1906:
Misión en
San Luis de Sevilla
Padres
Redentoristas de Buga
La primera acción pastoral registrada por escrito, en San Luis: la
llegada de los Padres de la Congregación del Santísimo Redentor ―Padre
Redentoristas―; ellos vinieron hacia 1906 para hacer unas romerías ―misiones populares― desde Buga, donde han sido custodios
de la venerable imagen del Señor de los Milagros desde 1884.
En el archivo de la Comunidad Redentorista de Buga se conservan las
llamadas “Crónicas”;
allí se encuentra el relato fiel y exacto de la santa misión en San Luis,
narración que a continuación transcribimos:
“[…] Esta fue la primera salida del P. Lión, salida que fue luego
seguida de otra más larga y más apostólica, como la veremos en las líneas
siguientes. El 10 de mayo [de 1906] regresaron a casa los Reverendos Padres
Julio y Lión, pero para volver a salir a misiones la semana siguiente. En
efecto, el 19, a
las 7:00 a.m. montaban a caballo los dos Padres y el Reverendo Padre Gallois,
para San Luis. San Luis es una población de reciente fundación en la Cordillera
Central. Pertenece a la jurisdicción del Señor Cura de Roldanillo, quien
administra la parroquia del Zarzal y sus anejos. Para llegar a San Luis,
tuvieron los Padres que seguir el camino del Zarzal al Quindío, por ser
impracticable el de El Overo a San Luis, pues era tiempo de invierno y de
muchos aguaceros. Como la bestia de carga se cansó ya el primer día, los Padres
quedaron un día entero en Bugalagrande, disfrutando de las bondades del santo
Cura, P. [Juan] Clotet. Convidado por el Señor Cura para predicar, el Reverendo
Padre Julio, en la Misa parroquial ―era domingo―, explicó al pueblo el
Evangelio del día y anunció la llegada de dos padres para dar ejercicios
espirituales, exhortando a los fieles a que los aprovecharan. Pasaron, pues, en
Bugalagrande el día domingo rodeados de una suerte de atenciones y caridades de
parte del Señor Cura. ¡Que el Señor le colme de bendiciones a ese buen amigo!
El lunes fueron a Zarzal y el martes siguieron para San Luis. Salieron a las
6:30 a.m. del Zarzal y llegaron a las 6:00 p.m. a San Luis. El camino es largo
y penoso y hasta peligroso por las quebradas, bajadas y subidas, y sobre todo
pantanos. A las tres horas de caminar del Zarzal, entra uno en un callejón, de
unas 40 cuadras, llamado Los Vallejuelos. Este callejón es un continuo pantano de
una vara de profundidad y sembrado de gruesas raíces; es un camino infernal, y
es un milagro el que no queden sepultados en este lodazal caballo y jinete. En
fin, salieron de este mal paso, que se volvió a presentar por el espacio de una
legua antes de llegar a la población. Este camino que no es camino, cesa una
cuadra antes de entrar en la plaza. Así es que los misioneros pudieron ofrecer
algo a Dios por los pecados de San Luis. Al llegar los Padres, se detuvieron
unos momentos en la plaza pública, donde se reunió la gente, el P. Julio les
dirigió un saludo de misionero, a lo que contestó el General Caye, entonces se
dirigieron a su casa de habitación distante de la Iglesia media cuadra. San
Luis es una población reciente, sita al pie de la Cordillera Central, y
compuesta de antioqueños. Es una planicie hermosa, que permite extenderse. La
Iglesia que están levantando, es grande y espaciosa; pero no tiene por ahora
sino el armazón y el techo. Como es alta y abierta, los continuos aguaceros
durante la misión, azotados fuertemente por el viento este, venían a refrescar
los labios y rostro del predicador y de los oyentes. A pesar del mal tiempo, la
concurrencia fue admirable, tanto por la mañana como por la tarde. Toda la
gente estaba hambrienta de la Palabra de Dios y de su Gracia. Por eso el
resultado de la misión fue satisfactorio: 1050 confesiones y 45 matrimonios.
Pocos quedaron sin reconciliarse con Dios: y los que quedaron fueron unos
liberales obstinados etc. Esta población pertenece a Roldanillo. El Señor [José
Rafael] Plaza, Cura y vecino de Roldanillo, estuvo unos 7 días en San Luis. Las
primeras misas que se dijeron en San Luis, las celebraron los Padres
Misioneros. Como medio de perseverancia se estableció la Archicofradía de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y la devoción a la Cruz de Misión: Cruz
hermosa que se colocó a unos ocho metros de la Iglesia y que mide unos trece
metros fuera de tierra. La misión que empezó el 22 de mayo se prolongó hasta el
8 de junio. Que el cielo siga derramando sus bendiciones sobre toda esta
población, verdaderamente desamparada de socorros espirituales”.
Pbro.
Rodrigo Gallego Trujillo
Rector
del Seminario Mayor de Buga
Exclusivo para El Ciudadano| Copyright © 2015
Exclusivo para El Ciudadano| Copyright © 2015
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En el
archivo de la parroquia “Nuestra Señora de las Mercedes” de Zarzal, Valle del
Cauca, actualmente perteneciente a la Diócesis de Cartago, se encuentra el
registro escrito de las celebraciones sacramentales efectuadas en San Luis
durante la Santa Misión de 1906, llevada a cabo por los Padres Redentoristas de
Buga. Al respecto, el 1 de junio aparece el Bautismo de José María Rojas y
María Rosaura Rojas; el 5 del mismo mes figura el Bautismo de Esther Julia García, nacida en San Luis
el 11 de octubre de 1905, hija de Rosa García, abuelos paternos Rafael Herrera
y Balbanera Bermúdez. Estas partidas especifican claramente el domicilio de
todos estos fieles: son vecinos de San Luis y fueron bautizados en la Iglesia
“Vice-Parroquial” de San Luis; firma las partidas el Presbítero José Rafael
Plaza (Libro 6, de 1906). Además, en el libro 4 de matrimonios, folio 132,
número 54, aparece el matrimonio de Antonio
José González Ruiz, hijo de Tomás González y Francisca Ruiz con Isabel Torres Quiceno, hija de Lucas
Torres y María Jesús Quiceno, vecinos de San Luis. El matrimonio se celebró el
1 de junio de 1906, en la Iglesia Vice –
Parroquial de San Luis y se advierte en esta partida que fue presenciado por el
Reverendo Padre Juillet, Redentorista, quien llevaba a cabo la Santa Misión de
la que se ha hecho mención. La partida está firmada por el Presbítero José
Rafael Plaza. Estos datos confirman con detalle la presencia misionera de los
Redentoristas en la fecha que ellos mismos señalan en sus crónicas, entre mayo
y junio de 1906.