Petro: con los pantalones bien puestos

30 de septiembre de 20250 COMENTARIOS AQUÍ

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Texto de Germán Peña Córdoba 

El 21 de abril de 1970, el presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), al final de su mandato en una fugaz alocución presidencial, y en un llamado "acto de valentía", con la mirada fija sobre su fino reloj de pulso, decretó en directo para la televisión en blanco y negro, el toque de queda y envió a dormir a los colombianos a las 9 de la noche. Este acto ha sido falsamente valorado por la sesgada narrativa tradicional como el mayor acto de valentía de un presidente en ejercicio de su cargo en Colombia

Mucha tinta ha corrido sobre este histórico hecho.

Era la última elección del Frente Nacional, diseñado en 1958 en la isla Benidorm, España, por Alberto Lleras Camargo y el tenebroso Laureano Gómez Castro. En este excluyente sistema, se alternaban cada cuatro años el poder, el partido Liberal y el partido Conservador. El Frente Nacional fue la única expresión de perversa equidad que conoció nuestra generación. En ese momento, se enfrentaba el General Gustavo Rojas Pinilla y el advenedizo, desconocido y recién llegado a la política Misael Pastrana Borrero, completaba la terna Conservadora el candidato Costeño Evaristo Sourdis. El triunfo del General Rojas era evidente, el escrutinio en horas de la noche le favorecía y lo daba como seguro ganador. "El Enano Lleras" y su bizarra personalidad, nos mandó a dormir a todos, luego se fue la luz y no se volvió a ofrecer datos de la elección en curso. Al otro día como por arte de magia, amaneció como ganador Misael Pastrana, con una pírrica ventaja de 74.000 votos.

El fraude fue evidente, pero el fino reloj de Carlos lleras Restrepo fue registrado por la amañada historia como el mayor acto de Valentía de presidente alguno. Así las cosas, para el momento y para la historia el robo a las elecciones, quedó en un segundo plano. Este grotesco robo electoral originó la aparición del M-19.

Un año después, en el gobierno de Misael Pastrana y el joven ministro de educación Luis Carlos Galán, ad portas de la justa deportiva, VI Juegos Panamericanos, de 1970, una revuelta nunca antes vista sacudió a Santiago de Cali y se expandió por todo el país. Ese fatídico 26 de febrero hubo 45 muertos en Cali; en su mayoría estudiantes asesinados por la tenebrosa PM Policía Militar. En ese tiempo donde los derechos humanos eran violentados sistemáticamente, "La PM" era muy temida por el estudiantado. Fue una respuesta desproporcionada del estado, a la manifestación estudiantil enturbiada por el vil asesinato del estudiante Edgar Mejía Lenis "Jalisco", en pleno parque de Carulla, San Fernando Viejo. Fue una desproporcionada medida represiva de las muchas que vivieron después como "actos de valentía", del presidente Julio Cesar Turbay Ayala (1978-1982).

¿Eran actos de valentía, el fraude electoral, la represión contra la protesta estudiantil o las torturas en las caballerizas de Usaquén? No.

El mayor acto de valentía que le he conocido a un presidente en ejercicio fue el discurso disruptivo de Gustavo Petro. hablándole al mundo y al imperio con inteligencia, sobre las realidades que nadie se ha atrevido tocar ni hablar.

¡Nadie se había atrevido a tanto!

Considero que lo mejor que pudo haber pasado para que se diera algo tan trascendental como el discurso de Petro en la ONU, fue la descertificación, pues esta nos habilito, nos dejó con las manos libres para hablar claramente sobre temas jamás tocado por los tibios y obsecuentes presidentes que antecedieron al actual gobernante. Sin descertificación no se habría dado tan disruptivo discurso, que puso a pensar a la humanidad

 Creían que el presidente iba a hablar de los siete enanitos o a llevarle saludos al rey de parte del "presidente Uribe", o hacer cabecitas con un balón. Creían que con una descertificación Gustavo Petro se amilanaría y se arrodillaría. Pensaban que su odiosa arbitraria y unilateral medida, sería un balde de agua fría que liquidaría su emotividad, su destreza, y congelaría sus huesos. Pensaban que Petro quedaría impávido a merced de los nefarios que tratan de asfixiarlo; pensaban que Petro se paralizaría quedaría pasmado y sin ganas de seguir luchando.

Se equivocaron de cabo a rabo sus enemigos parroquiales.

 

Petro es un toro de casta que la pulla de la vara lo crece. Cuan equivocados estaban, pues se les ha crecido. Los apátridas cipayos de la ultraderecha esperaban que la indigna decisión unilateral lanzaría a Petro al ostracismo. Nada de eso sucedió porque logro convertir con inteligencia una decisión vergonzosa aplaudida por la ultraderecha ultramontana, en una situación favorable a sus convicciones políticas. No paso lo deseado. A Petro le sobra lo que a la acobardada y cipaya ultraderecha colombiana le falta: valor y dignidad

Mi abuela Petrona Oliveros de Peña, es mi alter ego y ella a los 103 años vividos, para cada hecho que se presentaba en la vida tenía un acertado y severo aforismo, que encajaba perfectamente en cada situación vivida: "no hay mal que por bien no venga mijo" diría ella en este caso.

Germán Peña Córdoba

Arquitecto-UNIVALLE

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