La cultura del IMPORTACULISMO (personas a las
que todo les importa un culo), ha logrado tal penetración, que a los
sevillanos, nada de lo que vaya en contra del pueblo, les importa. Y peor
todavía, lo que acontece al otro, malo o bueno, menos le interesa. Mientras más
alto sea el nivel de gravedad de lo que le acontece, menor es el interés del
sevillano por las cosas de su ciudad.
El IMPORTACULISMO, ya es un mal de país, al
que no estamos ajenos ninguno de los Colombianos, cuando a diario, a través de
la información, conocemos de un nuevo hecho delictivo, cometido por los
funcionarios que se encargan de hacer la ley o aplicarla, los gobernantes, los
concejales, los diputados y los que, por efectos de la contratación, se han
convertido en los mayores facilitadores de la corrupción.
Por qué no, exigirles a los futuros gobernante
del pueblo, que nos dejen conocer su pasado, que nos dejen saber, si están
preparados o no, para el cargo al que están aspirando. Los sevillanos tenemos
una responsabilidad grande, frente al futuro de nuestros hijos y nietos, de
comenzar a reconstruir una institucionalidad que les pueda garantizar, por lo
menos, una mejor calidad de vida. O, a usted no le importa el futuro de sus
hijos.
A ningún ser humano racional, que yo conozca,
le importaría un culo, el futuro de sus hijos. Entonces comencemos desde ya, a
intentar la reparación política de un pueblo, que a costa de mucho esfuerzo,
comenzó a construir ciudad y que luego por aplicación de nuestra propia
constitución, comenzaron a derrumbar los “Alcaldes Populares”.
Comencemos a exigir. Si seguimos permitiendo
que cualquiera nos gobierne, tenga la seguridad, que en el futuro cercano,
vamos a ser recriminados por nuestros hijos. Solo ustedes y yo, somos los
responsables, de que ellos, tengan un lugar donde puedan vivir dignamente.
No aspire jamás, a que sus hijos se sientan
orgullosos de usted, luche por que sus hijos jamás se vayan sentir avergonzados
de usted. Las oportunidades en la vida, no se repiten a diario.
Aceptemos con dignidad, que nos hemos
equivocado durante mucho tiempo y hagamos un propósito de enmienda, que nos
permita pensar en un futuro mejor para nuestros HIJOS.
Por| Héctor
Favio Valencia Aguirre
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