Su trabajo
recoge la historia social de la música y el inventario documental en el
Quindío, cubriendo dieciséis municipios, doce de su propio departamento y
cuatro más del norte del Valle del Cauca.
Hace poco que
el Centro de Documentación Musical del Quindío cumplió 29 años de existencia, y
para muchos, entre ellos los gobiernos de la región, el hecho pasó sin pena ni
gloria. Este centro, fundado el 13 de abril de 1984 es un patrimonio vivo de
Armenia y el Quindío, al que se le debe brindar mucho más apoyo, prestarle más
atención.
Sus dos
fundadores, el sociólogo Álvaro Pareja Castro y la pedagoga musical Martha
Cecilia Valencia Álvarez, lo crearon con el corazón, con la pasión y con el
sello del amor. Solo así funcionan bien las cosas, aunque al comienzo los
recursos sean escasos. Ellos han asumido un verdadero liderazgo dentro del
proceso musical colombiano, especialmente en el campo de la investigación, el
patrimonio, la difusión y la educación.
Por estas
mismas calendas, también, lograron recopilar el llamado Cancionero Mayor del
Quindío, dos tomos que recogen si no todas, casi todas las canciones que se han
escrito por autores quindianos a partir de la llamada Colonización Antioqueña.
Fueron ellos quienes hicieron visible la música vernácula y quienes mantienen,
en parte, vivos esos ritmos musicales de la montaña de los Andes colombianos.
Su trabajo
recoge la historia social de la música y el inventario documental en el
Quindío, cubriendo dieciséis municipios, doce de su propio departamento y
cuatro más del norte del Valle del Cauca, que conservan la misma cultura por
estar ubicados en la denominada hoya hidrográfica del Quindío.
Después de 29
años, el Centro ha crecido y se ha transformado en fundación. La constituyen el
Centro de Documentación, la Casa Museo Musical del Quindío, la Sala Cultural
Música y Región, y la radio revista Cancionero Mayor del Quindío. Pertenece a
las redes nacionales de centros de documentación, de investigación, de museos y
de salas concertadas del ministerio de Cultura.
Esta fundación
cuenta con un acopio de 200.000 fuentes en sus diferentes colecciones
discográficas, videoteca, fotografías, instrumentos musicales, archivos,
partituras, cancioneros, biblioteca, hemeroteca y equipos radiofónicos. Acaban
de ser premiadas sus dos propuestas en la convocatoria Plan Nacional de
Concertación 2013 del ministerio de Cultura: ‘Historia social de la música en
el Quindío’ y ‘Memoria fotográfica musical del Quindío’.
Su sede está en
el parque Uribe. La Casa de Álvaro y Martha, como la llamamos cariñosamente,
son ya, 29 años después, un verdadero patrimonio cultural de la ciudad. Y los
patrimonios merecen mayor cuidado, más atención y mucha difusión por parte de
las entidades del gobierno.
Ellos, Álvaro y
Martha, reemplazaron, para decirlo en un lenguaje sencillo, todo aquel acervo
musical que la modernidad nos sacó de las antiguas calles de la ciudad, toda
aquella musicalidad de las ventanas y balcones del antiguo pueblo y las
‘pachangas’ de los corredores de las fincas cafeteras. Hay aquí un verdadero
tesoro de esa cultura musical que creció con el café, es parte del Patrimonio
Cultural Cafetero.
Y si el
gobierno regional no se compromete, en parte sí lo ha hecho el ministerio de
Cultura, entidad a la que hay que aplaudir por reconocer en el Centro de
Documentación un verdadero patrimonio de la nación. Y también, claro está, el
apoyo de la ciudadanía, que reclamamos con mayor acento. Viernes y sábados,
siempre donde Álvaro y Martha. Felicitaciones.
Redacción: La Crónica del Quindío