El Seminario Mayor de la Diócesis de Buga,
“Los Doce Apóstoles” ha cumplido 18 años de existencia. El Seminario es de
todos; así lo hemos corroborado el pasado domingo 6 de septiembre de 2015.
La Kermesse celebrada como una fiesta
diocesana nos ha hecho pensar de nuevo que “Somos una Familia”, como lo ha
querido el primer Obispo de Buga, Monseñor Julián Mendoza Guerrero.
Una familia que se hace presente desde de
todas las ciudades de la geografía diocesana; una familia que se manifiesta en
cada grupo apostólico, en cada comunidad del Sine; una familia que vive en las
comunidades religiosas; en cada presbítero y en el Obispo… todo por amor al
Seminario, escuela de futuros sacerdotes, corazón de la Diócesis, lugar de encuentro
que nos hace sentir hijos del Padre del Cielo, miembros de la Iglesia de Cristo
fundada sobra la roca de San Pedro.
Gracias a todos; Dios les pague por su
cercanía, por el apoyo generoso y por su invaluable presencia en el Seminario.
Gracias por orar por sus futuros sacerdotes.
Oramos por todos; recen por el Seminario
porque debe seguir siendo el espacio singular y sagrado para el encuentro con
Cristo Sacerdote, donde cada seminarista podrá exclamar:
“Oh Cristo mío: te veo, te leo, te oigo, te
estudio; quisiera comprenderte si pudiera; te amo, o por lo menos forcejeo por
amarte de verdad; te bebo en el hilo de tu sangre que cae de tus labios, que
brota de tu costado abierto, rosa purpúrea de un amor sin tasa, sin tacha ni
medida, abismo hondo de hondura infinita; te siento […], me enamora el
ideal de tu bandera; en cada episodio de tu vida paréceme ver diseñado un
programa de acción para el humano, para el creyente, para el sacerdote.
Yo te vi. Ayer no supe estudiarte. Era abeja que iba a
los nectarios del Evangelio. Más, luego me embriagaste y hoy quisiera verte,
Cristo, como siempre fuiste, unción blanda para todo dolor, porque eres
mitigación y calma, pues eres misericordia y caridad; y quiero verte, Jesús,
porque nave fue tu Cruz, salvación fue tu Palabra, vigor tu doctrina moral […] porque tu
palabra es sinfonía de perdones y poema eterno de la reconciliación de lo
humano que estaba perdido, y tú lo hiciste encontradizo porque irradiaste luz
en cada palabra tuya; y estaba roto, y tú lo uniste con la soldadura de un
vínculo de oro teñido de sangre, que floreció en jardines de púrpura eterna; y
estaba muerto, y tú lo volviste a la vida, porque en tus párpados se apagó un
lucero que se hizo sol cuando la gloria de la redención anunció a la humanidad
que estaba proscrita, que ya éramos libres, pues muerta había sido la aciaga
esclavitud”. (Pbro. Alfonso Zawadzky
Colmenares, Sevilla, Valle del Cauca, octubre de 1931).
Buga, septiembre 12 de 2015
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario de
Buga