Mi compañero Robinson y yo, hemos caminado juntos 26 años
de nuestras vidas… (Esposa de Robinson)
En medio de las noticias de paz y bajo un gran revuelo que ha causado el anuncio del acuerdo de Paz en la Habana entre las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos, llega la voz de la desaparición del sindicalista Robinson Rendón Londoño.
Después de casi dos décadas de formar resistencia los familiares
de los desaparecidos en Colombia, el Estado reconoció la tipificación del
delito por desaparición forzada mediante la ley 599 del 10 de julio del 2000,
es decir solo hace 16 años. La desaparición forzada ha estado por más de tres
décadas de manera sistemática en Colombia y aún está vigente las acciones
represivas para desaparecer personas.
¿Quién es el señor Robinson Rendón Londoño?
Un gran hombre de familia, oriundo de Sevilla-Valle del Cauca,
trabajador, dirigente sindical del gremio de trabajadores de la salud ANTHOC
Valle del Cauca. Trabajó como líder sindical hasta el año 2002, quien
hacia esa fecha por seguimiento y amenazas de las AUC- grupo
paramilitar Bloque Calima, comandado por el líder
HH, el sindicalista y su familia debieron salir bajo desplazamiento
forzado en calidad de refugiados hacia el Canadá.
Un regreso…la desaparición forzada
Hacia el año del 2013 regresó Robinson y su familia del Canadá,
instalándose en la vereda El Dorado, Alto Finca las Delicias del municipio de
Génova -Departamento del Quindío, después de permanecer por tres años en
Colombia, el dirigente fue sujeto de
desaparición forzada el día 26 de septiembre del año 2015 en el municipio de
Caicedonia -Valle del Cauca, encontrándose 11 meses de
desaparecido.
La desaparición forzada de un ciudadano conlleva a relacionar
trazos con respecto a su desaparición, es la búsqueda permanente por encontrar
al desaparecido y responsabilizar a quienes lo retuvieron y desparecieron. Es
imperante que el gobierno ante los anuncios de paz con las FARC–EP, el Estado
debe hacer un mayor esfuerzo por juzgar y sancionar a quienes cometan este tipo
de delitos, y ante todo que signifique una justicia que combata la impunidad.
Es necesario un consolidado categórico de los datos sobre la
población por desaparición forzada en Colombia: las investigaciones en la
fiscalía alcanzan cifras de 90 mil desaparecidos, medicina Legal habla de
22.300 y la Unidad
de Víctimas dice que son 45.000. En este tiempo que se declara como un desafío
‘para esclarecer la verdad”, es necesario saber:
1.
La Población por desaparición
forzada: cuantos desaparecidos hay como registro único.
2.
Esclarecimiento de las fosas comunes.
3.
Es fundamental una unificación serial, geográfica y
topográfica de cada municipio sobre los desaparecidos, como el circuito
existente de responsables en dichas desapariciones. Los instrumentos de
violencia impuestos en diversos territorios aún están vigentes y no es cosa del
pasado.
4.
La implementación de una plataforma
geográfica: una cartografía temática geo-referenciada para la búsqueda de
los desaparecidos en los diversos municipios, la cual deben incluirla en cada
plan de desarrollo local, en territorios donde se ha perpetrado la desaparición
forzada.
Ello será indispensable para entrar en “la verdad de la
paz”.
El presente se traza con credibilidad y confianza para esclarecer
la desaparición de miles de ciudadanos, donde por más de treinta años se
generado la desaparición forzada sistemática de miles de ciudadanos en
Colombia, no se sabe dónde están y que suerte corrieron. La sociedad colombiana
debe saber la verdad.
La desaparición reciente de Robinson Rendón, es el evidente trazo
que este delito continúa donde existen mecanismos, instrumentos al servicio de
circuitos delincuenciales desde las “localidades”, lugares instrumentales de la
desaparición de personas. El líder sindicalista fue desaparecido fuera de su
“entorno”, conllevándolo a diversos lugares; dados los registros
que se tienen, Robinson Rendón realizó pausas en diversos cajeros automáticos
de bancos en su recorrido, hasta que se perdió su rastro. El registro de su
desaparición está bajo un proceso en la fiscalía 8 especializada de Buga, donde
existen dos presuntos implicados en su desaparición, los cuales que ya se
encuentran en la cárcel distrital de la ciudad de Buga.
Si bien, existe actualmente un proceso de imputación de cargos no
se ha avanzado mucho jurídicamente para esclarecer la verdad y encontrar los
responsables, la búsqueda continuará sobre que ocurrió con él.
Lamentablemente en Colombia, se ha impuesto un modelo de instrumentalización
de violencia que es utilizado para la desaparición de personas. Bajo este
circuito de violencia no se puede generalizar sobre los instrumentos de la
desaparición forzada, pues estos se dan en “lugares y espacios geográficos” de
pleno conocimiento del ciudadano y esto con lleva a invisibilizar
al desaparecido. Se recurre como muestra de un recorrido bajo un posible hurto,
un accidente, un viaje intempestivo, nublando los móviles que tiene el
torturador para desaparecer. Es un circuito de violencia.
La violencia se impone de manera soterrada y no hay nada peor en
una sociedad que la individualización de la violencia se exprese como que “nada
ha ocurrido” o “no se vio” o eso “no es de mi interés”. El torturador siempre
anda con su víctima hasta desaparecerlo, no lo suelta hasta convertirlo en un
NN., es decir cuando no tiene una entidad numérica, su cedula, su rastro, según
el circuito extiende la instrumentalización de violencia logrando su objetivo:
la desaparición.
En el caso Robinson Rendón, él fue desaparecido y su familia no
descansará hasta encontrar la verdad de que ocurrió con él.
Por| Sara Leukos
http://www.alainet.org/es/articulo/179820