Texto de Germán Peña Córdoba.
Los llamados alternativos, son la voz de los
tradicionalmente excluidos por la Hegemonía informativa, son la forma de
compensar la ausencia de otra visión. El periodismo Alternativo es diferente a
los influencer, o los Youtuber, creadores de contenidos; los alternativos son
un grito herido que responde a la concentración antidemocrática de la
información. El país no se puede encasillar en blanco y negro, hoy se plantea
una visión multicolor, que nos ofrece otro punto de vista, otra opción, que se
une a lo tradicionalmente existente, que solo nos brinda la mirada a un mundo
plano, una línea recta, mientras la alternancia se desvía del camino para
mostrarnos un mundo nuevo.
La compensación, es el equilibrio natural que corrige
un desbalance; si la balanza se encuentra demasiada cargada a un solo lado, al
agregar un peso que equivalga a lo que ocasiona el desbalance, la resultante
será cero. Así se logra el equilibrio en la estática. En Colombia
indudablemente siempre ha existido un desbalance informativo que convierte en
borregos a los correligionarios de la visión única.
Casi podemos decir con absoluta certeza, que existe una
hegemonía informativa que se ha creado con una sola visión de las cosas. Nos
han establecido una forma de ver los hechos donde no tiene cabida narrativa
diferente a la imperante. Muchas décadas fuimos sometidos a ver, escuchar y ser
obsecuentes con la información parcializada, que eclosionaba de noticieros que
solo nos mostraba una realidad política dominada por una casta consciente de
"quien posee la información posee el poder". Así las cosas,
Telediario, Noticiero 24 horas y Noticolor llamado popularmente
"Lambicolor" por su lamboneria con el gobierno de turno, construyeron
la unanimidad en la información. Ese denominado, "el cuarto poder"
(la prensa), se unía al poder ejecutivo, Legislativo y Judicial, y entraba en
contubernio con los dueños del aire que respiramos, y así, todos se tapaban con
la misma cobija, y los gobiernos sin ninguna dificultad armaban sus equipos.
Hoy se critica el problema para armar equipo de
gobierno y sus continuos cambios. Resulta tan fácil armar equipo cuando no se
piensa cambiar nada, y tan difícil constituirlo cuando se aspira a lograr un
cambio trascendental e histórico.
Nuestra generación solo palpo unas pocas voces
disidentes a la visión única, lo fue el Semanario Voz, de Carlos Lozano, La
Revista Alternativa fundada por Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón
y Daniel Samper Pizano, que peyorativamente el cubano José Pardo Llada los
estigmatizo con el rótulo "Guerrilleritos del Chicó". Por
aquellas calendas conocimos uno que otro panfleto clandestino, perseguidos por
el permanente estado de sitio, impuesto por un presidente de ingrata
recordación: Julio Cesar Turbay Ayala (1978-1982).
De todas maneras, por esos tiempos, ya existía un
periodismo abyecto al poder, pero no lo era tanto como lo es hoy. Fui lector
del periódico El Tiempo por muchas décadas; los columnistas opinaban de manera
independiente, y El Tiempo, fue uno de los primeros periódicos en tener una
unidad investigativa dirigida por el prestigioso periodista Daniel Samper
Pizano. Religiosamente leía las columnas de Enrique Santos, llamada
"Contraescape", leía incluso al hoy ultraderechista Pacho Santos en
su columna llamada "Al Ruedo"; igualmente me informaba con Daniel
Samper al leer su columna "Reloj", que con el tiempo mutó a llamarse
"Cambalache". Juan Manuel Santos y los editoriales de los hermanos
Don Hernando Santos y Don Enrique Santos, eran de infaltable lectura ¡Era el
otrora gran periódico El Tiempo!
El Tiempo sin Ti.… no sería Tiempo seria Empo.
Pero desde que se puso de moda el "Periodismo
Empresarial", y El Tiempo paso a manos del grupo económico de Luis Carlos
Sarmiento Angulo, y el Espectador de la familia Cano Isaza, al grupo Santo
Domingo, no dan ganas de leer a la otrora gran prensa, pues se convirtieron no
en el periodismo independiente que en el pretérito conocimos, si no, en una
empresa más de los grandes oligopolios que defienden intereses empresariales a
través de la sesgada información. Un caso emblemático fue el de Margarita Rosa
de Francisco, que disentía con estos intereses, en una valiente columna de
opinión escrita por ella en el periódico El Tiempo. Margarita fue brutalmente
defenestrada.
La dinámica del tiempo nos trae una versión que
equilibra un poco las cargas: el periodismo alternativo. Los alternativos
procuran caminar por donde no existe camino, y así, dejar rastro. Las redes
sociales a través del periodismo alternativo le pegaron una patada al tablero,
y lo que era toda una hegemonía, viró para convertirse en una masiva
participación democrática de la información. Hay que reconocer que en este
escenario y en ciertos casos, falta rigor periodístico, contrastación de
fuentes, objetividad y credibilidad en el manejo de la noticia, pero los
alternativos son los que visibilizan una nueva visión, que poco a poco se irá
puliendo y nos aleja de la unanimidad en que vivíamos aletargados.
German
Peña Córdoba
Arquitecto-
UNIVALLE