Transilvania

Texto de Lisandro Duque Naranjo

Demasiadas situaciones ocurrieron en un período muy breve. En esta época siempre ha sido así. Un simple enunciado de ellas:

a) La influencer Yina Calderón fue al quirófano para hacerse varias cirugías. Su propósito es verse “anormal”, “perfecta”, y “quedar igual que una Barbie”. Su cirujano publicó los dibujos sobre los cortes (que él llama “rebanar”) que iba a hacerle, que incluían eliminarle las costillas flotantes que a su juicio son innecesarias, como un remanente estorboso del Homo erectus. Yina estuvo hospitalizada de emergencia a causa de tantos posoperatorios. Asistimos al invento de una criatura sin antecedentes: un frankenstein que se arma con fragmentos propios y prescinde de piezas que procedan de otros cuerpos. Una selfie de verdad, no como la de Mary Shelley, que era con pedazos de cuerpos de otros cadáveres.

b) El 26 de enero Uribe visitó la comuna 13 en Medellín, donde fue rechazado en recuerdo de la Operación Orión, y una semana después llegó en campaña a Soacha, de donde se llevaron para Ocaña a los jóvenes que “no iban a coger café propiamente”. En su visita, dijo: “Me duelen los jóvenes de aquí que fueron asesinados por narcotraficantes”. Diría que los inspiradores de homicidios siempre vuelven a la escena del crimen, si no fuera porque a este personaje le tocaría recorrer todo el país para completar las 6.402 víctimas de falsos positivos. Y lo está haciendo, encontrándose en todas partes con apariciones como si llegara a Transilvania.

c) A propósito, el padre De Roux esta semana dijo que en 1997 nuestro Nosferatu paisa, aliado con los paras, “salvó” y “liberó” a Colombia de las Farc y el Eln. Javier Ortiz Cassiani, columnista de El Espectador, se preguntó en su columna que, si todo estaba tan claro, “¿para qué se creó entonces la Comisión de la Verdad?”.

d) Ramiro Bejarano denunció en su columna en El Espectador que los empresarios se inventaron “la cláusula Petro”, que consiste en poder incumplir los contratos si acaso este gana las elecciones. Petro, entre tanto, estaba en Roma conversando con el papa, a lo que el presidente Duque dijo que ojalá se hubiera confesado antes. Faltó que dijera del candidato que era un príncipe de las tinieblas, pero otros lo dijeron. La realidad de este país, se está pareciendo a las ficciones de la Inglaterra decimonónica: Frankenstein, Drácula...

e) La FAO publicó un informe sobre el hambre, en el que pone a Colombia al lado de Nigeria, Yemen, Sudán del Sur y Etiopía. Por su racismo habitual, el Gobierno se alteró con la comparación y exigió rectificar. Y lo logró: la FAO dijo, con mucha pena, que todavía no, pero que ya casi. Y eso que Peñalosa había dicho que “la selección Colombia parece un equipo africano”, lo que no sería étnicamente reprobable, salvo porque agregó: “El problema del Chocó se resuelve con 100 canchas sintéticas”.

f) Faltando 35 días para las elecciones, en la Procuraduría nombraron a 1.200 funcionarios. En la Cancillería también despacharon a docenas de personas a embajadas. No son diplomáticos de carrera, sino a la carrera.

g) En el Hay Festival, el Gobierno proyectó en la pantalla, antes de cada acto, la advertencia de que el Estado financia la totalidad del evento, razón por la cual se espera que los participantes se abstengan de opiniones que sean violatorias de las normas. Ya entiende uno el porqué de la intervención del padre De Roux.