Era un 29 de octubre, en vísperas del décimo
aniversario de Rock al Parque, el cual contaba con un cartel muy sollado, pues estaba Molotov, Café
Tacuba, Skatilities, Spinetta, Koji K Utho, Injury.... uuuuff.
Bueno, ya sé que me estoy desviando del tema,
me emocioné un poco, ¡pero ya continúo!
Tenía 19 años y sentía la ansiedad de un niño
de 8 cuando va a llegar la Navidad. Me levanté de un brinco, me duché cantando
a todo pulmón, me puse la pinta que preparé para ese gran momento y me fui muy
temprano a mi cita, tan temprano que llegué a esperar desde las 8:00 a.m. o sea
12 horas antes ¡por si las moscas!
La espera al principio fue muy aburrida y
además cayó un aguacero de esos que saben caer en octubre, como estaba
esperando afuera me moje hasta la madre. Con el pasar de las horas me relajé
conversando con gente que estaba ahí para lo mismo y de charla en charla,
matamos el frío con vinito de caja y uno que otro guaro.
Todos estábamos muy ansiosos y nos hacíamos las
mismas preguntas: ¿qué va a pasar? ¿Cómo va a ser al principio? ¿Cuánto va a
durar? Conversábamos mucho del tema y los que ya habían tenido esa experiencia
nos contaban cómo les fue.
Hasta que llegó el final feliz
La espera terminó, todo estaba a oscuras, yo
estaba entre nervioso e inquieto, de pronto un estruendo muy ruidoso golpeaba
mi pecho progresivamente y me paralice del miedo.
Trataba de buscar de dónde venía ese ruido,
sentía que todo se movía, pero no podía ver nada.
De repente, aparece frente a mí una intensa luz
azul que desde el suelo iluminaba la figura de una persona que empuñaba su mano
y la apuntaba al cielo.
we are strong♫♫♫
we are right♪♪♪
we don´t be pushed
aside ♪♪♪
we´ll go on ♫♫♫
we will fight ♪♪♪
we will not compromise ♪♫♫
we will never lose to
you♫♫♫
we will never lose to
you ♪♪♪
we will never lose to
you ♪♪♪
Fue lo primero que escuché después de ese golpe
intenso, golpe que provenía de un tambor que azotaban con furia...
Era mi primera vez, mi primer concierto, tenía
frente a mí a The Offspring.
Me encontraba en un shock absoluto, cerraba los
ojos para detallar cada nota de sus canciones, lo disfruté segundo a segundo,
lo grité, lo salté, lo lloré, abrazaba a todo el mundo, alzaba mi mano en cada
coro, aplaudía cuando había que aplaudir, fue simplemente BRUTAAAAAL, no ¡cuál brutal! fue una CHIIIIIIIMMMMBAAA! ¡Cada vez que me acuerdo se me hace un nudo en
la garganta, desde ese día quedé más loco que nunca!
Registros Mentales
Sin duda alguna el mejor concierto al que he
ido, tal vez porque fue el primero o tal vez por la tecnología, me explico:
Hoy en día es muy normal que grandes músicos giren
por este lado del mundo, sin embargo, cuando voy a un concierto no lo disfruto
de la misma manera, de hecho, jamás volví a sentir lo mismo que ese día, y ya
sé porque, pues caí en un error que en esta época muchos cometemos; le di más
importancia a la cámara que a la banda.
Les aseguro que ni fotos con la mejor
resolución o un buen video para compartir van a superar lo que queda grabado en
la cabeza ¡nada es más fantástico que
cerrar los ojos y disfrutar esa melodía que siempre quisimos escuchar en vivo
de nuestro artista favorito!
Regresemos a lo elemental...
Por | Camilo Aranzazu Castañeda