La arqueología de “las cosas simples”

28 de abril de 20140 COMENTARIOS AQUÍ

Álvaro Noreña en una exposición fotográfica de Sevilla y sus gentes que publica en su página del Facebook, nos conduce a  un concepto de la arqueología que  denomino como de las “cosas simples”. Pues la arqueología también se detiene en los momentos presentes, no solo en los acontecimientos prehistóricos. En la actualidad existe un movimiento arqueológico que busca evidencias en los basureros de las grandes ciudades. Buscar, hacer la prospección para identificar a donde están las fotografías, los recuerdos, las evidencias de una época, de la construcción de una cultura. Su muestra fotográfica presentada en el Facebook, es un concepto posmoderno de lo que es la arqueología. 

La arqueología es en sí, la búsqueda de las evidencias. Cómo mediante un instrumento de trabajo cualquiera como un hacha, una piedra de moler, una olla, una pieza estética, algunos esqueletos humanos, se nos muestra una cultura. En Sevilla fueron muy conocidos los Guaqueros, personajes dedicados a buscar ollas de cerámica, pero sobre todo piezas en oro, la orfebrería que en nuestra región es una de las más hermosas y apreciadas a nivel mundial, la famosa cultura Quimbaya y Burila, que habitaron estas tierras y legaron para la posteridad sus obras y elementos comunes. Mi hermano Oscar, tenia espíritu de guaquero y estaba convencido de los mitos que rodean esta empresa y de los espantos y sustos que siempre tienen estas historias: la luz o una llamita de fuego que aparecen en semana santa, el espíritu que localiza el sitio exacto de la guaca, la leyenda que rodea el lugar y sus tesoros, como el Cacique Palomino, o las armas que estaban enterradas en la finca que mi padre Hernando Alzate  compró a los herederos de una señora de apellido González, acusada de tener en su finca llamada “Grano de Oro” en la vereda El Venado, a un grupo de bandoleros que cuando la famosa pacificación, enterraron sus rifles y revólveres sin que nunca nadie lograra encontrar este tesoro armado. Mi hermano Oscar, consiguió un detector de metales y con un amigo suyo estuvieron durante dos semanas con su detector buscando en toda la finca el famoso tesoro, sin obtener resultados positivos. El entierro de las armas se perdió en medio del paso inexorable de los años.  Pero es en sí, la búsqueda que el ser humano desarrolla  lo que mueve a quienes se dedican a esta técnica de la arqueología. 

Álvaro Noreña minuciosamente ejecutó su búsqueda que nos entrega con su exposición virtual arqueológica, presentando lugares geográficos desaparecidos, antiguas casas de fincas, los paseos familiares, los eventos importantes como los ciclos sagrados y profanos de nuestro territorio, la Doble al Manzanillo, las Fiestas de la Cosecha, los señores importantes del pueblo, los amigos paseando en bicicleta, nuestras hermosas reinas de belleza, los alegres años del colegio y del liceo femenino. Pero quiero comentar dos cosas importantes olvidadas en la exposición a la que refiero y la cual mis lectores pueden localizar en Facebook: estas dos cosas olvidadas son los túneles que se encontraban en las fincas durante la temida época de la violencia liberal-conservadora y el antiguo cementerio católico de Sevilla. 

Seguramente tantas violencias que pasan frente a nosotros nos llevan a olvidar que durante la década de 1.950 y hasta el año 1.965, en cada casa de finca cafetera se localizaron pasadizos, túneles construidos con técnicas de ingeniería artesanal, soportados en guadua, cuya salida se localizaba en mitad de la finca o en los bordes de los caminos. Estos túneles se utilizaban en la huída o también para atacar por detrás, de sorpresa, al grupo que en ese momento acechaba a los habitantes de la finca. Los túneles de nuestras antiguas fincas cafeteras eran instrumentos  para la guerra y para la salvación de las vidas, pero cuando esta violencia dio tregua, fueron uno a uno destruidos como símbolo del olvido que queríamos. Sobre el antiguo cementerio sevillano ya me he referido en ocasiones anteriores, su destrucción acabó con las evidencias sagradas del pasado, los hermosos mausoleos que aunque viejos y derruidos mostraban el respeto hacia la muerte y la simbología cultural y sagrada de nuestros familiares y antiguos.  

Es asi entonces cómo gracias a la exposición fotográfica y arqueológica que nuestro amigo Álvaro nos entrega en Facebook, que podemos recuperar algunas memorias, ligeros destellos de nuestro pasado. 

Para aquellos que no conocen, les comento que “El Capital”  son varios tomos de economía escritos por Karl Marx, en los cuales este señor trató de demostrar que algún día el capitalismo sería derrotado por los pobres del mundo. Ya todos sabemos en que paró este deseo del señor Marx. Pero la historia es la siguiente: Nuestro amigo Alberto “El Topo” Ceballos en la época de los años de mil novecientos cincuenta era un joven de inclinaciones izquierdistas, de buena familia y buena presencia, y  todos los días de camino desde su casa hasta el colegio, observaba que una hermosa joven siempre estaba en la ventana de la casa de ella, leyendo muy juiciosa. “El Topo” Ceballos pensaba quien era aquella joven tan interesante, que leía tanto. Además ideaba cual podría ser la mejor manera para entablar conversación con ella. Un día, decidido se acercó a la joven y luego de presentarse como era costumbre en aquella época, le preguntó seriamente: “Tú conoces “El Capital” de Marx?. La niña sorprendida le contestó: Señor, el único capital que conozco es el de Don Honorio Zapata y le aseguro que es bastante grande. El pobre Topo se fue desilusionado pues esta joven lo único que leía eran las fotonovelas románticas de esos tiempos.  

Estos y otros recuerdos nos trajo la exposición arqueológica de Álvaro Noreña, la memoria oral, los personajes típicos que construyen simbologías, alegrías, las calles y viviendas recorridas  por tantos pasos que uno a uno van construyendo nuestro territorio y nuestras historias, las épocas presentes con otros quereres y otros personajes, otras arqueologías.

Por: Edgar Álzate Díaz
Imágenes, tomadas de redes sociales
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