“Educar a un hijo, es en esencia, enseñarle a
valorarse sin nosotros” Emerson
Se
dice, que mientras mas amistad y mas
confianza exista, entre padres e hijos, mejor podrá ser la labor de
asesoramiento y dirección.
Cuánto
más se gane el corazón de su hijo, será más fácil educarlo, porque si usted no
tiene como se dice, el corazón en la mano, cuando llegue el momento en que usted exija, lo más probable es que su
relación con él se deteriore.
Exíjale,
pero con afecto; siempre debemos, pensar. ¿Mi hijo realmente me quiere o
solamente me teme?. Debemos recordar, que lo más parecido al respeto es el
temor o miedo.
Todos
los padres debemos pensar, en que los jóvenes en su adolescencia, cambian la
figura del papá, por la figura del amigo, la figura de la mamá por la figura de
su amiga; con ello quiero decir, que si uno se hace bien amigo (a) de su hijo
(a), cuando llegue a esta etapa, no tendrá necesidad de buscar en la calle
otras figuras, porque cuenta con sus mejores amigos en la casa.
Si
uno no se gana el corazón de sus hijos, cada vez que tengan un problema,
seremos los últimos en saberlo, porque sencillamente cuando un adolescente
tiene un problema, lo mas seguro es que se lo cuente primero a su mejor amigo o
amiga.
Es
deber de nosotros como padres, preparar a los hijos para el camino, mas no, preparar
el camino para nuestros hijos, lo decía el gran filósofo Schiller.
Si
educamos a nuestros hijos con responsabilidad, disciplina, afecto y diálogo
familiar, les ayudaremos a forjar su
futuro.
Muchas
veces, sin darnos cuenta, estamos haciendo lo contrario de lo que queremos que
nuestros hijos sean y nada mejor traer esta lectura, que puede caer para
algunos como anillo al dedo, pero que ojala no ocurra:
Papá
yo quiero ser como tu
Mi
hijo nació hace pocos días, llego a este mundo de una manera normal…. Pero tenía
que viajar, tenía tantos compromisos. Mi hijo aprendió a comer cuando menos lo
esperaba; comenzó hablar cuando yo no estaba…. Cómo crece mi hijo de rápido ¡Cómo pasa el tiempo! Mi hijo a medida que crecía
me decía: “! Papá algún día yo seré como tú! ¿Cuándo regresas a casa papá? No
lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos... ya lo verás”. Mi hijo cumplió
diez años hace pocos días y me dijo: “! Gracias por la pelota papa! ¿Quieres
jugar conmigo? Hoy no hijo… tengo demasiado que hacer. Está bien papá, otro día
será… se fue sonriendo y siempre en sus labios las palabras “Yo quiero ser como
tu…”
Mi
Hijo regresó de la universidad el otro día, todo un hombre. Hijo, estoy
orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco. “hoy no papá: Tengo demasiados
compromisos, por favor préstame el carro para visitar algunos amigos.”
Ya
me jubilé y mi hijo vive en otro lugar; hoy lo llamé: ¡Hola hijo quiero verte!.
Me encantaría papá, pero no tengo tiempo.. Tú sabes, mi trabajo, los niños..
¡Pero gracias por llamar, fue increíble oír tu voz!. Al colgar el teléfono me
di cuenta que mi hijo era como yo..!!!
Lic. Danilo Useche G.