Cuatro mosqueteros

3 de junio de 20150 COMENTARIOS AQUÍ

Pocos días atrás, me atreví a escribir un comentario en un artículo de este medio pero, como no estoy adscrito a las redes sociales, el sistema me lo anuló. 

Sin embargo, no importa, porque ahora, como especie de “venganza”, voy a tocar el tema con algo más de la extensión premeditada.

Empiezo por apuntar que, aunque algo tardío, y motu proprio, va un modesto reconocimiento a unas plumas a quienes Alirio se da el lujo de poseer y cuyas colaboraciones no le causan erogación alguna, pues el entrañable y arraigado sevillanismo no les permite pensar en un beneficio económico. Ahí radica el verdadero mérito de estos apreciables paisanos.

Solo me voy a referir a cuatro de los múltiples talentos que Sevilla se precia de tener, pues los otros ya tienen una inobjetable trayectoria, que sería redundante volver a mencionar.

Digo que mis cuatro mosqueteros –en orden aleatorio y sin jerarquías- nos han deleitado con alguna frecuencia con sus deliciosas prosas, de variopintos coloridos: unos hablan de política, otros de sociología, otros de filosofía, pero conjugan un deseo carente de egoísmo, y siempre entregan sus investigaciones u opiniones sin esperar algo a cambio. 

En la creación de Óscar Humberto Aranzazu no es extraño encontrar el desparpajo innato de todos los de su familia. Cuando se reúnen, uno tiene que estar preparado para ganarse unas cuantas líneas más de la “pategallina”, pues todos ellos fueron dotados, tanto en su aparato fonatorio como en su escritura, de una continua e inacabable producción y creatividad que, en las más de las veces, a los desconocedores de la verdadera historia del solar nativo nos ponen en la disyuntiva de pensar si eso ocurrió o no. 

Confieso que no lo he leído como debiera, pero no salgo del asombro del detalle con que narra cualquier episodio, por simple o elemental que sea. 

Édgar Alzate es otro pequeño gran sevillano que ha dejado ver las garras literarias con que fue dotado. Su amenidad y minuciosidad son extraordinarias. Sorprende, porque en sus escritos tantea el detalle que el lector no espera y se entromete en agradables vericuetos que, pese a la solemnidad –diferente de Óscar-, lo convierten en ameno e imposible de dejar de leer.

El distante Álvaro Noreña, radicado desde hace marras en la provincia antioqueña, mezcla las letras con la producción visual, en un maridaje indisoluble, que nos lleva a rememorar las pilatunas juveniles que todos acometimos hace ya unas buenas décadas. Sin embargo, Álvaro, con relativa frecuencia, repasa el camino entre la montaña paisa ancestral y la cordialidad sevillana. 

El incansable Abelardo Giraldo –mi tente, como le digo- ha sabido aprovechar la inmediatez de la internet para compartirnos su meticulosidad en la política internacional, que a todos nos afecta positiva o negativamente, y ya acumula un buen número de artículos que, de tumbo en tumbo, recuperan su vigencia, pues muchos dirigentes no recuerdan o, tercamente, repiten los nefastos episodios de la historia.   

En fin, a estos sevillanos de gran cuño los animo a no echar marcha atrás en esta noble tarea de mantener viva la historia de nuestro querido solar nativo. Mil gracias y… ¡siempre adelante!
Bogotá, D. C., 2 de junio de 2015
Antonio J. Arias B. 
Exclusivo para El Ciudadano| Copyright © 2015 
Imagen| Redes Sociales
Comparta esta nota :
Todos los derechos reservados
Alirio Acevedo Sánchez
 
Con el apoyo de : Alirio Acevedo Sánchez | Amparo López Otálvaro | Juan David Acevedo Jímenez
Copyright © 2015. Sevilla Valle del Cauca - | Webmaster Alirio Acevedo Sánchez | Todos los Derechos Reservados.
Creado por Creating Website Publicado por Mas Template
Con la tecnología Blogger