Ausencia
total del estamento gubernamental en las exequias del más grande forjador de
talentos en nuestro municipio.
En
la madrugada de este domingo cuatro de mayo falleció en el hospital San José de
la ciudad de Buga, lugar a donde fue remitido al mediodía del sábado el profesor Julio César Abadía Villegas, de 66 años de edad. En la madrugada
del sábado 3 del mes en curso había ingresado a la sala de urgencias del
hospital Centenario de Sevilla debido a complicaciones de salud que habían
deteriorado poco a poco su cuerpo, después de una cirugía de corazón que le fue
realizada años atrás.
Julio César Abadía Villegas había llegado al municipio de Sevilla en el
año 1986 con el objetivo de desarrollar un proyecto deportivo de la Liga
Vallecaucana de Atletismo en la región: entregarle al deporte vallecaucano y
nacional atletas para competencias de fondo o larga distancia (pruebas
atléticas de 5.000, 10.000 metros y la maratón).
Venía
de entrenar en el departamento del Cauca a atletas como Norfalia Carabalí y
otras destacadas velocistas que le entregaron importantes logros a Colombia en
eventos internacionales.
Lo
conocí cuando comenzó su trabajo deportivo ya que buscaba el diálogo con
personas cercanas a la actividad deportiva y a los integrantes de los medios de
comunicación, para conocer más a fondo la idiosincrasia de nuestros
deportistas, sabedor de los antecedentes de atletas de largo aliento en Sevilla
como los hermanos Gabriel y Julián Giraldo.
Además
de las convocatorias a niños y jóvenes en ramas femenina y masculina para que
visitarán la pista atlética del estadio municipal, comenzó a desplazarse a pié
hasta las veredas del municipio, por la carencia de los recursos económicos y
de transporte. En varias ocasiones lo observé con su infaltable sudadera, su
gorra y morral caminando hacia lugares como San Antonio, Coloradas y otras
veredas en busca de los deportistas que necesitaba para su proyecto deportivo.
En
los primeros meses de trabajo ante la falta de atletas recibió el apoyo del
licenciado Fernando Quintero Holguín, funcionario de la liga de atletismo que
lo animó para que no desfalleciera en el intento deportivo, que después comenzó
a brindarle resultados.
Y
fue en sus recorridos por el campo sevillano que aparecieron sus primeros
atletas, los cuales tuvo que arrancar de los trabajos del agro y de sus
familiares que se oponían a que dejaran sus tareas agrícolas. Muchas anécdotas
vivió en sus recorridos veredales “el Profe
Abadía” como comenzó a ser conocido, una de ellas bastante particular ya
que se encontró a un joven arrojando grandes piedras con sus manos y brazos a
largas distancias cual atleta de lanzamiento de Bala o Disco. Logró convencer a
su padre y al mismo joven para que se viniera al estadio municipal a practicar
lanzamiento de Bala y logró llevarlo a competencias departamentales en
representación de Sevilla. Gran demostración de intuición y conocimiento
deportivo que se vieron siempre aplicados en el descubrimiento de atletas.
de todos los atletas, marchistas y
maratonistas que descubrió, pulió y preparó, logrando títulos departamentales,
nacionales, seleccionados a juegos suramericanos, juveniles, panamericanos, su
gran descubrimiento fue Bertha Oliva
Sánchez Rivera, que con su figura diminuta y aparente fragilidad a la edad
de 8 años, se apareció por la pista atlética del estadio municipal,
sorprendiendo a todos quienes la observaban por su determinación y capacidad
física para enfrentar entrenamientos, pruebas y a rivales que competían junto a
ella, incluso corriendo a pie limpio en muchas ocasiones por falta de tenis.
Como lo hacía con los deportistas que
llegaban desde distintos municipios del Valle del Cauca, buscando su consejo,
preparación física y dirección técnica, el
profe Abadía se convirtió en padre, amigo, sicólogo de Bertha Oliva hasta
transformarla en una de las más importantes atletas de Colombia en el ámbito
internacional, por todos los logros y títulos alcanzados en Suramérica, Norteamérica
y Europa.
Las autoridades administrativas de Sevilla,
los dirigentes deportivos y la ciudadanía en general, todavía no han alcanzado a valorar la dimensión de
la participación de Bertha Oliva Sánchez en la maratón de los Juegos Olímpicos de
Beijing China en 2008. Pasarán muchos, muchos años para repetir esa
historia por parte de la atleta nacida en Betania Antioquia, pero hecha
deportista desde los cinco años en nuestro municipio. Allí en Betania, las
autoridades administrativas, preparan la entrega del más importante
reconocimiento del municipio a la deportista nacida en su ciudad.
El Profe
Abadía, con su habitual seriedad,
fuerte temperamento, rígida disciplina deportiva, durante sus 26 años de
presencia en Sevilla exigió a sus atletas y de allí tantos logros, que hicieron
que fuera llamado por las ligas de Antioquia, Cundinamarca y Bogotá para que
dejara esta tierra y se fuera con mejores propuestas laborales y con Bertha
Oliva a trabajar por el atletismo de esas regiones. Pero vivió apegado a este
municipio, a sus costumbres, a sus gentes, a pesar de la incomprensión de
dirigentes deportivos, alcaldes, concejales, políticos a los cuales siempre
reclamó apoyo y recursos para sus atletas, de quienes quería hacer personas de
bien y luego deportistas. Nunca lo escuche pedir nada para él, solo para el
deporte de Sevilla en general, soportando en los últimos años la indiferencia
hasta de deportistas que formó, que no le tendieron la mano desde cargos de la
administración municipal, cuando lo agobiaban las enfermedades y la falta de un
contrato de trabajo. Eso mismo sucedió con las autoridades deportivas de la
liga y la federación. Solo Bertha Oliva y la última camada de atletas que le
deja a Sevilla, al Valle y a Colombia.
El creador de la Carrera Atlética Ciudad de
Sevilla por donde pasaron los más destacados del deporte base de Colombia,
prueba del calendario nacional de la federación, que acabaron las administraciones
municipales, fue despedido este lunes 5 de mayo por sus atletas encabezados por
Bertha Oliva, estudiantes de la Institución Educativa General Santander, que
envolvieron el féretro con la bandera blanca, verde y roja del colegio y
ciudadanos que lo conocieron y apreciaban su trabajo.
Una vez más, quedó demostrada la indolencia
de los administradores públicos, deportivos, concejales y politiqueros que en
varias ocasiones ofrecieron ayudas que nunca se cumplieron, pues no dieron la
cara en los actos celebrados en la Parroquia San Luís Gonzaga. Creo que hasta
en el más allá les ganó de lejos El
Profe Abadía y seguramente más tranquilo se fue al descanso eterno sin
verles las caras.
Por, Wilson Rendón Agudelo
Video, cortesía Canal Local Vivavisión
(emisión 02-22-2013)
Imágenes, tomadas de redes sociales