Trencito Cafetero (Repliyip)

14 de marzo de 20160 COMENTARIOS AQUÍ

Sevilla no solo ostenta aun la distinción de ser Capital Cafetera de Colombia, sino que algún célebre personaje la llamara también, la ciudad donde existe la flota de Willys más grande del mundo.

Este emblemático transporte ha sido a esta región, lo que fueran las mulas a la colonización antioqueña en nuestras tierras. El Willys ha estado presente en todos los episodios importantes de la zona cafetera. Desde ser testigo de los horrores de la violencia política, haber sido protagonista en la bonanza cafetera y referente patrimonial de todos quienes habitamos estos bellos parajes de la geografía montañera.

Aunque hoy las motos están dejando por fuera de circulación a los “jeepetos“, ellos se resisten a desaparecer y es así, como aprovechando la declaratoria para nuestra zona como Paisaje Cultural Cafetero, por parte de la UNESCO, a un personaje del pueblo que hasta hoy me niego a creer que esté cuerdo del todo, se le ocurrió la idea de hacer un “gusanito” con carritos Willys a escala. Que la idea surja está bien, pues de locos estamos llenos, pero para llevarla a cabo, se requería de un compinche, tal y como se han hecho las grandes gestas épicas, como Don Quijote con Sancho, El Llanero Solitario y Toro, Kalimán y Solín y otros defensores del mundo que siempre tuvieron consonancia o complicidad con otro peor de loco que lo secundaría por siempre.

Pues Olmedo Ospina, habló sobre esta utópica empresa a un amigo que en otra época durante unas vacaciones tuvo la osadía de poner una cadena de carritos de cholao en la Isla Margarita, aun cuando era profesor en Sevilla.  Claro, el otro genio de esta historia es Jair Zapata. Ahí estaban, fueron el uno para el otro.  Se contagiaron mutuamente de entusiasmo y sumaron a su equipo a dos crédulos, ingeniosos y laboriosos hombres, que tuvieron a su cargo la concepción del prototipo y posteriormente el ensamblaje en serie de esos maravillosos “jeepeticos” que van articulados y forman un trencito que hoy adorna las calle de Sevilla.

Ellos lo han llamado técnicamente el Repliyip. Han timbrado talones de recibos y poseen una organización logística rigurosa. Ya tienen a su haber el reconocimiento local y son orgullo y ejemplo de emprendimiento.

Al Repliyip no le falta nada. Tiene hasta bobo propio. Un personaje que pide limosna, solo para pagar una “vueltica” y vuelve y pide y vuelve y monta. Este gusanito cafetero, como yo lo llamo,  fue creado pensando en que su mayor nicho de negocios serían los niños, pero son los adultos quienes mas acuden al servicio de diversión, aunque posiblemente llevados de la mano de los niños.

En su bitácora, aparecen pasajeros como el Alcalde de Sevilla Freddy Omar Osorio, la primera dama del municipio de Andalucía y la directora de la Casa de la Cultura María Elena Vélez, entre otros.

Ya salieron de la geografía local y es así como en Roncesvalles, después de hacer el recorrido por la trocha desde Sevilla, uno de ellos llegó desajustado y hubo necesidad de llevarlo a un taller. El mecánico puso como condición, 10 boletas para que su hijita montara todo el día en el gusanito. En Caicedonia, un conductor de Willys se acercó con asombro y algo de desazón y les dijo… los felicito por la idea tan verraca. Yo llevo cuarenta años de chofer y nunca se me habría ocurrido ese negocio tan bueno. Yo madrugo a esperar horas enteras a algún Campeche que necesite viajar a alguna vereda lejana y ustedes dando vuelticas por el pueblo recogen plata todo el día.

Los niños  que son los conductores y  pasajeros  del Repliyip, escuchan un mensaje sobre Patrimonio Cultural Cafetero e igualmente  reciben información acerca  de prevención y medidas de seguridad. Esta idea ya fue patentada por sus creadores y son ya, marca registrada. Nos imaginamos que ellos serán los mismos que reinventarán las bolitas de agua que ya fueron famosas en Sevilla o instalarán una venta de helados en el páramo de Las Hermosas, quien sabe…

El ejercicio financiero, producto del trabajo con el gusanito es todo un secreto de Estado. A Olmedo se le ve siempre muy atento del negocio. Con sombrero de finquero que vende cien arrobas semanales, el hombre se apea del vehículo y dirige toda la operación. Aunque su contacto con el campo, se reduce a cuando fuera socio financiero de Evelio Pantera, donde cambiaban revuelto por cachivaches y criaban chivos que alimentaban con teja de Eternit y suela de zapato. Por otro lado, Jair maneja un perfil mas bajo en el negocio, pero debe ser para poder llevar sin mucho visaje, los cerros de billetes de mil y dos mil a consignar sagradamente.

Visionarios como Rojas Pinilla, quien fuera el mandatario con mayor concepto del futuro que tuviera Colombia, aquel que proyectó la conexión total de Colombia por vía férrea, también fueron tildados de locos. Para Sevilla, tampoco creímos los lugareños que algún día tendríamos tren propio. La inventiva de estos sevillanos, que tradujeron en solo artefacto el romanticismo de los cafetales con el rescate del emblemático Willys, nos hacen evocar épocas de abundancia no solo de comida y bienestar, sino también de camaradería y solidaridad, cuando la vida era mas sencilla y viajar a la finca en jeep era todo un episodio de grata recordación.

Bien por el triunfo de estos corridos personajes. Nos devuelven la confianza en el emprendimiento y la innovación. Son verdadero ejemplo de una locura bien concebida.



Por| Oscar Humberto Aranzazu Rendón
Imagen y video| Álvaro William Pineda
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