Sin…..vergüenza

5 de junio de 20140 COMENTARIOS AQUÍ

Colombia decidió convalidar con su votación al odio, la temeridad y el oscurantismo. Hoy mi país da miedo porque es un país sin memoria ni solidaridad. Se ha borrado rápidamente de la retina, el asesinato sistemático de jóvenes necesitados de empleo y que fueron presentados como caídos en combates que no existieron. Colombia con su votación, dio la bendición al espionaje, la persecución y amedrentamiento de ciudadanos y el miedo como mecanismo de persuasión.

Mi país no cree en tesis de estado, en propuestas de reivindicación de derechos sociales y se burla y ve como ilusos o soñadores a quienes desde otras vertientes políticas  y verdaderamente  democráticas, tratan de ser la voz de quienes nunca la han tenido.

El tamiz electoral permitió que el tamaño de la chequera de las campañas fuera el decisorio para permanecer en la  superficie política. Solo la representación irrefutable de la corrupción y la deshonestidad moral por un lado, y el odio, la venganza y el despojo de campesinos por el otro, continuarán el camino  hacia la dirección del país.  Vamos hacia otro cuatrienio de ceba intensiva en los establos de la corrupción, con el mismo esquema de negación de derechos como el de la salud para el pueblo y la vivienda digna para la comunidad que se resiste a abrir los ojos para contemplar al monstruo que la asfixia.

La traición, así como la ofensa deben venir desde afuera. Pero esta vez, como aquellos que se flagelan en tiempos santos, siento la necesidad de ofenderme y traicionarme unilateralmente. En el punto en que ha quedado la partida en este ajedrez de la política nacional, luego de estas elecciones en primera vuelta, es definitivo que los cuadros del tablero son grises y negros y prefiero ir lanza en ristre contra mis convicciones y en una actitud mas universal, tomar decisión entre el purgatorio y el infierno, porque el cielo se oscureció para Colombia.

Con una mano cubriendo mis ojos y con la otra temblorosa, depositaré mi voto. No es un voto por Santos, es contra Uribe y su muñeco malévolo. Es escoger entre la porquería que nos quedó y hacer un ejercicio retrospectivo sobre la tristemente célebre vida política de Colombia en sus últimos años, en la que solo queda la vida misma como la alternativa y por ella, por la vida y su respeto en un posible proceso de paz, va mi apuesta aunque sin entusiasmo alguno.

Como dicen en las redes sociales: La segunda vuelta será mas incómoda que un examen de próstata, mejor aguantar el dedo adentro y evitar un cáncer incurable. Tal cual dice el célebre Pink Floid sevillano, “en esta vuelta, me volví chuckista” y por ahora, Chucky, Chucky, Chucky!. Pero sin ir lejos, esto es verdaderamente un cuento de horror, una película que de ninguna manera tendrá un final feliz y así continuará sucediendo. Notarías por adhesiones, apoderamiento de tierras, crímenes de militares sin resolver, chuzadas, mermeladas y compra de conciencias. Pero entre estos dos roedores, prefiero el de alcantarilla bogotana, a otro régimen de falsos positivos, para – políticos y estelas de muerte.

Hoy recuerdo una frase de manifestación universitaria “compañero indiferente, compañero cómplice” y ella acudo. En esta elección LA ABSTENCIÓN NO ES UNA OPCION, hay que tomar partido y hacer de tripas corazón y no permitir que el país retorne a los parajes del terror y retroceda en lo único bueno que ha hecho este gobierno y es, su apuesta por la paz negociada.

Colombia está en conflicto y eso es una realidad de a puño. Negarse la oportunidad de alcanzar la pacificación del país, es como asentir frente el derrame innecesario de sangre. Es posible que el acuerdo final que se firme no sea tan bondadoso con los colombianos como se pretende mostrar, pero será eso sí, un punto de partida para hacer la transformación social y política que requiere Colombia.

Así es que… que mas da, colorado un momentico mientras marco la cara de Santos en el tarjetón y no pálido de miedo por la guerra otros ocho años.

Por, Oscar Humberto  Aránzazu Rendón
 ¡Ay de mí, ay, Dios severo,
la llama voraz, activa,
y bien merecido fuego,
ay conciencia, siempre viva,
ay justicia, que no cesa,
ay cuándo se ha de acabar!
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