Todavía se conservan en Sevilla algunas viviendas con elementos de la
decoración tradicional como el mobiliario, las salas de mimbre, los cuadros y
paisajes, los jarrones, los pisos de madera relucientes, fotografías,
porcelanas y relojes antiguos conservando un espíritu de pueblo que se mantiene
en las horas. Pero en la actualidad el avasallador modelo de fachada de
concreto y líneas uniformes amenaza estos decorados, a las fachadas de colores
y madera con puertas altas. El supuesto “progreso” destruye las caras de la
arquitectura cafetera de Sevilla y destruye sus interiores y lo que estas casas
tienen dentro de ellas.
Y en las viviendas los patios atrás, el árbol frondoso, los lugares de
esparcimiento y las flores embelleciendo los patios con sus colores.
Tal vez por esto es importante la casa de la artista tejedora Gloria
Pino Londoño pues es un modelo de manejo del espacio arquitectónico cafetero.
Las escaleras, la amplitud de la sala comedor, las mecedoras de mimbre, el
telar en medio de la sala y gracias a este telar es que los tapices elaborados por Gloria presentan el drama y
el destino de los pueblos y los individuos, con rostros y sus pieles con
fisuras por las revoluciones vividas, los dolores sentidos de estos personajes
que Gloria y el Topo trazaron desde sus convicciones.
Uno de los tapices elaborados por Gloria y Alberto Ceballos, representa
la alegría del tango con los bailarines desparramados en el cuadro, mostrando
en el tapiz las siluetas y las líneas y bordes de estas figuras negras con el
farol y la luna llena, que ilumina la escena en una frase poética que dice “Que
suave terciopelo, la media luz de amor”.
El tapiz de la anciana zurciendo la lana, con su rostro ajado y sus ojos
ya terminados, su débil mano coge un hilo mientras el drama de esta vieja vida
se echa encima de este esplendido tapiz. Después de la ventana, el cerro con la
Cruz, lo sagrado y lo profano y el paisaje de esta vida movida por la
espiritualidad que la soporta y que la ayuda.
Gloria Pino y su fallecido esposo Alberto “Topo” Ceballos llevaron el
arte del tejido a una dimensión donde el destino y el acecho de la vida mueven
a las personas, a los héroes, a las vidas que cambian historias o forman parte
de esta como seres de la multitud y de la soledad.
Estos tapices que son elaborados a la manera de las artesanías que
trabajan las mujeres indígenas, en los que Gloria recupera estos saberes,
traduciéndolos en personajes que construyeron con sus vidas gestas de heroísmo
y pasión por sus causas, o de personajes a los que la sinrazón llevó a un
destino de vida en las calles pero que dejaron una impronta en la memoria
histórica de Sevilla, tapices que dan cuenta de la historia de nuestras calles
y nuestras vidas.
Personas que construyen y conservan espacios y escenografías de la
arquitectura tradicional de Sevilla, mobiliarios, tapices, arte y espacios
externos, que conforman un relieve de Sevilla que debe ser conservado y
difundido para que la atroz concepción del “progreso” no siga destruyendo
nuestros saberes patrimoniales culturales.
Así como la artista Gloria Pino conserva y sostiene nuestras tradiciones
y saberes culturales, otras viviendas de Sevilla también tienen saberes
culturales importantes para nuestro patrimonio cultural arquitectónico que
deben ser conservadas y apoyadas para evitar su desaparición.