Texto de Germán Peña Córdoba.
Suena a una expresión vulgar, suena sucia;
causa rechazo de inmediato. Podría expresarlo de otra manera más decente: ¿el
que se pelea con sus sentaderas o trasero con que evacua los excrementos? Pero
así, no tendría eufonía, no atrae y no impacta. Tenía que buscar algo fuerte
para pellizcarse. La palabra "culo" y "cagar", son palabras
castizas que figuran en el diccionario de la Real Academia de la lengua RAE. O
sea que me encuentro habilitado para usarlas
La expresión la traigo de mi abuela Petrona Oliveros, y
para ella la dura expresión significaba, que una persona no debe pelearse con
quien eventualmente necesita. Los políticos avezados saben de antemano, que,
perteneciendo al ejecutivo, no se debe cazar peleas con el dueño de la chequera
que es el presidente de la república. El presidente de la república no es Jaime
Alberto Cabal, presidente de FENALCO, ni Bruce Mac Master, presidente de la
ANDI, ni los dueños de los Ingenios de caña de Azúcar, ni Uribe, ni Gaviria.
Que pena con ustedes: el presidente de la república, se llama Gustavo Francisco
Petro Urrego. Si consideran que no los representa, "de malas" como
diría Francia Márquez en lo único sensato que le he escuchado.
Como es posible que la señora Gobernadora, que a
propósito se eternizo en el cargo, y el advenedizo alcalde de Cali, Alejandro
Eder, que a propósito estoy empezando a extrañar a Jorge Iván Ospina, siendo
nuestros representantes en el ejecutivo, asuman posturas de ideologizados
opositores políticos, llevados por su odio personal contra el presidente Petro.
Para mi concepto es una inconmensurable irresponsabilidad con sus electores,
con el Valle del Cauca y con Santiago de Cali.
Un Gobernador o Gobernadora y un alcalde o alcaldesa
pueden pensar diferente al gobernante de turno, pueden no estar de acuerdo
ideológicamente con el presidente; lo que no pueden es, asumir el rol de
acérrimos opositores políticos, estilo Fico Gutiérrez ¡Es una absoluta
irresponsabilidad!
A quien se le ocurre, que si yo me opongo y mando a
archivar la reforma a la salud, a través de mis esbirros en el congreso, me
opongo a la ley de financiamiento que es, de donde saldrían los recursos, todo
esto como lo ha hecho la gobernadora Dilian, y para rematar el alcalde se va de
viaje con su socio Fico Gutiérrez, a conspirar a Estados Unidos, a hacer lobby,
nos descertifican y luego los tengo que premiar con 12 billones para un Tren de
Cercanías, que los administraría el mismo que administro los recursos del
famoso puente de Juanchito, que no fue ejemplo de transparencia. ¿A quién se le
ocurre? Es el colmo de la ingenuidad política, allí se confirma la política del
"vivo bobo".
Que no nos vengan ahora, a vender el cuento de falso
regionalismo y, que la decisión tomada -que por supuesto compartimos- es
"una venganza política", después que alcalde y gobernadora, han sido
parte fundamental del bloqueo institucional a las reformas. Seamos claros: aquí
lo que hubo fue unos gobernantes excesivamente ideologizados, que, en vez de
pensar en la gente, pensar que este país se deben ejecutar unos cambios
estructurales, para reducir la desigualdad, primero se han dedicado a pensar en
cómo perjudicar al gobierno del cambio, con sus mezquinos intereses políticos e
ideológicos. Gustavo Petro, un político de experiencia y que de bobo no tiene
un pelo, exige transparencia y garantía con unos recursos que no son pocos.
Germán
Peña Córdoba
Arquitecto-UNIVALLE



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