La obra más ardorosamente debatida en Sevilla fue la construcción de la plaza de mercado cubierto. O más precisamente, la ubicación de ella. En 1933, la firma de Arango Betancourt y Cía., propuso la construcción de la plaza. Dos ingenieros de la mencionada firma estuvieron de visita y admirados de las realizaciones, insinuaron que se podrían iniciar obras de aliento, entre las cuales debería contarse en primer término la a que esta nota se refiere. Hicieron cálculos preliminares del costo, presupuestos de sus posibles rendimientos, condiciones del contrato, para llegar a la conclusión de que resultaba para el municipio un magnifico negocio.
Ante los argumentos de los proponentes, autoridades y ciudadanos se entusiasmaron con la iniciativa y entró a discutirse el sitio de la edificación. En un principio se aceptó qué debería ser la manzana que hoy ocupa el Liceo Femenino, que por entonces sólo tenía un local de escuela en bastante mal estado y una casita de habitación, en estado peor aún, sita en la esquina sureste del lote. Este tenía por el centro una profunda hondonada, de donde fluía una fuentecita. Los ingenieros la consideraron de fácil acondicionamiento para la obra en proyecto.
Adoptado informalmente para tal fin, surgieron voces de descontento y la cuestión se fue agriando notablemente hasta tomar las proporciones de un conflicto social. Se ofrecían, por parte de los interesados en que se construyera en otro sitio, considerables aportes en dinero como contribución a la realización de la obra. Uno de los lugares indicados era don hoy esta el Parque Uribe, otro era la manzana comprendida entre las carreras 50 y 51, entre calles 53 y 54. La agitación se calmó, cuando en 1934 el Concejo dijo que esa obra no se realizaría todavía.
Más tarde renació el proyecto y entonces se trató de situar la plaza en la manzana comprendida entre las carreras 49 y 50 y las calles 53 y 54, atravesada por la quebrada San José. Los opositores volvieron a sacar en contraposición la anteriormente mencionada, que en el lenguaje lugareño se llamaba la manzana de Aniceto Botero, por cuanto este señor tenía allí unas casas. Con el proyecto renació la agitación y vino a calmarse cuándo se desvaneció la posibilidad de la construcción. Algún tiempo después, la gobernación del departamento envió un ingeniero a estudiar el asunto, y su concepto fue que la plaza debía construirse en el sitio donde hoy se encuentra. Los opositores adujeron el argumento de la excentricidad y las malas condiciones topográficas para la urbanización de los alrededores. El ingeniero, un Dr. Villa Hausler, convino en que quedaría mejor situada en la manzana donde más tarde construyo la Federación Nacional de Cafeteros los almacenes de depósito. Tampoco en esta ocasión cristalizó el proyecto.
Volvió a aflorar en 1943, y en ese tiempo trazó el ingeniero Víctor de La Cuesta la plaza en el sitio de su actual ubicación, clavó estacas y dio otros pasos preliminares, pero la oposición fue tremenda y el proyecto se desvaneció. Durante la gobernación del Dr. Francisco Eladio Ramírez, 1948 - 1949, hubo un vago intento de iniciar al construcción de la plaza en el parque Uribe Uribe.
Ya en estado de sitio, cuando ocupaba la gobernación el Dr. Nicolás Borrero Olano, el departamento acometió la construcción de la obra, para cuya ubicación parece que solamente consulto o atendió las sugerencias de algunos personajes influyentes de la localidad. El Concejo había sido clausurado, la situación de orden público era por demás tensa, de suerte que no hubo ninguna manifestación de inconformidad, a pesar de que gran parte de los ciudadanos consideraron, y aun siguen considerando, que fue mal escogida la ubicación.
Acaso la existencia de una plaza desocupada, mientras en otros sitios había que adquirir la propiedad, haya sido uno de los mas poderosos argumentos que hayan podido aducir en pro del lugar escogido, si acaso el gobernante tuvo alguna observación que hacer, lo cual es improbable, pues el Dr. Borrero Olano intervino en la discusión inicial, ya que por ese tiempo era ingeniero director de la carretera que avanzaba hacia Caicedonia.
La plaza de mercado cubierto ocupa un área de 6.400 metros cuadrados y su construcción la hizo el departamento como una contribución al cincuentenario de la fundación.
* Artículo tomado de la Revista Efemérides y Documentos Sevillanos conmemorativa del quincuagésimo aniversario de inauguración de vida municipalista de Sevilla. Fechada junio 7 de 1914 - junio 7 de 1964. Compilación y digitalización realizada por el arqueólogo de las palabras Álvaro Noreña Jiménez en marzo de 2012 (Siglo XXI).
Post Scriptum: Después de toda esta parafernalia e intríngulis para su construcción puedo dar testimonio que la plaza de mercado más conocida entre los sevillanos como La Galería, nos proporcionó funcionalidad y asombro al poder ir cada ocho días en compañía de nuestro padre, a mercar con los populares canastos colgados del brazo. Era un deleite pasar por las diferentes secciones de La Galería: carnes, verdulerías, fruterías, ropas, ventas de cachivaches y artículos religiosos, servicio de comedor, hierbas, etc. Y era un divertimento y asombro viajar en los buses urbanos de Juan B Hernández que parecían la ballena de Jonás porque nos engullía en el Barrio Cincuentenario y nos regurgitaba ilesos en La Galería.
La Galería “El Carmen” se vino a menos cuando la ciudad fue creciendo y se implementaron en los barrios y calles los famosos supermercados o famas.