Texto de Germán Peña Córdoba.
La razón de concebir un frente amplio, es
en esencia, ampliar las opciones presidenciales, compuesta por diferentes
matices ideológicos pero identificados plenamente con la línea roja e
imborrable de la política del cambio. Estar identificado con el cambio es una línea
que jamás deberá atravesarse. El llamado Frente Amplio, está diseñado como un
espacio de participación democrática y básicamente creado para ir más allá,
puesto que solos no ganamos ¡Es de Perogrullo, es elemental entenderlo así!
¡Solos no ganamos!
Parafraseando lo expresado por el cantante chileno
Sergio Ortega en 1971 "el pueblo unido jamás será vencido"
siempre se ha sostenido y con razón, que " la izquierda unida jamás será
izquierda". Esta vez, el anatema, como lo fue el de "Garabato"
con el equipo América de Cali, tiene que quedar desvirtuado: la unidad es lo
primero. Unir a la izquierda democrática siempre ha sido una tarea difícil
debido a su vocación natural a la autodestrucción. Lo vemos a diario;
prominentes lideres de izquierda, se pelean entre sí, de manera irreconciliable
a pesar de compartir un propósito común como lo es la aspiración de cambiar
estas estructuras de poder añejas y obsoletas que cooptan al estado colombiano.
Tenemos un caso diciente y reciente: la división de sectores alternativos en
Bolivia propicio el ascenso de la derecha. En este espejo deberíamos mirarnos.
Seguir en el plan de suicidarse, es propiciar que la
hirsuta derecha regrese; pero esta vez su regreso seria con una sed de venganza
inconmensurable, regresarían a arrasar con las conquistas sociales logradas por
el actual gobierno. Si entendemos la política como el arte de la controversia
hay que aceptar que entre Gustavo Bolívar que ya no está, Carolina Corcho,
Daniel Quintero e Iván Cepeda habrá diferencias que hay que tramitarlas bajo la
premisa ineluctable de la unión, porque está claro que para ganarle a la
proterva derecha hay que unirse y
abrirse generosamente a otros sectores, otros matices aunque no
comulguen con nuestras convicciones, no compartan nuestra ideología, en
definitiva son necesarios; solo se les debe exigir estar convencidos que
Colombia necesita profundizar algunos cambios importantes. Para comprender y
transformar la realidad social de Colombia necesariamente tenemos que recurrir
a la praxis, combinando la acción con la reflexión y el esfuerzo.
Así las cosas, una vez definidos los candidatos a
disputarse la nominación del pacto Histórico con miras a participar en el
Frente Amplio, el mensaje de la izquierda democrática debe ser un mensaje
claro, contundente y de unidad. Debemos decir adiós a la rencillas inanes e
inicuas. En mi caso votaré por Carolina Corcho, pero a raíz de la férrea
oposición de Gustavo Bolívar contra Daniel Quintero me surge una pregunta:
¿acaso no fue el mismo Petro el que habilitó a Daniel Quintero? Recuerdo a
Quintero y su enfrentamiento frontal con la derecha Antioqueña y el caso de HIDROITUANGO.
Lo recuerdo en la campana del 2018 y su apoyo decidido a Gustavo Petro. Luego
en el 2022 siendo alcalde de Medellín y a riesgo de ser denunciado por
participación en política, hizo una ingeniosa publicidad: Quintero aparecía
manejando un automóvil, aferrando su mano a la palanca de cambios decía:
¡cambio en primera! Esta metáfora caló hondo. Si Daniel Quintero está haciendo
tratos con la derecha como se denuncia, no necesariamente significa que
gobernaría con sus postulados y, si son alianzas que no constituyan sacrificar
lo esencial, pues serán aceptables, si se busca el propósito superior. No
podemos convertirnos en un gueto inexpugnable, con la inflexibilidad que
identifica a los puristas.
¡Solos no
ganamos!
Iván Cepeda es un político honesto, sobrio, sereno e
intelectual. Es un excelente senador de la república. La casi segura condena de
Álvaro Uribe lo lanzará ipso facto al estrellato. Una eventual absolución de
Uribe lo enviará al ostracismo electoral. Pero pienso, que con Iván Cepeda no
se cumple la esencia del Frente Amplio, que es concitar otras fuerzas bajo el
mismo toldo teniendo como línea roja identificarse con el programa del cambio.
Por Iván Cepeda con seguridad votará la izquierda radical; ¿pero será que
Cepeda cautiva a otras fuerzas a votar por él? No lo veo posible. En la
elección del 26 de octubre estaremos sometidos a factores exógenos, que
influirán en la escogencia del candidato del Pacto Histórico, incluida la
posible contaminación de la extrema derecha que saldrá a votar.
De Carolina Corcho se ha dicho todo. Quizás, Carolina
sea la más opcionada y escogida como candidata del Pacto Histórico, para
batirse en el escenario del Frente Amplio, con una amalgama de candidatos que
vienen de otros sectores políticos consientes del cambio; ellos son: Juan
Fernando Cristo y su Movimiento "En Marcha", Roy Barreras y "La
Fuerza de La Paz", Camilo Romero de la izquierda Democrática. Para mi
apreciación personal, un candidato que debería hacer parte del Frente Amplio
porque tiene el espacio ganado por su sensibilidad social y ganas de cambio, se
llama Maurice Armitage. A este empresario bueno y diáfano como ninguno,
Colombia debería escucharlo en la plataforma del Frente Amplio.
Germán
Peña Córdoba
Arquitecto-UNIVALLE