Texto de Germán Peña Córdoba.
Recuerdo "las cuenterías", otrora
sitios en los barrios Caleños donde existía un espacio especialmente destinado
a los adolescentes, para leer cuentos, historietas o tiras cómicas. Las más
apasionantes eran El Llanero Solitario y su caballo Plata, Batman y Robin,
Tarzán el Hombre Mono, Tawa, Don Fulgencio, La Pequeña Lulú, Archie, Don Abundio
y muchas más. Todas eran inspiradas en héroes y villanos, pero también por
personajes antihéroes, desconcertantes irreverentes o chistosos. Recuerdo las
Cuenterías, como el sitio ideal donde intercambiábamos "los
caramelos" o "monas" con que llenábamos los álbumes con los
equipos de futbol.
En todo ese universo existía una historieta llamada
Daniel El Travieso. Era una de las mejores. Daniel era un niño rubio y pecoso,
de unos 6 años. La historieta se desarrollaba en la sociedad norteamericana,
creada en los años 50 por Hank Ketcham. El niño Daniel era un pequeño personaje
irreverente, díscolo y travieso. Sus
travesuras desconcertaban a sus padres, vecinos y abuelos.
En el plano local tenemos a nuestro niño travieso:
Daniel Quintero Calle: ¡El travieso!
Buen candidato es para mí Daniel Quintero: desafía el
viejo orden establecido y promete "resetear" ese vetusto y anacrónico
congreso. Sus mañas fastidian, sus jugaditas cansan; se convirtieron en insoportables
y elementales personajes ahítos de 52 millones de sueldo, eso equivale a, 35
veces el pírrico salario del que gozan el 80% de los trabajadores colombianos.
Lo suyo es una bofetada al ciudadano de a pie y cada vez que se tramita una
rebaja para este estrambótico sueldo ellos mismos tumban la iniciativa. Una
banda como se autodefine Efraín Cepeda. Como toda regla, por Pequeña o grande
que sea, tiene sus excepciones, los habrá estudiosos y consagrados, pero la
mayoría son desafiantes y Filibusteros, que solo obedecen órdenes superiores
que van en contra del pueblo trabajador, Daniel tiene como propósito superior
acabar con esa vagabundería ¡Me gusta!
Daniel Quintero es joven, atractivo y avezado; promete
la travesura histórica de resetear esta cloaca y con eso, me basta para
considerarlo un excelente candidato. Iconoclasta e irreverente exalcalde de
Medellín, muy activo en redes sociales; aunque todavía no me desplaza a mi
querida Carolina, que es un primor y de una inteligencia y un discurso
superior, pero a Daniel hay que tenerlo en cuenta en la baraja.
Como alcalde de Medellín casó peleas en macro, e HIDROITUANGO
fue la más importante. Su administración se esmeró por sacar adelante este
proyecto hidroeléctrico y logro destapar toda la corrupción que lo rodeaba y
las fallas que llevaron a la emergencia ocurrida en el 2018. Daniel como
alcalde también creo la secretaria de la No Violencia para la construcción de
paz territorial, logró la Matricula Cero para instituciones públicas de
educación superior de Medellín, la aprobación del COMPES para el Metro de la
80, la reconstrucción de la Biblioteca España, los cien días sin homicidios en
el año 2022. En su programa Computadores Futuro, entrego computadores gratis a
los estudiantes de secundaria y educación superior. Su desempeño lo identifica
como una fuerte carta del Progresismo.
En campaña presidencial en el 2022 cometió una
travesura mayor, que ayudo en el ascenso del progresismo que propugnaba por el
cambio con Gustavo Petro como candidato en primera vuelta: ¡cambio en primera! decía
Daniel, manejando un automóvil y simultáneamente con la palanca metiendo el
cambio. Esta travesura siendo alcalde, le costó una investigación de los entes
de control por supuesta participación en política: Daniel salió airoso. Con
aquella oportuna pilatuna logró conseguir una significativa cantidad de votos.
Hoy como precandidato, lo vemos muy activo en redes
sociales participando de manera impactante. Hoy Daniel el Travieso, se perfila
como uno de los más opcionados a salir elegido en octubre, de donde saldrá el
candidato del Pacto Histórico a enfrentarse a otros del gran Frente Amplio,
compuesto por diversos sectores políticos. El Pacto Histórico logró lo que se veía
imposible de lograr: se fusionó como partido único dentro de una amalgama de
partidos, que por fin desvirtúa el viejo aforismo que reza: "la izquierda
unida jamás será izquierda".
Germán
Peña Córdoba
Arquitecto-UNIVALLE