¿Derecha o izquierda?

4 de octubre de 20200 COMENTARIOS AQUÍ


Texto de Álvaro Pineda Tabares

No es que nuestro país se haya polarizado últimamente, es que siempre lo ha estado

Desde el grito de independencia en 1810, hasta 1816, tuvimos el periodo que Nariño denominó: “La patria boba”, donde por estar concibiéndonos como nación federalista o centralista, desperdiciamos los primeros años de independencia, permitiendo que nos reconquistara la corona española.

Así comenzó el país. Dividido. Entre 1812 y 1886, Colombia, sufrió 9 guerras civiles. Ese año con la creación de la Constitución del 86, se creó uno de los detonantes de la guerra de los mil días desde 1899 a 1902. Guerra entre liberales y conservadores.

No solo ahora asesinan a los desmovilizados de los procesos de paz, para 1914, el hermano de Heraclio Uribe; el General Rafael Uribe Uribe, era asesinado a hachazos en las afueras del Capitolio Nacional, cuando ejercía como el único congresista del Partido Liberal en ese entonces, luego de haber sido indultado y desmovilizarse con las fuerzas liberales, años atrás.

Yo he podido renunciar de una vez por todas y para siempre, a ser un revolucionario con las armas, pero no he renunciado a ser un revolucionario y un agitador en el campo de las ideas" Rafael Uribe Uribe.

De ahí en adelante, son muchos los que han caído por el hecho de pensar diferente al régimen establecido. Nunca se les perdonó tener pensamiento crítico

34 años después de Rafael Uribe, siguió el magnicidio de Gaitán, y ya se venía gestando lo que vendría después. La violencia liberal conservadora que acabó con el poco renacer que tendría el país para ese entonces.

Aquí en Sevilla, un municipio que se proyectaba dentro de los más prósperos, la sombra de la violencia partidista, acabó drásticamente, su impulso. De relatos escalofriantes sobre la violencia están llenas las memorias de nuestros mayores.

En el municipio, una de las más recordadas es la historia de Onésimo y Marco Granada, hermanos entre sí, quienes militaban en bandos contrarios y en un episodio casi de película de esas que quisiera rodar, mueren el mismo día.

En las décadas siguientes, al fuego de la polarización que no nos permite unirnos como nación, se atiza y después, como gasolina, llega el negocio del narcotráfico, con sus millones de dólares que dejan como resultado miles de muertos de lado y lado y millones de desplazamientos.

En el país todos somos víctimas de la violencia de alguna manera, pero lo más peligroso de esto, es que al hacerse tan cercano a nosotros, se nos convirtió en paisaje, aparecieron hasta fenómenos musicales que narraban las desgracias y después las series y narconovelas, que si bien de alguna manera permiten una catarsis, acomodan más el paisaje violento a una supuesta normalidad, donde el narco corrido y el guion traqueto, hacen parte ya de un elemento de identidad. 

Para  ver esto, podemos ir a cualquier fiesta de pueblo en Cundinamarca o Boyacá, donde el atractivo principal va a ser el grupo que canta narcocorridos, incluyendo el tema de “El guerrillero y el paraco” y en un segundo plano, aparece la música tradicional, esta última, cuando la tienen en la programación.

Las redes sociales se han convertido en una trinchera para lanzar dardos y puyas a quienes no están de acuerdo con la ideología del usuario de cada cuenta. La pregunta es: ¿A dónde vamos a llegar?

Y si no tomas partido, también eres víctima de los extremos que te ven como un obstáculo al totalitarismo, así, pasaba y pasa aun con el campesinado, quienes quedan en medio del fuego cruzado y los involucran porque si o porque no.

 

Creo que muchas personas, al igual que yo lo hago, le pregunto a ese ser superior: ¿Qué podemos hacer?, ¿izquierda o derecha?

En mi caso después de preguntarlo, me miro al espejo y veo dos ojos, dos piernas que me ayudan cada una  a impulsar mi bicicleta cuando dejo la flojera y me subo a pedalear, dos manos con las que entre otras cosas, puedo escribir estas líneas y a veces me pregunto si el país no será como una inmensa caja llena de personas y cosas maravillosas a la que se debe impulsar, pero si solo lo hacemos con un brazo, la caja simplemente se desviaría y le daríamos vueltas en círculos. Ahí hace falta el equilibrio del otro lado para poder avanzar hacia el horizonte, veo en ese símil,  un país siempre gobernado en un mismo sentido.

Entiendo que para poder ver mejor es necesario tener el ángulo completo de los dos ojos y no un velo que te cubre parte de la visión.

El problema no es el otro ojo, el otro brazo, la otra mano, la otra pierna, el problema son las circunstancias por afrontar como la pandemia que padecemos.

Tal vez viéndonos al espejo y contemplando la perfección que puede existir en la armonía simétrica, entendamos que hasta la naturaleza nos grita que la mariposa para volar necesita sus dos alas y que es cuestión de entender, que el otro también existe.

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