La desobediencia mata

23 de abril de 20240 COMENTARIOS AQUÍ

Texto de Germán Peña Córdoba.

La desobediencia es tan antigua y primitiva que los primeros desobedientes fueron expulsados del paraíso. Mi papá tenía razón cuando decía: "mijo no se meta por ese callejón tan oscuro y solitario, mire que lo atracan". Preciso: ¡me atracaron! Con frecuencia no escuchamos. El reconocimiento viene con el tiempo; es una constante que aparece súbitamente con la adultez; cuando todo ha pasado, se van decantando las razones que antes eran difusas y hoy las vemos con claridad meridiana.

Ayer desobedecíamos, hoy acatamos con humildad. La deliciosa desobediencia es connatural a la inmadurez, que desafía constantemente la experiencia y la sensatez. La inexperiencia es sumamente atrevida y osada; no respeta a nadie, lleva la contraria y, sin medir sus pasos desafía al dueño de la sabiduría. "En mi tiempo", la educación estaba hecha para obedecer. El profesor dictaba clase (dictar viene de dictadura) y el alumno atendía. El maestro se asociaba con el padre de familia para corregir al muchacho díscolo y desobediente. Era la dupla profesor- padre de familia, que hacían obedecer sin chistar.

Así las cosas, se desobedece sin dimensionar las consecuencias que la intrepidez y la osadía traen consigo y que conduce al error. ¡El garrafal error! Es el fracaso producto de la desobediencia reiterada lo que madura a las personas. El reto es inherente a la juventud, es por eso que mucha gente no llega a viejo y mueren en el intento. Se vive largamente porque se obedece. Si no obedeces y no escuchas mueres. La juventud es la antítesis de la obsecuencia. La juventud es iconoclasta, es rebeldía, la juventud es irreverencia, desobediencia y revolución. ¡Vive intensamente y muere joven! Andrés Caicedo murió joven, Bod Marley también.

El negacionismo es una de la practicas más comunes de la desobediencia, no obedecer las señales que se están presentando y, mirar con desdén el cambio climático, mirar con indiferencia la devastación de la selva Amazónica, es desafiar con necedades la furia de la naturaleza, es desatar el irbis. De manera desacertada el Libertador Simón Bolívar dijo: "si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca". En este caso fue soberbio el Libertador ¿Como evitar un terremoto, un tsunami o un huracán y tener al mismo tiempo, la capacidad de disuadir a la naturaleza? ¡Ahí si vi mal al Libertador!

Pero, extrapolemos el tema a la realidad colombiana.

En determinado momento hay que subvertir el orden y desobedecer. Y, existen situaciones que obligan hacerlo. El ministro defensa del gobierno Uribe, Camilo Ospina, emitió en su momento, una directiva que potenció los mal llamados "Falsos Positivos". Dentro de la doctrina militar se contempla "la obediencia debida"; que consiste en la obsecuencia que deben guardar los militares frente a las órdenes de sus superiores jerárquicos. ¡Lo anterior, originó los 6402 asesinatos de jóvenes! En este caso había que prontamente desobedecer.

Muchos congresistas inexpertos, su ignorancia oceánica y su desconocimiento los hace desobedientes y altaneros. Igualmente tenemos un electorado desobediente q no elige con responsabilidad gente reposada, vivida, inteligente, sensata, equilibrada y sobria. Estos congresistas juegan a llamar la atención, mal interpretando su rol de legislador, hacerse notar y a aprovechar su cuarto de hora es la prioridad. Para nada les interesa las necesidades de la gente, solo les interesa titulares de prensa, no estudian y finalmente en su voto, son direccionados por sus financiadores. En síntesis, son desobedientes con el desobediente electorado, que erróneamente los eligió.

Desobediente es el paciente necio con el medico que le formula, desobediente el conductor que no atiende las reglas de tránsito, la moto que zigzaguea en las calles y atropella a los ancianos, la ambulancia que pone a sonar la estridente sirena, sin paciente grave a bordo, desobediente es el que dice que maneja mejor borracho, el alumno que no atiende al profesor por estar pendiente del celular, el profesor que no observa al alumno desobediente, el presidente, el gobernador, el alcalde, que no escucha la voz de su pueblo.

¡La desobediencia mata!

German Peña Córdoba

Arquitecto-UNIVALLE.

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