Los eventos culturales siguen encontrando en Sevilla
los espacios apropiados, que los transforman en pan de cada día en esta
localidad, para beneplácito de los ciudadanos que encuentran en esas diversas
propuestas la posibilidad de disfrutar de las variadas alternativas que ofrece
el mundo de la cultura. Lanzamiento de libros, exposiciones de pintura, charlas
o talleres con destacados conferencistas de la literatura, festivales o
encuentros musicales como Bandola, Sevijazz, música de carrilera, son algunas
de esas opciones culturales que cuentan con la aceptación de diferentes
círculos de la sociedad sevillana. Otro de esos atractivos programas, en esta
ocasión relacionado con el mundo de la música, tuvo lugar este sábado 14 de
noviembre en el Bar Casablanca, centro de difusión de las eternas melodías de
antaño, salón familiar visitado por adultos, jóvenes y hasta niños, que además
de los aires musicales, disfrutan de un delicioso y aromático café producido en
el lar nativo.
Llegaron desde la vecina ciudad de Armenia tres
reconocidos cultores y coleccionistas de canciones que marcaron una época
especial de bohemia, enamoramientos, reuniones de amigos y que aún perduran en
el gusto de esos sevillanos que crecieron escuchando canciones que cantaban sus
abuelos, padres y amistades. El médico patólogo Darío Tobón, nacido en el eje cafetero y quién guarda desde la
década del 60, siglo pasado, una relación con la ciudad, en donde junto a las Damas
Rosadas, desarrolló programas de prevención en salud, y en la actualidad además
de ejercer su profesión en la capital quindiana, es el director del programa
musical “Caminando con el Recuerdo”,
que se emite desde hace más de una década, en la emisora de la Universidad del Quindío,
La UFM, en su frecuencia 102.1. Junto al doctor Tobón, vino una reconocida
periodista, Martha Montoya, que fue
jefe de prensa en la Casa de Nariño, en
la presidencia de Belisario Betancur,
y que hizo parte por años del grupo periodístico de Caracol radio en la capital
de la república; y el señor Germán
Tabares, que residió años atrás en nuestra ciudad, en un sector aledaño al
barrio Puyana y que como consumado deportista disputó varias pruebas
ciclísticas en sus años mozos en este y otros municipios vecinos. Junto a ellos
tres, también cabe el reconocimiento al docente universitario Camilo Rodríguez que por compromisos
como jurado con el festival de carrilera 2015, no pudo estar en el programa. Este
cuarteto se reúne cada sábado, entre las 10 de la mañana y la una de la tarde
para difundir a través de las ondas hertzianas de la emisora cultural de la Universidad
del Quindío, un cúmulo de canciones en ritmo de pasillos, bambucos, boleros,
tangos, milongas, que interpretaron en épocas pretéritas artistas de América
Latina y España, sumadas a otras voces de cantantes italianos y franceses que
mostraron su complacencia cantando la verdadera música popular, hoy llamada
música de antaño. Deleitaron a los asistentes al bar Casablanca con la
presentación de variados géneros musicales, transmitidos a través de la emisora
de la universidad, para los oyentes del Eje Cafetero, Norte del Valle y público
que los sigue por internet. En horas de la tarde del mismo sábado 14 de
noviembre, se llevó a cabo un encuentro de coleccionistas, con la asistencia de
ciudadanos sevillanos, que guardan como
tesoro discos de 78 r.p.m. y elepés, con temas que evocaron tiempos idos y se
volvieron a escuchar con deleite. La presencia de los citados coleccionistas en
Sevilla, se logró gracias a la gestión adelantada por los ciudadanos sevillanos
y esposos María Nubia Rodas y Mario Osorio, ante el gerente de la emisora
universitaria ingeniero Alberto Taborda,
profesional que también tiene vínculos con la ciudad desde hace muchos años,
ejerciendo su profesión en el mantenimiento de emisoras como Caracol Radio
Sevilla.
Todos los asistentes le brindaron un afectuoso
agradecimiento al Señor Juan Bautista Marín, propietario del Bar Casablanca por
facilitar el establecimiento comercial para la actividad que se cumplió con
mucho éxito y la cual podría repetirse en cualquier momento.
Por| Wilson Rendón
Agudelo