En el sector de Galerías en Bogotá, los
sábados se cocinaban los mejores fríjoles de la ciudad en la casa Parra.
Araminta no concebía un almuerzo sabatino sin invitados sevillanos. Su casa,
era la sede alterna de la colonia sevillana residente en Bogotá. A esa casa
también, aterrizaron muchos coterráneos que salían del pueblo en la búsqueda
del sueño bogotano. Con razón el término de matrona siempre le fue propio.
La esposa de don Gabriel Parra siempre fue
alegre, dicharachera y mamagallista. Pero lo que mas la caracterizó, fue que su
amor de madre era tan grande, que cobijaba también con el a las amigas de sus
hijas y a los compinches de sus hijos.
Araminta, una sin tocaya, nombrada junto a su
parcera hermana Etelvina en una canción del Grupo Bandola, fue una de las
mujeres mas solidarias de Sevilla, perteneciente a organizaciones sociales como
las Damas Grises y a constantes obras de caridad, fue tal vez la última de esa
estirpe emprendedora y bondadosa que ayudó a forjar a las mejores generaciones
de sevillanos. Y digo fue, porque hoy ha partido con rumbo a la inmensidad, con
la tranquilidad del deber cumplido y seguramente con la sonrisa picaresca que
siempre la acompañó.
Para ella, bien podríamos decir que el 31 de
julio de 2015, se celebra para los sevillanos, "Los Funerales de la Mamá Grande".
La timonel de la parrillada, una familia con arraigo sevillano y con mucha
historia vivida en la Villa de don Heraclio. Amigos por naturaleza, entusiastas
y emprendedores, los Parra poseen la virtud de la convocatoria y por ello,
seguramente para Araminta el adiós provendrá desde todos los rincones.
Los días que antecedieron a su deceso en
Cali, ocurrieron sin más ni menos exactitud, como en la canción de Aznavour, La
Mamá. “Todos al fin Llegaron ya, de todas
partes del país, desde el mayor hasta el menor, todos en torno a la mamáaa.
Todos se turnan en cuidarla, en atenderla y abrazarla, esta muriendo la mamáaaa”.
Fue toda una vigilia de despedida para esta extraordinaria mujer.
Un abrazo afectuoso a la familia Parra López
y una expresión de respeto y solidaridad de parte de los sevillanos para todos
ellos.
Araminta, ojalá ya estés perturbando el orden
celestial con tus silbidos……. Hasta siempre, tierna mujer!!!
Por| Oscar Humberto
Aranzazu Rendón