Es
un tema donde se puede analizar o tener varios puntos de vista, y hasta dónde
actuar bajo la razón de la sin razón,
porque cada cual expondrá y defenderá sus argumentos.
Preguntado
Napoleón Bonaparte, cuándo empezaba la educación de los hijos, respondió: “veinte años atrás”. Con ello,
significaba que primero se deben educar quienes van a ser los padres. Pero
resulta que hoy día y con la prisa que llevamos, la juventud que apenas está
cursando el bachillerato y sin una situación económica definida, puesto que
todavía dependen de sus progenitores, ya son padres de familia. Así, que es a
los abuelos, tíos, tías y hasta cuñadas quienes en la práctica reciben esa
carga de levantar a sus nietos o sobrinos, que a lo mejor tampoco pueden
responder con semejante responsabilidad en debida forma.
En
épocas anteriores como consecuencia del poco desarrollo de la educación y a las
creencias religiosas con sus postulados de “creced
y multiplicaos”, la reproducción era sin ningún control y responsabilidad,
“hacer los hijos que dios mande”
donde las familias eran tan numerosas que hasta se decía que solo bastaba
sacudir las cobijas y caían los hijos; sin ninguna formación de los padres,
solo bajo el instinto genésico llegaban a este mundo y hasta se vanagloriaban
de la numerosa prole.
A
la par, con el crecimiento de la población,
el analfabetismo también se multiplicaba, porque no se estaba preparado
y no se medía la capacidad económica “cada
hijo venía a este mundo con su pan debajo del brazo”.
La
educación era muy limitada, padres que no tuvieron ningún tipo de estudio; era
hasta un honor ser bachiller. A las hijas, poco estudio se les daba, con el
argumento ignorante de algunos padres de que solo estaban destinadas a procrear,
y más bien las ponían a trabajar fuera de la casa para ayudar económicamente al
sostenimiento del hogar. Los hijos de los mas pudientes los enviaban a
doctorarse a la universidad, pero eso si, a pesar de todo, con mejores hábitos
o costumbres que hoy día, se levantaban las familias.
¡Ah! épocas aquellas, en que los hijos
obedecían a sus padres, se respetaba a los mayores y a los profesores. Las
cosas han cambiado tanto para mal, que ya son los padres quienes tienen que
obedecer a sus hijos, so pena de verse ridiculizados? y es así, que ya estamos
viviendo la generación de los hijos emperadores, en que los niños apenas de
cuna empiezan a manipular a sus padres, con lloriqueos y berrinches, porque no
los complacen, dándoles esto o aquello.
Antes, los padres y maestros se apoyaban
mutuamente en la educación de los hijos, ahora, hasta algunos padres se
amangualan con sus hijos para recriminar al profesor porque se le llamó la
atención por un acto de indisciplina según el manual de convivencia.
Como
la educación es un proceso en la formación del ser humano, ahora parece que
vamos en reversa, se deseduca; se traen hijos al mundo sin ninguna
responsabilidad y digámoslo por qué no, sin situación económica definida, para
que como antes se levanten como puedan y entren a formar parte de los problemas
sociales del país, y que sea el estado quien cumpla completamente con dicha
labor.
A
una gran mayoría de los padres de hoy, se les olvidó, que a los hijos con una
mano se les brinda afecto y con la otra disciplina. Todo se ha vuelto
permisividad, dejar hacer y dejar pasar. Cuando digo disciplina, no es irse a
los extremos, volverse reata y dar mal trato, pero sí aprender a decir no
cuando hay que hacerlo, sin ninguna vacilación, cohibirlo de las cosas que más
le gustan, sin entrar en controversia los padres delante de ellos.
¡Qué
ironía! me atrevería a decir, que tienen mejor formación, no confundir con
cultura, nuestros aborígenes que nacieron en la selva, que quienes alardean de nacer
y vivir en un mundo civilizado.
Recordemos que una cosa es la libertad y otra el libertinaje. La
primera, la define la Real Academia Española de la Lengua como “la facultad natural que tiene el ser humano
de optar, a partir de una conciencia objetiva, aunque no sea universal, entre
distintos comportamientos o posibilidades de pensamiento”. El Libertinaje,
es un uso desenfrenado de la libertad, en detrimento o perjuicio de los demás y
al margen de toda ley o norma.
Espero
que se entienda el mensaje, verán si lo toman, mi deseo es solo colaborar como
siempre con un mejor bienestar de la comunidad, y debemos todos empoderarnos,
haciendo en la práctica manifestación de nuestro verdadero sentido de
pertenencia, padres de familia, directivos y educadores, autoridades y
ciudadanía en general.
Finalmente,
no echemos al olvido aquella frase del gran filósofo griego Pitágoras “Educa niños para no tener que castigar hombres”.
Adenda:
La Escuela de Padres, debiera ser extensiva para aquellos alumnos y alumnas que
hoy día lo son.
FELICITACIONES
PARA TODAS LAS MUJERES EN SU DIA. LA MUJER ES LO MEJOR DEL HOMBRE.
Lic. Danilo Useche G.