Fotos de la palabra “Sevilla” aparecida en textos
medievales españoles. Notas sobre la historia de la palabra y los tipos de
letra utilizados para escribirla.
La paleografía es el estudio y la
interpretación de los caracteres en escrituras antiguas. En éste se identifican
las formas de las letras y su evolución, y se clasifican los tipos de letra según
la época y el lugar de origen de los textos. A continuación, presento algunas
fotos de la palabra “Sevilla” en documentos antiguos españoles. La mayoría de
los documentos consultados fueron seleccionados por los profesores Diego
Navarro, Eduardo Juárez y José Luis La Torre (q. e. p. d.), de la universidad
Carlos III de Madrid, para su curso en línea de paleografía y caligrafía
hispánicas. Las fotos de los fragmentos de la Etimologiae y de la Crónica de
tres reyes fueron obtenidas de los libros escaneados publicados en la
Biblioteca Digital Hispánica.
El origen de la ciudad de Sevilla, actualmente
capital de la comunidad autónoma de Andalucía en el sur de España, se remonta a
la época prerromana. No se conoce a ciencia cierta el significado de su nombre
original, que los romanos documentaron como Hispal, porque no se sabe de qué
lengua proviene. Era ésta ciudad del pueblo Turdetano, asentado en el sur de la
península antes del siglo I a. n. e., pero en esta región hubo también colonias
de la Ciudad de Cartago, y hay quienes afirman que el grupo de sonidos /-sp-/
(entre la primera y la segunda sílabas, Hispal) puede venir de la lengua de los
colonizadores: el fenicio. Para documentarse más sobre las hipótesis acerca del
más temprano origen de la palabra Sevilla recomiendo leer la ponencia de Pascal
Barea publicada en este sitio web:
https://rodin.uca.es/xmlui/handle/10498/15101.
Durante la dominación romana la ciudad pasó a
llamarse Hispalis, y con el paso del tiempo fue adoptando otros nombres:
Hispalo, Ispalis, Spalis. En el libro Etimologiae, el arzobispo Isidoro de
Sevilla, religioso cuyo nombre en latín es Isidorus Hispalensis, propone una
explicación sobre el origen del topónimo. Esta obra fue concebida entre los
años 627 y 630, pero el fragmento a continuación es de la versión del Códice
Toledano, escrito en el siglo IX:
Allí se lee en latín: Hispalim Cesar Iulius
condidit quam / ex suo et Romae urbis vocabulo Iuliam / Romulam nuncupavit.
Hispalo autem / a situ cognominata est et quod in solo / palustris suffixis in
profundo pulir lo/cata sit ne lubrico atque instabili funda/mento cederet.
La traducción al español hecha por José Oroz y
Manuel Marcos es la siguiente: “Julio César fue el instaurador de Hispalis
(=Sevilla), a la cual dio el nombre de Julia Rómula haciéndolo derivar del suyo
y del de Roma. Debe su denominación de Hispalis al lugar en que fue emplazada,
porque se levantó sobre un suelo palustre, sostenida por maderos fijos en el
fondo de las aguas, para que no se hundiera en ese terreno inestable y
resbaladizo.”
Esta es la palabra Hispalo, que aparece casi al
final de la tercera línea del fragmento, escrita en letra visigótico-mozárabe.
Algunas de las características de esta grafía que podemos evidenciar en la
palabra es que la letra s parece r, y la a siempre es abierta por arriba y
puede confundirse con la letra u.
A continuación, otra transcripción de la
palabra en el mismo fragmento de la obra, en una versión del siglo X. Aquí está
transcrita como Spalo, los mismos caracteres visigótico-mozárabes.
La escritura visigótico-mozárabe fue la
escritura nacional de los reinos peninsulares cristianos a partir del siglo
VIII, y cuando dejó de utilizarse cedió su puesto a la letra carolina, llamada
así porque comenzó a emplearse en época de Carlomagno. Esta es otra
transcripción de Hispalo, en letra carolina, de un manuscrito producido
alrededor del año 1160.
Pascal Barea afirma que a finales del siglo
VII, los visigodos residentes en la península se referirían a la ciudad como
*Ispalia. A partir de la conquista por parte de los musulmanes, estos la
“rebautizaron” como Isibilia. Se debió a que en lengua árabe no existe el
sonido /p/; lo más cercano que tienen a nuestra letra p es el sonido /b/, y el
grupo de sonidos /-sb-/ tampoco es normal en dicha lengua. En otras palabras: a
los musulmanes que ocuparon la península ibérica les quedaba más fácil
pronunciar Isibilia que Ispalia.
Los cristianos residentes en la península, a su
vez, fueron transformando la forma de mencionar la ciudad, modificando el ya
modificado nombre de Isibilia por Sibilia, Sibilla, Sebilla y, por último,
Seuilla o Sevilla. En tiempos del apogeo de la reconquista española, a mediados
de los años 1200, la letra carolina empezó a ser remplazada por las letras
góticas, que podían ser de libros o cursivas. Los documentos oficiales se
encomendaban al rey o a los reyes, y tenían una intitulación que enumeraba los
territorios sobre los que los monarcas gobernaban. Ésta es una intitulación de
un documento oficial firmado por el rey Alfonso X: “Como yo don Alfonso por la
graçia de Dios rey de Castiella, de Toledo, de Leon, de Gallizia, de Sevilla,
de Cordova, de Murcia e de Jahen”. Del fragmento leído, extraigo la palabra
desde una fotografía del documento original escrito en caracteres de letra de
privilegios.
El documento de la fotografía anterior está
fechado en el año 1293 de la era hispánica. Dicha era comienza en el año 38
antes de Cristo, por lo tanto, provendría en realidad del año 1255 de nuestra
era. La siguiente foto de la bonita palabra Sevilla, escrita también en letra
de privilegios, data de otra intitulación del año 1323.
El siguiente es un fragmento de la Crónica de
tres reyes, que comienza con la narración de la reconquista católica encabezada
por Fernando III de Castilla. Se mencionan allí los consejos de los hombres del
rey para fuese a tomar a Sevilla, ciudad musulmana hasta aquel entonces. En
esta versión de la palabra, la letra s parece a una f sin el trazo intermedio,
y se liga a la letra e posterior.
“Los unos
desiendol que enbiase / correr contra tierra de Sevilla; los otros, que / se
fuese echar sobre algunos de los castillos / que eran por cobrar de los moros e
que los / fuesen conqueryr”.
A continuación, un recorte de una intitulación
de un texto de 1335, en donde se lee “de
Sevilla de Cordova”. La grafía empleada es letra de albalaes. La letra a,
del final de la palabra Sevilla, se encuentra abreviada por una línea que
atraviesa los astiles de la doble ele.
Alrededor de 1400 se desarrolla en España una
nueva grafía cursiva, la de la letra
cortesana. Esta es más ilegible que las anteriores. A continuación, dos
versiones de la palabra en letra cortesana aparecidas en intitulaciones, la
primera de un documento de 1459 y la segunda de 1472. La letra e se encuentra
completamente pegada a la letra S. En
la de abajo parece que dijera “Sevylla”.
Paralela las grafías góticas cursivas
hispánicas que hemos mencionado, reservadas para cartas y documentos oficiales,
en Europa se habían desarrollado los caracteres góticos de libros. Aquí la
palabra en letra gótica redonda:
Y no quise terminar sin incluir la foto del
texto del cual extraje la grafía anterior, esto con el fin de deleitar al
lector con la imagen de la bella mayúscula inicial decorada. Al comienzo de la
intitulación podemos leer los nombres de los reyes católicos, “Don Fernando e doña Ysabel”.