En la que
aspira a ser visitada por muchos turistas (nacionales o extranjeros), hallaran
que es un pueblo, que a pesar de no ser
una mega-urbe, dado el numero de su
población, es bastante crecido
el inventario de automotores, motos y bicicletas, a lo que se suma el
hecho que ya es costumbre local la de movilizarnos, los de a pié por la calle,
no por el anden. A demás de la imposibilidad de movilización por las aceras,
por la invasión creciente de ventas, parqueo de motos y construcción de peligrosas
rampas como las que le han permitido al recién llegado ARA.
Nos
falta mucha cultura sobre el particular, tarea que se inicia desde la escuela y sigue con las reglas que
se direccionen desde las autoridades de transito e incluso la misma comunidad.
A
los del carro no les importa el peatón, a los de la moto menos,
el de la bici igual, así que del golpe sálvese quien pueda.
Nuestras
calles son estrechas, ya deberían, si
pensamos en serio en lo de Planeación, proyectar un mejor amueblamiento urbano. Obligar a que
conductores usen los parqueaderos, no las calles como tal. Imponer
máximos y mínimos de velocidad, no solo en la zona urbana sino rural. Volver a
los semáforos (promesa incumplida de la actual administración). Reubicar las
ventas estacionarias que se han tomado los andenes y las calles (frente a SERVIENTREGA
hay un FRUVER de grandes proporciones). Etc.
Pero
antes una buena reflexión.
¿Se
han preocupado las autoridades por realizar una estadística sobre el tema de accidentalidad en los últimos 20 años, sus
falencias y por sobre todo que
resultados fatales se han producido en
materia de movilidad?.
Que
el espacio es público, es eso, pero este tiene sus limites que lindan muy
cercanamente con la urbanidad y el civismo, lo administrativo e incluso lo penal. Y allí deben estar al frente:
Planeación Municipal y Transito Municipal.
Recién,
un amigo muy conocido en Sevilla, un
sevillano de los tantos que han retornado a su solar nativo, conocido además por
su oficio como comunicador, ha sido una
nueva victima de la velocidad o que sabemos, en accidente no laboral sino de
transito. Se trata de Rafael Duque Naranjo. No hace muchos meses atrás, otros respetables seres humanos, sevillanos de toda
la vida, sufrieron la arremetida de la velocidad, la irresponsabilidad y el desorden reinante en nuestro municipio.
Vamos
a necesitar un Alcalde que nos proteja de la velocidad y que rescate a Sevilla de
la irresponsabilidad y la falta de cultura que se apoderó de nuestro amado terruño.
Apartes de una comunicación del Dr. Aldemar Gómez Ocampo.
Exclusivo para El Ciudadano| Copyright © 2015
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