La entrega del país
mediante políticas hegemónicas...
Resulta
preocupante conocer lo que denuncia el programa CONTRAVÍA en su capítulo 258,
acerca de las concesiones mineras otorgadas a compañías internacionales para
explotar oro, petróleo, gas y carbón en nuestro país. Por esta razón, las
protestas no se han hecho esperar. Sabemos de la radical oposición que las
personas de Santander y Norte de Santander han mantenido frente a los macabros
intereses de estas compañías, que tienen como finalidad la de explotar oro a
cielo abierto en el páramo de Saturbán, con la complicidad del Estado. También
es conocido el proyecto en la zona aledaña al volcán Machín en Cajamarca,
Tolima. En límites con este departamento, hacia el valle del Cauca se encuentra
el páramo de las Hermosas, donde nacen los ríos Bugalagrande y Tuluá; Este
paraíso es también uno de los lugares escogidos para la explotación de oro a
gran escala por parte de estas arrasadoras compañías. Quién haya caminado por
este mágico lugar, sabe que allí existen lagunas encantadas, entre un terreno
mullido, compuesto de agua, musgo, líquenes y frailejón; verdaderos surtidores
de vida, que al ser intervenidos con prácticas mineras, rompen su unidad como
ecosistema, convirtiéndose en desiertos de montaña. Ya teníamos suficiente con
la mal llamada “Reforestadora”, que inundó nuestro municipio de pino y
eucalipto, creando los desiertos verdes.
La ausencia de vida en estos monocultivos
industriales nos indica el grave revés que sufre un ecosistema, tras el
ensamble mecánico que hicieran los
dueños del cartón y del papel en suelos donde antes existía un bosque de
niebla, al que los representantes de la
compañía, hacia los años ochenta, clasificaron como terrenos agrologicamente
marginales, para poder dar su fatídica dentellada. Desplazando comunidades enteras
de humanos, aves, mamíferos e insectos.
La
política Neoliberal de Uribe y posteriormente de Santos, ambos de la mano del
capital internacional nos han acercado peligrosamente al abismo. Nuestro deber
es oponernos a tan fatídico plan. En nombre del “desarrollo”, comenzaron a despedazar nuestro país, ignorando el
llamado de organismos internacionales hacia la conservación de estos últimos
reductos de vida, enclavados en la zona del Trópico. El Calentamiento Global,
así, con mayúscula, no es un sofisma, es una calamidad planetaria que reclama
medidas urgentes por parte de todos los habitantes de la Tierra. La reciente
pronunciación de la ONU acerca de las guerras
que se desatarían en estas zonas, debido a la ausencia de agua potable por
fenómenos tan radicales como los de ´la
Niña` y el ´Niño`, nos comprometen en la urgente tarea de cuidar celosamente
nuestros páramos y cuencas hídricas de
la grave amenaza que representa la minería a gran escala. Donde se hace este
tipo de explotación solo quedan daños irreparables al ecosistema, pobreza,
desolación y cuencas contaminadas con mercurio y cianuro (debemos recordar el
caso de Minamata en Japón (1955), cuando los habitantes de esta población
consumieron pescado contaminado con mercurio. Todavía hoy se viven las secuelas
de este temible síndrome).
Nuestro
país, a pesar de sus gobernantes, sigue siendo un paraíso. Ante la indiferencia y complicidad del Ministerio
de Minas y Energía, de corporaciones como la CVC y de todos los funcionarios y “especialistas”,
encargados de expedir licencias y lotear nuestro país a su antojo, nuestro
deber como habitantes de Sevilla, es ilustrar a la comunidad acerca del enorme
riesgo que estamos corriendo en este momento. Solo una respuesta seria por parte de los habitantes de
nuestro municipio y de las restantes poblaciones vecinas, que también reciben
los beneficios de este surtidor de aguas cristalinas, pueda frenar esa inminente
y demencial explotación minera en Barragán, Cumbarco y Santa Lucía.
Nota:
Los amables lectores encontrarán una información más detallada en la denuncia
hecha por el programa CONTRAVÍA Capitulo 258. La Locomotora Minera de Colombia.
Jacinto Lara
Sevilla, mayo de 2014