“Lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es integridad, lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es idealismo, lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es determinación. Lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo es fanatismo y muerte”, lo leyó Juanita Lectora en Contra del fanatismo del escritor israelí Amos Oz, para condenar los ataques verbales y escritos con los cuales tratan de descalificar las acciones del gobierno nacional. Muchos de los cuales, agregó, son replicados sin pensar en el contenido, menos en el efecto negativo que pueden causar en los fanáticos desprevenidos o faltos de razona
La virulencia de tales ataques y el irracional uso de los medios, adicionó Juanita, se corresponde con mentes estrechas, fanáticas, que bien podría considerarse como trastorno personal y social. Oz se ocupa de reflexionar sobre este trastorno, aunque ligado al genocidio de Israel contra Palestina, sirven para pensar sobre la importancia de intentar comprender la realidad de las propuestas a la hora de creer ciegamente como erróneas las principales actuaciones gubernamentales para reorientar a Colombia.
Rusbel Caminante consideró fanáticos del poder y fanáticos de la inequidad a quienes solo ven lo que desean ver y vivir cómodamente con los privilegios gozados hoy. Peor fanatismo aquel utilizado para envolatar incautos y comprar odios. Fanáticos de todo, hasta del antidiálogo para opacar al otro, del irrespeto para sentirse superior o de la horrorosa ética para enlodar la justicia. Con razón el escritor español Pérez Reverte afirmo, “Todas las inquisiciones, sin distinción, se basan en el principio de la delación y la cobardía social. Porque lo malo no es siempre el fanático. Peores son quienes no lo son, pero desean congraciarse con él”.
Necesitamos de otra educación y cultura, completó Rusbel, para aprender a vernos en los otros, de convivir con los conflictos bajo la premisa según la cual podemos estar equivocados sin juzgar a priori y convertirnos en actores proactivos, dejar atrás los fanatismos. Con Pérez Reverte afirmó que las acciones por cambiar el rumbo del país surgen de las ideas progresistas de un hombre que conoce la realidad del pueblo colombiano y que los fanáticos pretenden confundir.
Juanita Lectora retomó al escritor español Marcos Chicot, en El Asesinato de Pitágoras, para respaldar su idea sobre las acciones fanáticas de quienes se afirman opositores, porque “Tiene que haber alguien instigando, engañando. Un líder fanático que haya confundido al pueblo en vez de pensar en su bien". Con cerrado fanatismo ejercen la oposición para no aceptar reformas u acciones encaminadas a resolver los problemas de las comunidades olvidadas. Tampoco aceptan consensos, menos soluciones pacíficas, porque atentan contra sus privilegios, prefieren la guerra. Otros fanáticos se atreven a expresar que el presidente traicionó sus ideales de cambio, afirmó Juanita, y concluyó con Amos OZ, “Y es dura la elección entre convertirse en un fanático o convertirse en un traidor. No convertirse en fanático significa ser, hasta cierto punto y de alguna forma, un traidor a ojos del fanático”.
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