¿Cree usted en Dios?

12 de octubre de 20160 COMENTARIOS AQUÍ

Cuando Einstein dictaba alguna conferencia en las universidades de USA los estudiantes le hacían la siguiente pregunta: ¿cree usted en Dios? y él respondía: creo en el Dios de Spinoza. Quien no había leído a Spinoza se quedaba en las mismas…

Baruch de Spinoza fue un filósofo holandés, considerado uno de los grandes racionalistas del Siglo XVII junto con el francés Descartes,

Este es el Dios o naturaleza de Spinoza. Dios hubiera dicho: “¡deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y disfrutes de todo lo que he hecho para ti.  ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es donde vivo y ahí es donde expreso mi amor por ti. Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada de mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un  regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro! Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí, cómo hacer mi trabajo? Deja de tenerme miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice…yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias…de libre albedrío.  ¿Cómo puedo culparte, si respondes a algo que yo puse en ti?  ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios puede hacer eso? Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que solo crean culpas en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti: lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy  a preguntar ¿Te gustó?  ¿Te divertiste?  ¿Qué fue lo que más disfrutaste?  ¿Qué aprendiste?

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. Deja de alabarme. ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado sobrecogido ?...  ¡Expresa tu alegría! Esa es forma de alabarme. Deja de complicarte las cosas y de repetir como loro lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro…ahí estoy latiendo en ti.”

SPINOZA. Saludos

Por| Lic. Danilo Useche
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