Allí, canciones con letras de orgullo patrio, de amor por los
ancestros y nuestras costumbres fueron interpretadas por los 16 jóvenes artistas,
provenientes de los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Quindío; y por
su puesto del anfitrión Risaralda. Acompañados por familiares, amigos;
estos chicos enamoraron, con sus voces armoniosas y carisma sin igual, a jurado
y espectadores.
A excepción de dos chicos (uno en cada una de las dos categorías)
el grupo de concursantes era conformado casi en su totalidad por niñas, desde
los 8 años hasta los 13 en la infantil y de los 14 a los 17 en la juvenil.
Sin ningún síntoma de nerviosismo o ansiedad, estos jóvenes
intérpretes de la música colombiana, todos, sin excepción alguna, subieron al
escenario, unos vestidos con trajes típicos de gala, otros simplemente de gala;
para brillar, deleitar los oídos y recordar la belleza de nuestra música
tradicional, conforme sus nombres eran pronunciados.
Durante la fase eliminatoria, solo cuatro de cada categoría
pasaría a la final; cifra que precisamente durante el evento de premiación
cambió a cinco.
“Es tan impresionante el talento de estos pequeños, que los
jurados decidieron ampliar a cinco finalistas por categoría pues no podían
decidirse”, comentó Julio Bayona, del equipo organizador del Festival.
Luego de la presentación privada y ‘a capella’ de los 10
finalistas para mostrar una vez más porque eran los mejores representantes, de
este género, a nivel nacional; sin más espera, llegó la final del concurso.
Finalmente y pese a que todos y cada uno de estos chicos, tiene un
talento excepcional, solo uno tomaría el tan anhelado primer puesto: María
Alejandra Duque García de 16 años, proveniente de Sevilla y quien este año
terminará sus estudios de bachillerato.
Esta adolescente desde los seis años viene cantando con amor
profundo las canciones de nuestra tierra, sube brincando de emoción a la tarima
a recibir el premio y el reconocimiento, por su talento y amor por la música
colombiana.
Maria Alejandra aún no sabe que quiere estudiar, pero está segura
que la música estará de alguna u otra forma involucrada en su formación.
Ha participado en tantos concursos de música colombiana, que ya
perdió la cuenta, “tengo en mi casa, un lugar especial donde guardo los trofeos
de todos los concursos que he ganado”, afirma sonriente.
Por: Silvia
Prada
Foto: La Tarde de Risaralda
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