Me he dado a la tarea en los últimos meses de
escuchar, ver y confirmar como se han bautizado a los niños y jóvenes de la Sevilla
de hoy, la combinación de nombres y apellidos que utilizan sus padres, además
de encontrar de igual manera los nombres y apellidos de ciudadanos que se han
asentado en la ciudad procedentes de otras regiones y departamentos del sur del
país.
Cómo se han escogido esos nombres, no sabemos
si se debe a una gran creatividad de sus familias o podría tomarse como una
excentricidad, la globalización tecnológica, un profundo estudio de la
onomástica, mucha lectura de la literatura antigua o actual. Tampoco podríamos
decir si esos nombres tendrían después algún efecto en la vida y actividades personales
de estos niños y jóvenes. Lo cierto del caso es que sorprenden los nombres
propios que se están usando para identificar a los niños, niñas y jóvenes que
habitan este lar nativo.
Comencemos por los algunos nombres femeninos: Isamar,
Noni, Sayanina, Nikolle Giormagori, Corazón de Jesús, Jalime, Eulin,
Enermeregilda, Gleray, Yadia, Gispia, Aleni, Eresvey, Limsdeisy, Sorlangie,
Allixon, Leimi, Yudisley, Aglayd, Eblis, Jasbleydi, Grey, Yuyin, Everledy,
Hasbleydy, Yeiko, Zurly, Herlyhaned, Orleans, Aroba, Maireyner, Lasmi, Verania.
y seguidamente unos nombres masculinos: Wilfred
Stirvel, Harlem Smith, Calev Yoel, Hermes Froy, Jamdenber, Carvilio, Greymar,
Quedeón, Jandy, Jhorgan, Uldrey, Yairon, Fluver, Yivanildo, Jaicobed, Hermedis,
Dainer Yamid Amad, Roberjady, Yostin Sneyder, Euzemundo,Doley, Doceys, Grisedo,
Skeving, Yuxer, Yohandry, Wanderles.
con relación a los apellidos de muchos de los
anteriores nombres, en la ciudad es común encontrar los siguientes, la mayoría
de ciudadanos llegados del sur del país y de la etnia Embera Chami asentada en
varias veredas de la localidad: Quisobony, Montado, Cuaical, Cadarte, Puricho,
Ciclos, Yalanda, Liberato, Ijaji, Ulcue, Cancimance, Paja, Malez, Chinachi,
Baraceta, Jansesoy, Quitumbo, Getial, Quirama, Dovigamo, Nogoa, Marta,
Conquista, Noscué, Pachongo, Matuasevich, Becoche, Gelpud, Nizu, Jacamejoy,
Thorpe (Alemán).
Vale anotar que en nuestro municipio no ha sido
novedad el uso de nombres para damas y caballeros extraídos de no se sabe dónde,
los cuales escuchamos en las décadas de los sesentas y setentas y con ellos el
grupo insignia de la música de Sevilla y el Valle, Bandola, había mencionado en
su tema musical “el shotis de los tocayos”, haciendo un reconocimiento a tanta
creatividad de sus padres, familiares, padrinos, notarios o curas.
Algunos de esos nombres: Rubria, Recaredo,
Alcifronte, Cenefelder, Magnol, Wbeymar, Plutarco, Foción, Nirsa, Belfor,
Rubiery, Diomen, Alovia, Lanteney, Tenaura, Olinfar, Eucarpo, sumado eso al
nombre del fundador Heraclio Melitón.
No olvidemos el escrito, “extranjeros en Sevilla”
de nuestro docente y novelista Raúl Flórez Duque, sobre ciudadanos franceses,
italianos, alemanes, judíos, rusos, españoles, libaneses, japoneses, sirios,
chinos y de otras nacionalidades, llegados a Sevilla en sus años dorados, en
búsqueda de estabilidad económica, refugio o un hogar. Esos inmigrantes también
dejaron sus nombres y apellidos en su descendencia. El Seminario Misionero que
funcionó en la localidad hasta 1963, tuvo sacerdotes franceses como Alphonse
Baumer, Marcel Mahé, Joseph Vetzel entre otros; el comercio de este terruño
tuvo establecimientos identificados con los apellidos de esos extranjeros tales
como Yermanos, Saponar, Arana, Kamel, Arabia.
Y siguen llegando a la tierra heracliana
ciudadanos de otros países europeos y latinoamericanos, con la firme intención
de echar raíces en una tierra de residentes amables, cálidos, amistosos,
fraternos.
Termino este artículo elaborado con mucho
respeto, dándoles una cordial bienvenida a todas aquellas personas que llegan
para quedarse y con sus profesiones, actividades comerciales y personales le
aportan a la ciudad y su población para el engrandecimiento y desarrollo
futuros.
Por | Wilson Rendón Agudelo