Sevilla no solo ostenta aun la distinción de ser Capital
Cafetera de Colombia, sino que algún célebre personaje la llamara también, la
ciudad donde existe la flota de Willys más grande del mundo.
Este emblemático transporte ha sido a esta región, lo que
fueran las mulas a la colonización antioqueña en nuestras tierras. El Willys ha
estado presente en todos los episodios importantes de la zona cafetera. Desde
ser testigo de los horrores de la violencia política, haber sido protagonista en
la bonanza cafetera y referente patrimonial de todos quienes habitamos estos
bellos parajes de la geografía montañera.
Aunque hoy las motos están dejando por fuera de
circulación a los “jeepetos“, ellos se resisten a desaparecer y es así, como
aprovechando la declaratoria para nuestra zona como Paisaje Cultural Cafetero,
por parte de la UNESCO, a un personaje del pueblo que hasta hoy me niego a
creer que esté cuerdo del todo, se le ocurrió la idea de hacer un “gusanito” con
carritos Willys a escala. Que la idea surja está bien, pues de locos estamos
llenos, pero para llevarla a cabo, se requería de un compinche, tal y como se
han hecho las grandes gestas épicas, como Don Quijote con Sancho, El Llanero Solitario
y Toro, Kalimán y Solín y otros defensores del mundo que siempre tuvieron
consonancia o complicidad con otro peor de loco que lo secundaría por siempre.
Pues Olmedo Ospina,
habló sobre esta utópica empresa a un amigo que en otra época durante unas
vacaciones tuvo la osadía de poner una cadena de carritos de cholao en la Isla
Margarita, aun cuando era profesor en Sevilla. Claro, el otro genio de esta historia es Jair
Zapata. Ahí estaban, fueron el uno para el otro. Se contagiaron mutuamente de entusiasmo y
sumaron a su equipo a dos crédulos, ingeniosos y laboriosos hombres, que
tuvieron a su cargo la concepción del prototipo y posteriormente el ensamblaje
en serie de esos maravillosos “jeepeticos” que van articulados y forman un
trencito que hoy adorna las calle de Sevilla.
Ellos lo han llamado técnicamente el Repliyip. Han
timbrado talones de recibos y poseen una organización logística rigurosa. Ya
tienen a su haber el reconocimiento local y son orgullo y ejemplo de
emprendimiento.
Al Repliyip no le falta nada. Tiene hasta bobo propio. Un
personaje que pide limosna, solo para pagar una “vueltica” y vuelve y pide y
vuelve y monta. Este gusanito cafetero, como yo lo llamo, fue creado pensando en que su mayor nicho de
negocios serían los niños, pero son los adultos quienes mas acuden al servicio
de diversión, aunque posiblemente llevados de la mano de los niños.
En su bitácora, aparecen pasajeros como el Alcalde de
Sevilla Freddy Omar Osorio, la primera dama del municipio de Andalucía y la
directora de la Casa de la Cultura María Elena Vélez, entre otros.
Ya salieron de la geografía local y es así como en
Roncesvalles, después de hacer el recorrido por la trocha desde Sevilla, uno de
ellos llegó desajustado y hubo necesidad de llevarlo a un taller. El mecánico
puso como condición, 10 boletas para que su hijita montara todo el día en el
gusanito. En Caicedonia, un conductor de Willys se acercó con asombro y algo de
desazón y les dijo… los felicito por la idea tan verraca. Yo llevo cuarenta
años de chofer y nunca se me habría ocurrido ese negocio tan bueno. Yo madrugo
a esperar horas enteras a algún Campeche que necesite viajar a alguna vereda
lejana y ustedes dando vuelticas por el pueblo recogen plata todo el día.
Los niños que son los conductores
y pasajeros del Repliyip, escuchan un mensaje sobre
Patrimonio Cultural Cafetero e igualmente reciben información acerca de prevención y medidas de seguridad. Esta
idea ya fue patentada por sus creadores y son ya, marca registrada. Nos
imaginamos que ellos serán los mismos que reinventarán las bolitas de agua que
ya fueron famosas en Sevilla o instalarán una venta de helados en el páramo de
Las Hermosas, quien sabe…
El ejercicio financiero, producto del trabajo
con el gusanito es todo un secreto de Estado. A Olmedo se le ve siempre muy
atento del negocio. Con sombrero de finquero que vende cien arrobas semanales,
el hombre se apea del vehículo y dirige toda la operación. Aunque su contacto
con el campo, se reduce a cuando fuera socio financiero de Evelio Pantera,
donde cambiaban revuelto por cachivaches y criaban chivos que alimentaban con
teja de Eternit y suela de zapato. Por otro lado, Jair maneja un perfil mas
bajo en el negocio, pero debe ser para poder llevar sin mucho visaje, los
cerros de billetes de mil y dos mil a consignar sagradamente.
Visionarios como Rojas Pinilla, quien fuera
el mandatario con mayor concepto del futuro que tuviera Colombia, aquel que
proyectó la conexión total de Colombia por vía férrea, también fueron tildados
de locos. Para Sevilla, tampoco creímos los lugareños que algún día tendríamos
tren propio. La inventiva de estos sevillanos, que tradujeron en solo artefacto
el romanticismo de los cafetales con el rescate del emblemático Willys, nos
hacen evocar épocas de abundancia no solo de comida y bienestar, sino también
de camaradería y solidaridad, cuando la vida era mas sencilla y viajar a la
finca en jeep era todo un episodio de grata recordación.
Bien por el triunfo de estos corridos
personajes. Nos devuelven la confianza en el emprendimiento y la innovación.
Son verdadero ejemplo de una locura bien concebida.
Por| Oscar Humberto Aranzazu Rendón
Imagen y video| Álvaro William Pineda