Santa Teresa de Ávila (1515-1582) ―La Doctora cinco veces centenaria―

28 de julio de 20150 COMENTARIOS AQUÍ

Toda vida humana es un camino; la Vida verdadera es el Camino y todo esto tiene nombre propio: Cristo Jesús; y Él es el Amado cantado y proclamado por Teresa Sánchez Cepeda y Ahumada, la gran doctora de las cumbres místicas que supo hacer vivible su desposorio espiritual con el Esposo Místico y transformar en su tiempo la vida religiosa del Carmelo, haciendo de éste un rinconcito del cielo en la tierra. 

Venerable monja; enclaustrada por buscar al “Amor de su vida”; andariega por anunciar al Amor de su vida, preclara escritora por obediencia filial para legar a generaciones del porvenir su gran virtud oracional. 

La honramos porque ha dado a la Iglesia un incalculable tesoro de espiritualidad que nos ha enseñado a exclamar: “vivo sin vivir en mí” […] “mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado”. Llegó hasta el empíreo y nos lo abajó para poseerlo y practicarlo; viajó por las estancias del Castillo Interior y llegó a la Morada del Señor en el Eterno Convite hasta la gloria de la transverberación que la hizo proferir con solemne sentencia: “Hirióme con una flecha enherbolada de amor y mi alma quedó hecha una con su Criador; ya yo no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado […]”.

Hoy te suplicamos doctoral intercesora: “Enséñanos el amor, Teresa Madre, Teresa; descúbrenos la alegría y la pobreza [porque] el hombre se muere de hambre y están repletas sus mesas, lo que falta es repartir entre todos la pobreza”. Cuando el hombre tiene más menos sabe de alegría, que sirve la mesa llena cuando el alma está vacía”. 

Nos alienta la esperanza de saber que tu vida fue un trasegar por luchas y agrestes caminos; tus pasos peregrinos fueron marcados por la clave inigualable del amor de Dios que todo lo hace nuevo, joven y alegre; nos entusiasma saber que amaste a quien debemos seguir de verdad desde el corazón sellado por el Espíritu Divino; nos alegra comprender que sólo se llega a la boda, que engendra vida, pasando por el lábaro de la cruz. 

Ayúdanos a imitar tu ejemplo para unirnos a Cristo el Señor, por siempre, desde este peregrinaje por el mundo temporal hasta la dicha celestial. Instrúyenos en el arte de cantar que “nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: ¡sólo Dios basta!”.

Buga, 2015, en el jubilar del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia.
P. Rodrigo Gallego Trujillo| Rector del Seminario de Buga.
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