Un expresidente Rector del Colegio General Santander

20 de julio de 20180 COMENTARIOS AQUÍ


Doctor José María Velasco Ibarra
Rector del Colegio General Santander de Sevilla

En las páginas de la historia de Sevilla y del Colegio General Santander, hay un episodio que siempre se recordará con profunda gratitud y admirable respeto; el paso por la Rectoría del doctor José María Velasco Ibarra. En 1935, un acontecimiento afortunado para el Colegio `General Santander` fue el nombramiento del Doctor José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente del Ecuador, como Rector del Colegio. Él aceptó complacido dicho nombramiento; se trasladó a la ciudad y el día 18 de octubre de 1935 tomó posesión. La Gobernación del Departamento dictó el decreto número 67 del mes de octubre de 1935, por medio del cual lo nombró Rector del Colegio.

¿Por qué fue nombrado Rector del Colegio un expresidente de la República del Ecuador?, ¿cómo vino a parar a Sevilla, una ciudad nueva, sin tradiciones históricas ni culturales, de escasa extensión, de ambiente semi-rural, de muy escasos atractivos si se exceptúan su espíritu acogedor y una sociedad distinguida?

Podemos responder con las siguientes líneas: El 18 de octubre de 1935 llegó a la ciudad el Doctor José María Velasco Ibarra para asumir la Rectoría del Colegio. El acontecimiento fue así: un día el Doctor Ramón Jaramillo Gutiérrez, uno de los ciudadanos que más vivamente se preocupan por cuanto dice relación a esta población, concibió la idea de ofrecerle la rectoría del Colegio Público al ilustre estadista ecuatoriano. El Doctor Velasco Ibarra agradeció el ofrecimiento y pidió ocho días de término para resolver de su aceptación. El martes 8 de octubre el Presidente Alfonso López Pumarejo llamó desde la telegrafía de Palacio al Doctor Ramón Jaramillo para averiguarle detalles acerca de la oferta hecha al Doctor Velasco Ibarra; expresó la complacencia del gobierno por tan laudable empeño, ofreció entenderse con el Doctor Velasco Ibarra y llamar nuevamente para definir la situación. Horas más tarde el presidente de la República hizo llamar nuevamente al Doctor Jaramillo, quien a su vez citó a varios de los ciudadanos que han de integrar el próximo Concejo. En esta segunda conferencia intervino ya directamente el Doctor Velasco Ibarra, quien después de exponer su pensamiento con entera claridad, y después de cerciorarse de las condiciones en que le tocaría trabajar, aceptó sin vacilaciones y ofreció venirse a Sevilla dentro de los doce días siguientes a aquella fecha, lo cual cumplió estrictamente, al salir el jueves de Bogotá y llegar en la tarde a Sevilla.

Desde que José María Velasco Ibarra, se embarcó en un carro de ferrocarril para dirigirse a las montañas de Sevilla, se eclipsó para la opinión pública. Llevaba consigo sus desilusiones, su sonrisa llena de salud física y moral, y los pocos libros filosóficos que logró reunir en las librerías bogotanas. Ahora escribe íntimamente para expresar el regocijo que le produce la adquisición de una hacienda que acaba de comprar el Municipio para su colegio. Sevilla no sólo llamó a su rincón a uno de los más altos valores de América, sino que es quizá el primer municipio de Colombia que adquiere al fin la conciencia del área.

En aquella época se valoró su presencia altamente: Un gesto de suprema gallardía que Sevilla nunca alcanzará a agradecer suficientemente, coloca hoy al Doctor Velasco Ibarra, ilustre estadista americano, que rigió con lujo de acierto e insuperable decoro, los destinos de la hermana República del Ecuador, su patria dilecta, frente a la rectoría del Colegio General Santander de esta ciudad. El Doctor Velasco Ibarra consagra con su prestancia de varón de perfiles continentales, a Sevilla a nivel nacional.

En cuanto a su personalidad, Velasco Ibarra, de temperamento estudioso, meditativo, y un poco huraño, inclinado notoriamente al recogimiento, por más que paradójicamente aparezca de tiempo en tiempo como uno de los más vehementes agitadores de multitudes. Cuando estaba en la rectoría del colegio hizo construir un rústico albergue en la suave ladera oriental. No vivió Velasco Ibarra en palacios sino en la vida común, se alejaba de las agitaciones de cualquier índole para consagrarse al estudio y a las cavilaciones.

Tenía una severa noción del cumplimiento del deber. Enseñaba con el ejemplo. Llegaba al colegio antes de iniciarse las labores, con toda cortesía llamaba la atención de los educadores, enseñándoles el reloj.

Fue un período memorable para la historia del Colegio y de la ciudad; fue aquel un período de intensa actividad. Un grupo de estudiantes entre los cuales sobresalían Hugo Toro Echeverri, Héctor Abad Gómez, José Cardona Hoyos, Raúl Arias López, Florentino Muñoz García, Carlos E. González, Guillermo Vallejo, entre otros, admiradores de su rector, atentos a sus orientaciones, aparte de sus afanes por los estudios, de notorio aprovechamiento, animaban centros literarios y demostraban una gran inquietud por todas las cosas atañederas a las cuestiones de la cultura.

De hecho y sin lugar a dudas, se nota cómo el entusiasmo, la asiduidad, la abnegación y constancia con que el Doctor Velasco Ibarra entró a llenar las funciones de su cargo, dicen claramente que las palabras del eminente estadista son hijas de una acendrada y profunda fe en el porvenir de la juventud, juventud que es común a los estudiantes.

Al Doctor Velasco Ibarra no lo asustaban las dificultades que por el momento se presentaban, pero creyó que Sevilla no había dado exacta cuenta de lo que el Colegio significa para su porvenir. Sus propósitos como Rector tendieron a hacer del Colegio uno de los institutos de mayor renombre, como realmente ocurrió. Nació y murió en Quito, Ecuador, 1893-1979.

Fuentes consultadas:
La Escuela en el Departamento del Valle del Cauca, publicación dirigida por Tulio Ramírez R., director de Educación, Imprenta Departamental, Cali, 1938.
Monografía de José Dolores Muñoz y Ricardo Esponda, ejemplar publicado en 1943.
Ulises Vásquez Vargas, Almanaque Histórico Sevilla, publicación realizada en 1971.
Ulises Vásquez Vargas, Sevilla, Valle del Cauca. Otro hito de una concepción colonizadora, Imprenta Departamental del Valle del Cauca, 1998.
Prospecto del Colegio Oficial de Varones de Sevilla, Valle, para el año lectivo 1935-1936.
Prospecto del Colegio Oficial de Varones de Sevilla, Valle, para el año lectivo 1950-1951.
Revista Cincuentenario, edición dirigida por Don Pedro Emilio Gil Jaramillo.
Reseña del Colegio General Santander por Pedro Emilio Gil Jaramillo, Sevilla, Valle, 1962.
Antorcha, órgano cultural del Centro Literario “Guillermo Valencia” del Colegio General Santander, edición dirigida por Otilio Valencia Pineda, Sevilla, mayo de 1951, Número 2.
www.biografiasyvidas.com/biografia/v/velasco_ibarra.htm
Anuario Santanderino, director Wbeimar Muñoz Ceballos, Sevilla, agosto de 1958.

Elaboró: Pbro. Rodrigo Gallego Trujillo
Ad Maiorem Dei Gloriam

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