Texto de Germán Peña Córdoba.
Cuando
opera el chantaje, como arma o condición sine qua non para aprobar
iniciativas de origen gubernamental, estamos ante el manido "filibusterismo".
Deseo que la relación cambie para el 2025. El término filibustero,
que en realidad era el pillaje que ejercían los piratas en las Antillas, mutó y
hoy aplica a la obstrucción parlamentaria, que impide que los proyectos avancen
en sus diferentes etapas.
La
vieja estrategia tapona las iniciativas, sin mayor discusión ataja los cambios
propuestos, hasta tanto no se llegue a convenios non sanctos con los
"padres de la patria", que pertenecen a las diferentes bancadas.
Dentro
de una Democracia representativa como dice ser la nuestra, los congresistas se
deben al voto popular, son elegidos para que obedezcan a los intereses
superiores del pueblo; interpretar su sentir, sus anhelos y sus angustias.
¿Se
les olvida algo tan importante?
Estos
carilimpios y relamidos ya siendo elegidos, hacen todo lo contrario: llegan al
hemiciclo del congreso a defender intereses de la opulencia y van en contra su
propio pueblo. ¡Ni un voto más para estos Chiquilicuatres! No se puede reiterar
el error.
El
"Filibusterismo" es un viejo conocido, no es una conducta novedosa.
El venal comportamiento es tan antiguo que mucho antes de llamarlo así, lo
denominaban "lentejismo". El comportamiento lentejo en la antigüedad,
estaba referido al pasaje bíblico que relata la venta y traspaso de la
primogenitura de Esaú a su hermano Jacob por un plato de lentejas. El
Filibusterismo es sinónimo del lentejismo y se le reconoce como un
comportamiento inmoral, impropio y venal.
Es tal la normalización que ejerce la corrupción sobre el ciudadano del común, que aprovechar "el cuarto de hora", lo interpretamos como una virtud que inocula intrepidez, arrojo y osadía de parte de quien no deja pasar en vano su oportunidad de oro. Aprovechar el cuarto de hora se entiende, como la astucia de el que supo aprovechar el preciado momento que nos brinda la vida y que, si se deja pasar, quizás no volverá a presentarse. "Hay que lograr" dice la cultura Antioqueña
Aclaro,
que aprovechar las oportunidades no es malo perce. Lo malo es el mal uso que se
le proporcione a la oportunidad que se presenta. Aplicar mal una oportunidad o
darle un uso indebido es casi condición humana que florece Silvestre. Las
oportunidades son buenas, si no toma el desviado rumbo que se le dio en la
actualidad al diezmo. Convencidos nuestros padres, que es la mejor estrategia
formativa, desde niños nos enseñaron que "La oportunidad perdida",
junto con la flecha lanzada y la palabra pronunciada, son tres cosas que, en la
vida, no se devuelven.
Piensan
los filibusteros, con asiento en el Congreso, que su "cuarto de hora"
no se puede dilapidar y es tonto quien no aproveche sus minutos de fama y el
intrínseco protagonismo. En este caso, son los 15 minutos que se tienen por
haber llegado al Congreso (amén de los que se reeligen eternamente como don
Efra Cepeda) que significa tener una cuota de poder en sus manos, además de un
sueldo 40 veces mayor, al sueldo de un asalariado en Colombia y que
probablemente, e ingenuamente voto por el filibustero.
Como
en todo, existen excepciones, no se puede generalizar y medir con el mismo
racero, ni aplicar este análisis; hay congresistas valiosos, estudiosos y estructurados,
pero lastimosamente son muchos con conciencia filibustera que obstruyen,
piensan y actúan de esa forma. Es una vergüenza que lleguen al congreso
personas tan elementales, inmaduros y vacuos, como el tal "Polo Polo"
o un Chisgarabis, como "Jp Hernández".
Que
diferencia a un Carlos Gaviria Díaz, que sentenció categóricamente: "quien
paga para llegar, llega para robar". Pero al filibustero le da lo
mismo todo, y piensa que, con poner dos o tres trinos diarios, igualmente
vacíos y mal escritos, es su labor como congresista. ¡Malditos!
No
sé les exige que sean notarios, expresión que básicamente es una excusa para
distraer y confundir. Se exige que las propuestas se discutan con altura. Pero
contrario a esto, se inventan el eufemismo: "concertación democrática".
Es otra de las excusas para obstruir las reformas, apelando al retiro en el
momento de votar y así invalidar el quórum, sabotear las discusiones, dilación
en la presentación de propuestas mediante un manejo amañado de agendas y
mentiras permanentes en sus medios de comunicación.
Debemos
ser conscientes, que de este congreso filibustero no se obtendrá la aprobación
de las reformas, porque su objetivo es claro: que a este gobierno le vaya mal,
incluso llevándose por delante las reformas y destruyendo un posible bienestar
en favor del pueblo.
¡No les importa!
En
lo que concierne a la reforma a la salud, laboral, agraria y pensional, solo
aprueban, artículos nada trascendentales y así conseguir que todo siga igual, y
cuando al fin algo importante se aprueba, a posteriori buscan que la Corte
Constitucional los tumbe. Artículos fundamentales fueron demolidos en la
reciente reforma tributaria, esta reforma fue aprobada y luego derribada en lo
fundamental.
Así,
todos unidos bajo una sola bandera: medios de comunicación, viudos del poder,
la rancia oligarquía, conservadores, liberales, corruptos de todos los
pelambres, la junta del narcotráfico, militares retirados, etc. seguirán con el
bloqueo financiero y el bloqueo político teniendo las altas cortes en contra y
el golpecito blando, caminando por los laditos. Así, avanza el proyecto
fascista para el 2026: todos unidos y disciplinados, conspiran para que nada
cambie y a punta de mentiras tratar de recuperar el botín.
Germán Peña Córdoba
Arquitecto- UNIVALLE