Encendió el computador, pensó en varios temas para plasmar lo que quería escribir. Las ideas brotaron, pero Juanita Lectora no supo cómo iniciar la redacción del contenido de su próxima columna de opinión. Se levantó de la silla, fue por un vaso de agua para calmar aquella angustia de desear escribir y no poder realizarlo. Releyó al filósofo checo Franz Kafka, “Sin duda mi ignorancia por no saber que me pasa en cinco meses sin escribir tiene que ver con la incapacidad para escribir”, para reafirmar la dificultad que encierra la tarea de escribir.
Escribir no es fácil porque requiere de trabajo constante, avanzar y retroceder sin pausa, conceptuó Juanita, por ello escribir y reescribir son tareas unidas, sin plazo específico para derrotar el pánico de la página en blanco, la inhabilidad para transformar ideas en frases o la indecisión por romper o borrar lo escrito. Tareas propias que afectan el pensar y actuar del escritor, por ello escribir se torna en una lucha permanente entre el deseo y la realidad.
La supuesta incapacidad para escribir dicha por Kafka, planteó Rusbel Caminante, contiene el mensaje del esfuerzo que los escritores realizan para completar su tarea y del trabajo que implica convertirla en práctica cotidiana. El significado de arduo trabajo emerge de la sutiliza con la cual Kafka afirma no entender porque durante cinco meses no escribió palabra alguna. Quizás estos espacios de tiempo sean necesarios para pensar sobre lo que escribimos o dejamos de escribir. Son tiempos aprovechables que el escritor debe tomar como opciones prácticas unidas a su labor, agregó Rusbel, para delimitar sobre qué va a escribir y cómo realizarlo.
Juanita Lectora creyó en el pensar como otra tarea importante del escritor. Leer para aprender a escribir y pensar para reflexionar sobre lo escrito complementan el oficio del escritor y definen su labor como artesano de la palabra. Estas tareas básicas del escritor es necesario integrarlas en espacios y tiempos apropiados para dar vida a los pensamientos y convertirlos en palabras útiles que apoyen la apurada tarea de escribir cuando el tiempo corre y llega la hora de entregar la columna de opinión o el relato prometido.
El escritor estadounidense Truman Capote alertó sobre el trabajo arduo y persistente como único recurso para mejorar la escritura, adicionó Juanita Lectora, para compartir con Kafka aquella dificultad que se enfrenta para cumplir con éxito el trabajo de escribir. Kafka y Capote dejan como enseñanza la invitación a discutir con nuestras propias incapacidades para no dejarnos derrotar de la inacción y mantener viva la ilusión de mejorar lo qué escribimos y cómo lo terminamos.
Juanita
Lectora leyó el artículo Quiero escribir y no lo hago de la escritora española
Ana Bolox, donde expone que la decisión de no escribir es más emocional que
racional; sin embargo, Juanita consideró que escribir también se hace realidad
a través de decisiones racionales del escritor, porque la costumbre de no
conseguir lo que se desea, como expresó Murakami, “…acaba por no saber incluso
lo que se quiere.”
»
.jpeg)
