toda una heroína,
hoy se encargó en devolvernos. Su larga y seria sustentación de su postura en
el proceso, dará pie para que la apelación muy posiblemente confirme su idónea
decisión de primera instancia. Le quedará muy difícil al Tribunal Superior de
Bogotá reversar una decisión, que la gran mayoría de los colombianos la vemos
diáfana e impecable.
¡Amanecerá y veremos!
Germán
Peña Córdoba
Arquitecto-UNIVALLE