El municipio de Sevilla
con el plus de Capital Cafetera de Colombia, cumplirá en el 2014 sus primeros
cien años de haber sido erigido municipio mediante ordenanza de la asamblea del
departamento del Valle del Cauca. Son muchos los ciudadanos que esperan que por
ese centenario la ciudad sea favorecida con obras de progreso, desarrollo y
crecimiento, pero para que ello suceda tendremos que contar con verdaderas vías
de comunicación que permitan el acceso y la salida del municipio hacia el resto
del Valle y Colombia. La actualidad con respecto a esas carreteras no es la
mejor por el sinnúmero de problemas presentados en los últimos años. Con el
debido respeto por los geólogos y demás estudiosos del tema me permitiré hacer
una pequeña reseña sobre la situación geológica de la región que habitamos.
La región colombiana es fuertemente influenciada por la
tectónica de placas, viéndose sus dinámicas geomorfológicas marcadas por las
interacciones de la placa de Nazca, la placa de Los Cocos, la placa
Suramericana, la placa Caribe y la placa de Panamá, que han generado
fallamientos y surgencias en las zonas del Chocó en donde se presenta una
subducción y en la zona Andina donde se presenta toda una línea de fallamientos
generados por la falla de Romeral
conocida también como de Cauca – Almaguer, que nace en el Ecuador y
atraviesa de sur a norte la geografía del occidente del país por cerca de 800
kilómetros y afecta las cordilleras Occidental y Central.
En cuanto a la
geología de la zona donde está ubicada sevilla hace parte de la formación Amaime con depósitos
volcánicos de fracción fina, areno-arcillosos que afectan el suelo y las rocas
que presentan meteorización profunda e intenso
fracturamiento debido a las condiciones geológicas y climáticas de la zona. Las
laderas con pendientes de mucha longitud y extensión tienen una predisposición
natural a permitir el ingreso de agua y a retenerla en algunos de los estratos
que la conforman, generando así sobrecarga y fluidificación. El efecto se
manifiesta mediante el desplazamiento de la masa inestable a grandes distancias
hasta alcanzar su ángulo de reposo.
La situación con relación a la
vía Sevilla – La Uribe en el sector denominado La Cristalina tiene más de tres
décadas de venirse tratando por parte de las autoridades
viales del departamento y la nación con obras de diversa índole. Cabe anotar
que en ese sector siempre se presentó el hundimiento de la banca de la vía. Se
enterraron pilotes de mangle de más de cinco metros de longitud a un costado de
la quebrada El Popal, con el objetivo de darle firmeza al terreno y
sostenimiento para evitar el asentamiento, además de construir largos
tramos de gaviones casi desde el mismo
cauce de la quebrada hasta la mitad de
la pendiente. La inversión allí ha sido de miles de millones de pesos, con los
cuales no se pudo solucionar esa problemática.
La situación que se vive en los últimos cuatro años en esa zona con los
deslizamientos de grandes volúmenes de tierra y rocas, está totalmente ligada a
las fuertes precipitaciones lluviosas de
las temporadas invernales, características morfológicas de la zona y la acción
antrópica (intervención del ser humano, falta de manejo de aguas servidas y de
escorrentía, agricultura en zonas de alta pendiente, varios nacimientos de agua
que en otras calendas surtían de agua a la ciudad cuando no se tenía un
eficiente servicio de acueducto)
ofrecen condiciones favorables para la ocurrencia de movimientos en
masa.
Hace pocos meses la
gobernación y la nación, invirtieron cerca de mil quinientos millones de pesos
para evacuar según los expertos enviados por el sector oficial, más de cien mil
metros cúbicos de tierra, lodo, árboles y arcilla, deslizamientos que hacen
también mella en la vía Sevilla – La Milonga que cruza por la parte alta en
donde se inicia la cárcava, que hoy nos tiene al borde de quedar aislados del
resto del suroccidente del país.
Las últimas noticias
hablan de un esfuerzo conjunto de departamento y nación para encontrar cinco
mil millones de pesos de sus presupuestos y destinarlos a la solución
definitiva, es decir darle a la ciudad una vía totalmente rehabilitada.
Me pregunto si no sería
mejor que como premio al centenario de Sevilla
como municipio, se pensara en el trazado de una nueva vía con esos cinco
mil millones de pesos, más otros recursos por concepto de regalías. En este lugar, La Cristalina y en la vía Sevilla
– La Uribe se ha enterrado tanto dinero como el oro del fabuloso dorado
perseguido por los españoles en la conquista y siempre estuvieron a la
vista de los expertos en vías los problemas que determinaron a fines del 2012
los deslizamientos de tierra.
Pareciera que son más
los intereses surgidos de todos los sectores por el dinero que una verdadera
visión sobre la imperiosa necesidad de una comunidad campesina agobiada por los
desatinos de contratistas de obras de los gobiernos del Valle y la nación.
Posdata: lo mismo está
ocurriendo en la vía Sevilla – La Playa, la otra alternativa vial para comunicarnos con el resto de Colombia. Seguimos
pensando si pasarán otros cien años del municipio de Sevilla para tener lo que
merecemos en vías, después de aportarle al país tanto café para el
sostenimiento de la economía agrícola.
Por, Wilson Rendón Agudelo
Video y fotografía cortesía Defensa Civil Sevilla