Emberás Chamí, campesinos y pedal

25 de marzo de 20150 COMENTARIOS AQUÍ

Ellos también son ciudadanos y hacen patria.
El 22 del mes que avanza hubo en mi tierra un evento  muy amigable con  la naturaleza y  el ser humano.
Un poco más de cien personas  montaron en sus caballitos de acero, llegaron de Cali, Buga, Tuluá y Zarzal,  pedalearon desde el parque de La Concordia, salieron hasta llegar a San Antonio. 
A la vera  de la carretera  veredal salían los campesinos ofreciendo jugos de: naranja, mandarina, guayaba,  mora y guanaba. Esa fue una fiesta  de amor y de paz.
Se  pasaba por varias veredas hasta el corregimiento de San Antonio, que cosa digo: ¡El Pueblito!”..
A los deportistas les hacía compañía   miembros del Ejército Nacional.
Se llegó  al parquecito  de la querida población de San Antonio y se supo que era pues: ciudad y poblado rural. Unidos se encontraban los citadinos y los amables campesinos y  sin creerlo apareció la más humana y bella manifestación que nos une desde  todos los tiempos, los nativos-indígenas de la tribu Emberá Chamí; ofrecían estos sus artesanías, muestra de que no son inútiles, perezosos, y algo muy especial, trajeron también en su corazón su folclor. Cantaron y danzaron.
He allí, en esa jornada la prueba de que mi pueblo es grande de verdad.  Este 22 se unieron en un pedalazo y un camino que unió dos parques,   a  dos pueblos: el mestizo y el indígena.

Nació pues al ruta de los Emberá Chamí  y los de la civilización occidental.
Bueno fuera repetir la jornada y conocer más sus costumbres, cómo realizan sus tareas agrícolas para asegurar su soberanía alimentaria, que pueden ofrecer en materia de alimentos a la ciudad, al mercado nacional. Cómo educan a sus niños y  niñas, sus montañas, ríos y cascadas, la fauna y flora, para enseñarle a  Colombia que  en Sevilla, sabemos respetarnos y vivir en paz. Y que somos todos amigos  de la tierra que se beneficia de las leyes que rigen  al inmenso cielo donde reinan la luna y el sol. Para que nos cuenten en un salón especial que les ofrecerá en la Fundación Casa de la Cultura como es eso de: naturaleza, hombre y espíritus.

Lo que NO habíamos hecho antes, ese día lo lograron los del pedal y las artesanías de los “indicitos Emberá Chamí”. Y, sonó el tambor y a su ritmo se le  acompaño con: voces, manos, caderas y los pies descalzos, como sus dioses a la Pacha Mama los envió. Mil gracias pedalistas, campesinos y Emberá Chamí y los soldados que por la ruta también trocharon.

En esta mal hilvanada nota deseo  dejar consignado otro trocito  a los niños y jóvenes:
Esos seres de la jornada aquí reseñada por mi escasa formación, nos dieron una enseñanza,  Y de las enseñanzas nobles se ocupan los Maestros. En una obra muy hermosa de Edmondo De Amicis, que intitulo “Corazón”, escribió de estos: “Quiérelo  siempre, y pronuncia con reverencia este nombre, “maestro”, que después del  de “padre“, es el más noble y el más dulce que puede dar un hombre a un hombre”.  Yo recuerdo la mía, ella se llamaba María Isaza, La Maestra!.
Muchachas y muchachos sevillanos de hoy,  y hasta siempre tened por arma una sola: los libros, por casa la tierra para todos y como una medalla la victoria de la civilización.-
Por: Aldemar Gómez Ocampo
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