Solo 36 kilómetros separan a la cabecera
urbana de Sevilla con una de las veredas más hermosas de nuestro municipio,
Maulén; pero el jeep Willys que cubre la ruta demora alrededor de dos horas y
media, es decir, el mismo tiempo que puede tardar un trayecto de Sevilla a Cali
que, en ruta son 156 kilómetros; más de cuatro veces la distancia hacia la
vereda mencionada.
Maulén, al igual que muchas otras veredas, es
un lugar desconocido para la gran mayoría de los sevillanos, algo curioso,
considerando que más del 90 por ciento del territorio municipal pertenece a la
zona rural y a esta área le debemos entre otras cosas el título de Paisaje
Cultural Cafetero entendiéndose que la cabecera municipal no se encuentra
dentro del área principal de dicha denominación.
Para ir a Maulén se llega hasta el
corregimiento de San Antonio y se sigue sin desviarse, por la misma carretera
que viene de Sevilla hasta donde termina su recorrido.
Hace casi treinta años, se abrió el tramo de
carretera correspondiente de Calamar a Maulén pero nunca más volvió a subir una
máquina; es decir, nunca ha recibido
mantenimiento: se abrió el paso donde solo cabe un vehículo pero no se le
hicieron cunetas, alcantarillas y todos los elementos necesarios para que una
vía funcione adecuadamente: quedó inconclusa, lo que ha provocado varios inconvenientes e, incluso, accidentes
fatales a lo largo de estos años.
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Vereda Maulén |
Debido al mal estado de la vía, es poco
transitada. A pesar de esto, en los últimos cinco años ha habido cuatro accidentes de tránsito, uno de ellos con
dos muertos, entre ellos, un menor de edad.
Casi toda la carretera está en muy malas condiciones
pero, a grandes rasgos, podemos decir que a la altura de la vereda El Billar, encontramos un derrumbe que presenta
problemas. Más adelante, en la quebrada La Sara, el paso es pésimo, siguiendo la ruta en el sitio conocido como El
Campamento, el problema se agrava,
pues hay un tramo tan malo, que no resiste el paso de un camión pequeño, ya que
está soportado por una improvisada
empalizada que hace las veces de soporte de la banca. Hasta este lugar no pudo pasar,
hace poco tiempo, una motoniveladora que pretendía amortiguar en algo el
problema vial.
Siguiendo la vía, encontramos problemas en
todo el recorrido, como la falta de balastro y el poco espacio para rodar que
tienen los vehículos que muestra en un lado de la vía piedras y barrancos que
amenazan con derrumbarse y, al otro lado, un precipicio que termina en las
aguas del río Bugalagrande, haciendo que algo tan cotidiano como transitar se convierta
en peligro inminente en el que corren un gran riesgo, principalmente, nuestros
campesinos.
Maulén, entre la belleza y el abandono total,
es una triste realidad: aún no cuenta con electrificación en pleno 2016, una
pena que no se ve solo aquí en nuestra Sevilla, sino en todo el país, donde
muchas veces miramos despectivamente y con un profundo desconocimiento lo rural,
para fijarnos en lo de afuera sin percatarnos de que, en nuestro entorno, puede
estar la solución de tantos problemas que nos aquejan.
Por| Álvaro
W. Pineda Tabares