Amigo sevillano:
Desde hace varias décadas, en la ciudad suceden cosas que afectan el conglomerado social y siempre se descarga la responsabilidad de los hechos, en la persona que gobierna. Jamás hacemos una reflexión, no nos unimos en comunidad, todos criticamos, no se asumen compromisos y dejamos las cosas a la deriva.
Nuestros mayores, nos dejaron un patrimonio valioso representado en la planta eléctrica, planta telefónica, acueducto, galería; instituciones, vías, colegios y parte de ese rico inventario se perdió, todos permanecimos en silencio, nadie salió en defensa de la pertenencia y lo que otrora fuera progreso se convirtió en desapego y olvido.
Sevilla en otras calendas, fue emporio agrícola e industrial de mucho peso en el Valle del Cauca, en el entorno existían fábricas de gaseosa, jabón, chocolate, velas y veladoras; curtiembres, fábricas de café, trilladoras... todo esto desapareció y nadie dijo nada, sólo la historia conservó la memoria.
Otrora, la carretera de La Uribe - Sevilla, era una vía importante de flujo de vehículos, se hizo otro trazado y la ciudad quedó aislada, ignorada, se perdió la huella y hoy con mucha dificultad se nos encuentra en el mapa geográfico del Valle del Cauca. “Valle, es valle, lo demás es loma” se dice en el plan, y por eso a quienes habitamos este lugar de la geografía colombiana, se nos ve y se nos trata como ciudadanos de tercera. Cuando se hizo el trazado referenciado, la comunidad tampoco se pronunció y quienes gobernaban en esa época no le prestaron mucha importancia a los hechos.
Se trabaja en este tiempo en la AUTOPISTA DEL CAFÉ, miles de millones de pesos se invertirán en la obra, SEVILLA quedará en el limbo, seremos un pueblo más perdido en una de las estribaciones de la cordillera Central y cuando la obra entre en funcionamiento, recibiremos la estocada final.
Si no nos organizamos como comunidad nos vamos a joder, Sevilla será una ciudad fantasma, la gente emigrará a otras ciudades, el comercio cerrará sus puertas, el desempleo será total, el caos reinará en el entorno, esta será la tierra de nadie y nos vamos a convertir, sin lugar a dudas, en “LA FONDA MÁS GRANDE DEL VALLE DEL CAUCA”, tal como lo profetizara don Pedro Emilio Gil hace más de medio siglo.
Invitamos a la comunidad sevillana a trabajar en equipo, no dejemos que la Administración Municipal maneje sola el timón del barco que está a la deriva, participemos todos para no dejar perder la ciudad que nos legaron los mayores y en este compromiso deben estar organizaciones sindicales y gremiales, el comercio, las comunidades religiosas, las comunidades educativas, el magisterio; los campesinos, las entidades bancarias , la dirigencia política, el Concejo Municipal y los notables del poblado que hoy ocupan cargos de liderazgo en el orden nacional, departamental y mundial.
Retomemos la vieja consigna de las luchas populares y gritemos como lo hace el pueblo para defender sus derechos: UN PUEBLO UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO. Si nos doblegamos ante todo lo que está sucediendo, no va a existir patria chica para las generaciones que nos van a suceder.
Darío Ríos Hurtado
»
