Quiero
aportarles algunos conocimientos al respecto. Bueno, al principio fue la izquierda. Cuando
los Estados Generales Franceses se reunieron justo antes de la Revolución
Francesa, la nobleza se sentaba a la derecha del rey y el llamado Tercer Estado,
a la izquierda. Como los dos estados estaban compuestos por la nobleza y el
clero, era claro que el Tercer Estado representaba al resto de la población
francesa, quienes se sentían cada vez más hastiados ante el veto o negativa
real.
El
Tercer Estado, el de la izquierda, era el que sostenía el concepto radical de
que el rey no tenía por qué prohibir nada de lo que los Estados Generales
decidieran, puesto que, al fin y al cabo ellos eran los verdaderos
representantes del pueblo francés. Desde ese entonces la izquierda comenzó a ser
sinónimo de cambio radical (no confundir con el Cambio Radical actual) en lo
que se refiriera al orden social y por antonomasia, la derecha era la que
defendía el statu quo, la que deseaba que las cosas siguieran como estaban.
Estos
conceptos de izquierda políticas basadas en el cambio, comenzaron a
desarrollarse con la creencia de que el Estado debiera ser el director absoluto
de la economía, mientras que los llamados derechistas seguían insistiendo en el
derecho privado a la propiedad. Pero eso sucedió en otros tiempos: los límites
entre la derecha e izquierda se han venido esfumando y en nuestros días uno ve
a presuntos izquierdistas abrazando con entusiasmo ideas que solo ayer se
creían de derecha, mientras que las actitudes de políticos de derecha se
hubieran bautizado hace pocos años como socialistas.
Por
eso se han visto casos tan pintorescos como el de los chinos comunistas que
acusaron a los rusos comunistas de derechistas y traidores de las ideas
comunistas, en tanto que los rusos llamaron a los chinos aventureros
izquierdistas. Lo curioso es, que ambos llamaban al otro burgués, pero como dicen
por ahí eso es cosa del pasado; ya no resulta tan insultante en el vocabulario
comunista motejar a alguien burgués como lo era antes.
Lo
cierto es que hoy día (y mas desde que apareció el que llamaron neo-izquierdismo)
las fronteras entre derecha e izquierda son bastante turbias, razón por la cual
los partidos aparentemente no tienen ideologías, sino que cambian con el líder
de turno.
Ahora,
lo de los tiranos, un tirano lo es sea de derecha o de izquierda y lo hemos
palpado en nuestro país y con los vecinos. Las consecuencias en la falta de
libertad del pueblo son las mismas bajo un Mao, un Stalin, un Pinochet, o bajo
un Somoza un Trujillo o un Franco. Todos estos ejemplos de dictadores tienen en
común una falta de respeto absoluta por los derechos de la gente.
La
economía de los países en esa situación, sea de izquierda o derecha, se caracterizan
porque un grupo ínfimo (la nómina de la antigua Unión Soviética, los miembros
del partido en China o en Cuba o los llamados oligarcas en Colombia) tienen no
solo el poder sino también las riquezas y comodidades, mientras que el pueblo
se debate en la miseria. Por eso, el resultado de las famosas revoluciones ha
sido cambiar el nombre del partido que manda, pero nuca mejoran las condiciones
de la gente. Solo tenemos “derecho” al pataleo, marchas de los campesinos, paros
de la clase trabajadora que se suspenden con promesas que no se cumplen y
arreglos leoninos. Se necesita una economía de aquellas que llamamos boyantes
que solamente la empresa privada puede crear.
Lic. Danilo Useche G.
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