El pasado sábado varios conductores y
pasajeros fueron despojados de sus pertenencias por delincuentes que se
ubicaron en inmediaciones de la vereda El Manzanillo.
Cerca de diez
vehículos y un número similar de motocicletas cayeron en el retén montado por
delincuentes a la altura de la vereda El Manzanillo, específicamente en el sitio
conocido como Dinamarca. Una vez inmovilizados los automotores, los asaltantes
procedían a despojar de sus pertenencias a sus dueños y pasajeros del servicio
público. Relojes, celulares, dinero en efectivo y otros objetos de valor
quedaron en manos de los malhechores que aprovecharon la soledad del sector
para cometer sus actos y huir con rumbo desconocido. Aunque las autoridades
piensan que se trata de personas que habitan el sector y dicen tener a tres
vándalos identificados, esperan la colaboración
de la comunidad para proceder con las capturas, ya que mientras no haya
una denuncia es imposible poner a los presuntos delincuentes a buen recaudo.
En otros hechos,
la Policía logró la captura de varias personas por diferentes delitos y
consiguió recuperar algunos vehículos que habían sido hurtados. Los operativos
se llevaron a cabo en Sevilla y Caicedonia.
Las autoridades
también han venido adelantando visitas a los establecimientos donde se
comercializan celulares con el fin de detectar posibles aparatos comprados
ilegalmente. Hasta la fecha se han incautado de 3 de estos elementos que
presentaban inconsistencias a la hora de su revisión, suponiendo que fueron
adquiridos fraudulentamente por los dueños de los locales.
Un muerto en La
Raquelita y otros dos en el barrio Popular tienen preocupadas a las autoridades.
Algunos de los agredidos tenían en su poder sustancias alucinógenas, según los
reportes oficiales.
La tranquilidad
de los habitantes del barrio Popular se vio alterada la noche del pasado lunes,
cuando personas aún sin identificar se adentraron en un guadual ubicado al otro
lado de la quebrada que atraviesa parte del sector y dispararon
indiscriminadamente contra dos individuos que se encontraban allí, al parecer
consumiendo sustancias alucinógenas. Los lugareños indicaron que se escucharon
aproximadamente 20 disparos y que la masacre pudo haber sido más grande, ya que
minutos antes, otros supuestos consumidores se habían ausentado del lugar.
Según el
reporte oficial, este hecho puede estar relacionado con microtráfico, debido a
que al inspeccionar los cuerpos se les encontraron algunas dosis de
estupefacientes. Aunque no hay nada claro, se espera que la comunidad colabore
para dar con los autores materiales de este hecho de sangre.
Las personas
asesinadas fueron identificadas como Jhon Jaider Arenas Suaza de 18 años,
conocido con el alias de “mi niño” y Oscar Andrés Cardona Chiquito de 26 años.
Por otro lado,
el pasado sábado fue ultimado con arma blanca Mauricio Trujillo Jaramillo,
residente en la Finca La Silvia, Vereda La Raquelita. El hombre presentaba un
corte en el cuello y fue encontrado apenas a unos 70 metros de su casa bajo un
árbol de mandarina. Se desconocen causas y
móviles del homicidio.
Un
procedimiento policial terminó en revuelta el pasado jueves, luego de que una
mujer, presuntamente, fuera atropellada por un vehículo de la institución. Los
integrantes de la fuerza pública tuvieron que salir del lugar ante los ataques
de algunos integrantes de la comunidad.
Un
procedimiento que parecía normal para los integrantes de la Policía, terminó en
asonada contra algunos de sus miembros. Los hechos se presentaron en la tarde
del jueves en el Barrio San José cuando, según se dice, efectivos de la fuerza
pública requirieron a un ciudadano para una requisa y le encontraron una
cantidad no especificada de marihuana.
Según la versión de una familiar del joven, este emprendió la huida para evitar
ser capturado y fue perseguido hasta la puerta de su casa porque,
supuestamente, tenía en su poder un arma, versión que es desmentida por la
mujer.
Instantes
después un carro de la institución y otros refuerzos llegaron al lugar. Al
parecer, el vehículo habría atropellado a la madre del implicado, tumbándola y
causándole la pérdida del conocimiento, por lo que tuvo que ser llevada de
urgencia al Hospital Centenario en una buseta urbana que pasaba por el lugar.
Este supuesto accidente, sumado al enojo por la presunta inocencia del
personaje que era perseguido, provocó en la comunidad una reacción violenta en
contra de los policías que vieron como su medio de transporte era apedreado, lo
que obligó a su retirada del lugar. El automotor en el que se desplazaban
sufrió serios daños. Un vídeo aficionado captó los momentos de tensión. Minutos
después, la Policía, el Ejército y la Personera hicieron presencia en el lugar
para hablar con la comunidad y tratar de aclarar la situación. El Mayor Miguel
Arturo Cortés ha declarado que estas asonadas se han vuelto frecuentes en la
zona y que detrás de ellas podría haber manos oscuras.
En palabras del
uniformado, la señora no habría sido atropellada sino que ante la persecución a
su hijo habría sufrido un preinfarto y cayó delante de la patrulla por lo que
la comunidad pudo pensar que se trató de un golpe dado por el carro oficial.
En todo caso,
serán finalmente los dictámenes médicos y las investigaciones quienes
determinen realmente lo que pasó el día en el que le tiraron piedras a la
Policía.
En un baño de
la alcaldía menor de San Antonio en Bogotá, fue hallada con un disparo en la
cabeza la joven Érika Natalia Rivera Jiménez de 19 años de edad. Esta joven
falleció en un centro asistencial de la capital de la República cuando recibía
atención médica. La muerte de esta mujer se convirtió en todo un misterio, pues
unas personas indican que la joven se suicidó y otras que fue asesinada por el
vigilante quien era su compañero sentimental y al parecer constantemente la
amenazaba de muerte si lo dejaba, señaló su angustiada madre. Érika Natalia
Rivera Jiménez era oriunda del municipio de Sevilla.