El primer Nadaísta sevillano, Diego León Giraldo (1940 - 1997)

6 de febrero de 20150 COMENTARIOS AQUÍ

(El 24 de febrero se cumplirán 21 años de su muerte)
Cuando el sevillano Diego León Giraldo llegó al cine colombiano, en el país se hacían documentales geográficos y estilizantes. Tenía 25 años (Sevilla Valle, 1940), era periodista, líder universitario, estudiante de sociología y antropología, Nadaísta por afinidad, algo de hombre de teatro, bastante de poeta y lector sin remisión. La carcajada de treinta y dos dientes y una vitalidad enfermiza ya le eran características. Empezó a filmar Camilo Torres el mismo día en que se supo la noticia del cura guerrillero, su profesor y amigo, y con solo minutos de película logró figurar con elogio en la historia del cine mundial de Georges Sadoul, la biblia de los cineastas. Y fue sólo el principio, Camilo Torres fue la primera película colombiana con intención política, la primera muestra de un cine de emergencia como no se ha vuelto a ver entre nosotros. Marcó definitivamente la intención documentalista que orientaría su trabajo, hasta hoy: el cine como testimonio. 

Sociólogo, antropólogo y director de cine, hijo de don Honorio Giraldo, nacido en Sevilla Valle. Este risueño e irreverente cineasta era un hombre desordenado y aventurero que poseía gran vitalidad, por ello abandono a temprana edad su pueblo natal. Se graduó de bachiller en el Colegio Berchmans de Cali y estudio sociología y antropología en la Universidad Nacional de Bogotá. Fue periodista, líder universitario, poseía conocimientos de teatro, tenía algo de poeta y era un gran lector. Se convirtió en uno de los primeros seguidores del nadaísmo, el movimiento vanguardista creado en Cali en 1957, por el rebelde pensador antioqueño Gonzalo Arango. El grupo tenía dos sedes principales, en Cali y Medellín, pero los jóvenes de todas las regiones del país muy pronto se les sumaron. En Cali ingresaron junto con él, Jotamario Arbeláez, Jaime Jaramillo Escobar, Elmo Valencia, Pedro Alcántara, Armando Romero y el cineasta Luis Alfredo Sánchez. También publicaron en Cali el suplemento literario Esquirla, órgano de difusión que les generó solidaridades apasionadas y feroces enemistades. El grupo se caracterizaba por su irreverencia y su humor negro.

A pesar de no tener mucha idea de cómo hacer cine, empezó a filmar el largometraje Camilo Torres Restrepo, en 1966, el mismo día en que se supo la noticia de la muerte del cura guerrillero, quien había sido su profesor y gran amigo. El conocido escritor cinematográfico francés George Sadoul elogio la película en su libro Historia del cine mundial, que es considerada por muchos como la biblia de los cineastas. Esta fue la primera película colombiana con intención política, la primera muestra de un cine de denuncia en el país. El filme marcó definitivamente la intención documentalista que orientaría su trabajo, con cuya fama Giraldo continuaría su carrera cinematográfica y que lo llevaría a muchos lugares del mundo donde rodó varios documentales. Así hizo cine en ciudad de México, Berlín, París, Roma y Nueva York. En 1966 participo también en la fotografía del largometraje María, del cineasta y artista plástico Enrique Grau, una nueva versión violenta y tenebrosa del clásico romántico del escritor caleño Jorge Isaacs.

Ya desde mediados de los años 60's su obra causaba escozor dentro del panorama nacional, por los cortometrajes que había realizado. A través de ellos denuncio atropellos y puso en evidencia muchos casos particulares, en especial con sus documentales de larga duración, dándoles un verdadero sentido crítico y dejando a un lado la tentación por hacer las llamadas 'películas blancas' de corte romántico, tierno y sensible. A finales de los años 60's pertenecía al denominado Grupo-Cine Nacional Popular, o 'el grupo', del cual intelectualmente hacían parte además de Giraldo, los cineastas Jorge Pinto, José María Arzuaga, Carlos Álvarez, Gabriela Samper y Marta Rodríguez. 'El grupo' deseaba mostrar la realidad colombiana de orden político y social, y los críticos los relacionaban con la tendencia del cine latinoamericano asociado a las luchas de liberación del Tercer Mundo, una postura también conocida como 'Tercer Cine'. Hacia fines de los años 60's ocupo el cargo de Asesor Cinematográfico durante la presidencia de Carlos Lleras Restrepo. En 1968 fue director de fotografía, camarógrafo, asistente de dirección y actor en el largometraje Bajo tierra, del director Santiago García.

En el año 1970 realizo el filme Carnaval en el Caribe, una cinta acerca de los carnavales de Barranquilla la cual intentaba proyectar una imagen positiva de Colombia en el exterior. Para inicios de la década del 70, Giraldo ya había empezado a desligarse de la propuesta de 'el grupo', que planteaba hacer cine en Colombia por fuera de la industria. De esa manera en 1971 y bajo el denominado sistema de 'sobreprecio' decretado por el Estado para fomentar la industria cinematográfica, que garantizaba la exhibición de cortometrajes nacionales antes de cada película en los teatros, el cineasta fue contratado por el gobierno del presidente Misael Pastrana Borrero para realizar la película oficial Cali, ciudad de América, un largometraje documental del cual hoy solo se conservan los últimos 10 minutos. El filme se hizo para promocionar los VI Juegos Panamericanos celebrados en la ciudad de Cali y para dar un testimonio vívido de los eventos deportivos y del esfuerzo de sus protagonistas. Se quería mostrar la participación de Cali, su gente, su folclore y su amplio espíritu de civismo, pero ante todo para mostrar la capacidad de hacer cine.

En 1973 realizó el largometraje Homenaje al sexo; al año siguiente en 1974, rodó el cortometraje Carta-ajena y también el corto documental Mire, con motivo de la Bienal de Artes Gráficas Cartón de Colombia en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en Cali. Este cortometraje, así como otros de su autoría los cuales retrataban a diferentes ciudades y culturas colombianas, fueron todos exhibidos durante los años 70's dentro de la modalidad del sobreprecio; entre ellos estaban El caso Tayrona, en 1974 y Locombia, en 1976, un documental sobre la salud mental en Colombia; en 1977 haría El Dabucuri, un documental a color sobre la fiesta de la abundancia de los indios Cubeos en el río Vaupés; en 1978 realizaría el cortometraje Cali-dad, un filme acerca de la cultura de la salsa en Cali; en el mismo año filmaría el documental Los caballos, acerca de las competencias ecuestres en todo el país y posteriormente haría el documental El jardín secreto de don Luis, sobre el uso del yajé entre las tribus Inganas del Caquetá.

En 1980 realizaría Drogombia, un documental sobre el problema de la droga en el país; en el año 1987 filmaría Un buen día en balconcitos, acerca de la obra del artista Enrique Grau y el corto documental Detrás de la pared, un relato acerca del proceso artístico emprendido por el famoso pintor colombiano Alejandro Obregón, quien se tomó dos meses para pintar su mural Tres cordilleras y dos océanos, en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional; pero justo cuando la pared ya estaba llena de color, el maestro cambio de idea y la borro completamente en una sola noche.
El irreverente y creativo cineasta sevillano falleció repentinamente el 24 de febrero de 1997.
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