En temas pasados me refería a los de
izquierda y los de derecha, concluyendo que todo extremo es perjudicial. Que
para llegar a un buen PROCESO DE PAZ habrá que hacer algunos sacrificios, porque
todo tiene su precio.
A veces hay que ser reiterativo y hacer un
repaso, para que nos demos cuenta cual debe ser el camino a seguir, en un río
cuyas aguas desde su nacimiento venían cristalinas, pero que durante su
recorrido se han venido enturbiando al recibir otras corrientes cuyas
vertientes no han sido muy transparentes.
Al dar una mirada atrás a nuestra historia, vemos
que Colombia ha sido una nación de revoluciones, en donde los que se creen
nacidos en la Península o chapetones no han querido participar de las mieles
del poder a los criollos como en la revolución de los comuneros en 1781, una
rebelión antifiscal contra las autoridades coloniales; la de la independencia
española, la cual se extendió a otras colonias americanas: Venezuela, Panamá,
Ecuador, Chile y Río de la Plata.
Al devolver la historia nos encontramos algo
parecido a la época que estamos cruzando, que los indígenas realistas
consideraban al rey (mesías) como su protector y defensor natural, contra las
aspiraciones subyugadoras de los criollos. Se decía, que el amor al rey de
España se unía a la fidelidad de la Iglesia Católica, los dos elementos
fundamentales en la afirmación del monarquismo en las masas populares y
principalmente las indígenas.
Algunos elementos realistas del clero, en los
sermones y confesionarios; los obispos en las pastorales y cartas religiosas; y
los funcionarios españoles en las órdenes politicomilitares condenaban a los
bandidos “Patriotas” considerados como deicidas
y regicidas, los mayores pecados endilgados al hombre en países en donde
la mayoría de la población era católica, tradicionalista y analfabeta.
También, debemos tener en cuenta que al hacer
con los comuneros lo que hoy conocemos como procesos y acuerdos de paz, las
famosas capitulaciones, que fueron anuladas al poco tiempo por los españoles, fueron
amnistiados, pero luego asesinados en las calles, entre ellos el gran José
Antonio Galán.
Recordemos los más próximos movimientos
rebeldes como la UP, que se originó en un proceso de paz durante el gobierno de
Belisario Betancur en 1.985 y después cayeron entre otros Jaime Pardo Leal y
Bernardo Jaramillo.
El M19 o Alianza Democrática M19, movimiento
surgido a partir del fraude de las elecciones presidenciales del 19 de abril de
1.970 que dieron como ganador a Misael Pastrana Borrero sobre el General
Gustavo Rojas Pinilla.
Es por esto, que como consecuencia del
fracaso de los anteriores procesos, en los actuales acuerdos con las FARC se ha
dado un blindaje para asegurarse de su existencia y no que vayan a correr la misma suerte y una frustración más.
Como corolario tenemos, que visto lo
anterior, a Colombia siempre lo ha gobernado la Derecha y recordemos que no hay
efectos sin causas. Los problemas político sociales de nuestro país gobernado
por la derecha, se los endilgan a la izquierda que nunca lo ha gobernado. El
ahogado (pueblo) si está aguas abajo, pero viene ahogado desde aguas arriba.
Si los que siempre han tenido el mando en
este país, cumplieran son sus promesas politiqueras, otro gallo a nivel
político, administrativo y social cantaría. Pero no, se aprovechan de las
necesidades humanas para ilusionar al pueblo y no le solucionan sino en parte,
si es que lo hacen para dejar algo que prometer en la próxima campaña. Cuando
el pueblo sale a reclamar sus derechos con manifestaciones y paros las promesas
no cumplidas, lo tildan de izquierda, cuando, los causantes de la refriega han
sido los de la derecha y esto es lo que se llama macartismo, que viene de las
acciones tomadas por el senador norteamericano Joseph MacCarthy contra algunas
personalidades.
Si quienes han gobernado a Colombia le dieran
a su pueblo sin escatimación, buenos proyectos de :
salud-educación-vivienda-empleo-salarios para vivir con decoro-explotación
racional de los recursos naturales, apoyo al campo con proyectos agropecuarios
para el pequeño y mediano agricultor, apoyo a la pequeña y mediana empresa,
buenas vías de comunicación y medios de transporte, buenos servicios públicos;
al igual que hacer tratados de libre comercio que realmente beneficien al
productor y sustituir importaciones, las cosas cambiarían y mejorarían
radicalmente, mientras no se haga, todo seguirá igual. Entonces si queremos que
las cosas cambien, pues hay que cambiar los políticos y hacer uso de la
revocatoria de mandato. Me acuerdo de una empresa cuya publicidad dice “Carvajal
hace las cosas bien” y de verdad que se sepa, nunca se ha visto una huelga de
empleados, porque sencillamente quien está satisfecho no hará reclamos. EN
EL PLEBISCITO VOTEMOS-- SI.
Lic. Danilo Useche G.