Mucho han tenido que sufrir sus habitantes. Hace algunos años sólo se atrevieron a permanecer allí 10 familias como consecuencia del conflicto armado. Hoy, esta tierra es un remanso de paz y busca que la gente de la ciudad deje de sentir miedo de visitarlos.
Hace poco más de un siglo, dos familias
paisas llegaron a lo que inicialmente dieron en llamar Tilmaquín, quizás
inspirados en las historias muiscas que narran las aventuras de este personaje,
el más bello de los hijos del Zipa Nemequene. Poco a poco se fueron abriendo
paso entre el espeso monte para ir dando forma a sus sueños colonizadores. Al
poco tiempo llegarían otros grupos y complementaron la labor iniciada años
atrás. El nombre actual lo toma, según los relatos, de un viaje hecho a Buenaventura
por uno de sus habitantes donde otra persona comentó que se iba para “Cumba en
barco”, frase que le quedó sonando al mencionado personaje quien tiempo después
uniría las palabras para denominar al caserío con el nombre de Cumbarco que
conserva en la actualidad. Doña Ilcer Jaramillo, descendiente directa de los
colonos, nació allí y narra lo hecho por sus antepasados.
Hasta hace unas décadas sólo existía la calle
principal, pero gracias a la unidad de sus habitantes y la llegada de nuevas
familias, se formaron otros barrios alrededor, generando progreso para el
corregimiento. La violencia partidista y la aparición de grupos al margen de la
ley, desafortunadamente ahuyentaron a muchos, dejando al pequeño pueblo casi
desolado por un tiempo.
El 17 de febrero del año 2000, unos 200
guerrilleros de los frentes 6 y 50 de las farc, atacaron la estación de policía
con cilindros bomba, causando la muerte a dos uniformados y afectando algunas
viviendas aledañas. Este es uno de los acontecimientos de violencia más
tristemente recordados. Los ataques duraron 6 interminables horas y fue lo que
motivó el abandono del caserío por parte de la fuerza pública que desde
entonces no hace presencia en la zona. Así rememoran sus habitantes esa fecha.
13 años después, Cumbarco busca surgir y se
puede observar mucha actividad en el caserío y sus alrededores. Fincas que dan
excelentes frutos gracias a su buen clima, discotecas, tiendas, salas de
internet, misceláneas, organizaciones de mujeres y hombres artesanos y hasta un
Banco Comunitario que ha ido creciendo con los ahorros de sus socios, hacen de
este un lugar que se prepara para salir adelante y que recibe constantemente a
más habitantes. Precisamente, uno de los llegados hace apenas 5 meses, dedica
su tiempo a la fabricación de camas, armarios, mesas y otros elementos a base
de guadua. Sus productos ya son solicitados en varios lugares de la región.
La historia de Cumbarco ha sido muy
convulsionada, pero se ha sabido salir adelante de cada dificultad como buenos
paisas que son, deseosos de encontrar el cielo, después de haber pasado por el
infierno tantas veces por causa de una violencia sin sentido. Hace unos 5 años
que no se siente la presencia de grupos armados y eso les llena de optimismo,
permitiendo desde ya a sus 510 habitantes darle la bienvenida a la paz y al
progreso.
Redacción: Canal Vivavisión